Reproducimos en texto las palabras del camarada Aureliano, del pasado 25 de marzo y publicadas en el siguiente enlace, referidas a “Las obligaciones de los obreros revolucionarios frente a la actual crisis”. Por su actualidad e importancia llamamos al estudio y difusión de las mismas.
“Soy Aureliano y hoy quiero hablar claro sobre las obligaciones de los obreros conscientes y de los intelectuales revolucionarios en la presente crisis. Ya es evidente que el sistema capitalista y su Estado, son incapaces de hacer frente a la crisis de salud y que con sus medidas conduce a la crisis social, es decir, descarga sobre los hombros del pueblo trabajador, todo el peso del problema. El capitalismo y su Estado funcionan bien para garantizar la ganancia de los capitalistas, pero es inservible para solucionar los problemas reales de la sociedad. En la presente crisis, siguen su lógica, no afectar el negocio de la salud ni del sistema financiero, pero también la crisis sigue su lógica. El hambre conduce a los saqueos y la enfermedad y la muerte, conducirán a los motines, a las asonadas y a los grandes levantamientos. Cuando se compruebe que las medidas adoptadas, son por lo menos irracionales y que en la medida en que no se toman las medidas adecuadas, esto es, a toda la población para poder aislar los enfermos y dotación de respiradores y artificiales para salvar vidas, cuando todo mundo entienda esto, crecerán las contradicciones entre los diversos sectores de las clases dominantes y al interior del Estado mismo y habrá un franco desafío al Estado y a este régimen y obligará a las masas a levantarse y al Estado a responder con armas para tratar de sobrevivir.
En esta situación, en este futuro inmediato, la obligación de los revolucionarios, en especial de los revolucionarios proletarios, es unirse y organizarse para hacer la más enérgica campaña de denuncia al sistema capitalista y su Estado. Unirse y organizarse para exponer a las masas un programa o plataforma o como se le quiera llamar, para salvar la sociedad, que contemple tanto las medidas completas para enfrentar el virus, como la más detallada explicación de que sin derribar el Estado capitalista y sólo tomando el poder del Estado los trabajadores, que no tienen como límite las ganancias, adopten las medidas concretas, es decir, para explicar profundamente que sólo un Estado socialista puede tomar las medidas para enfrentar y superar la crisis. La izquierda que se adhiera a este programa, debe comprometerse a llevarlo a cabo y ayudar a las masas a realizarlo.
Hago un llamado muy especial a los dirigentes y militantes de la Unión Obrera Comunista de tomar la iniciativa, propiciar la unidad y la organización de todos los obreros conscientes y de los intelectuales revolucionarios alrededor de tal programa. La Unión Obrera Comunista en mi opinión debe comportarse como partido del proletariado, tiene una línea científica y una línea correcta. Esto es lo decisivo y debe estar dispuesta a ponerse al frente de las masas y del nuevo Estado Socialista. Esto no es un sueño, ni una locura. Las circunstancias ponen a los revolucionarios frente a una situación en la que los días que esperaban están por llegar, de una forma tal vez no pensada, pero en todo caso, ¿no nos preparábamos para eso?, ¿no proclamamos la necesidad de un Estado socialista y no estuvimos difundiendo la necesidad de crearlo? Ahora las circunstancias mismas, de la noche a la mañana, han madurado, no porque en sí mismo pueda madurar una determinada crisis, sino por que culmina todo un proceso de maduración. Aparentemente surgió por azar. Sí, es un azar que haya surgido el coronavirus, pero a través del azar, de lo casual, se realiza la necesidad y las necesidad es que la sociedad marchaba, marcha y está madura para el Socialismo y para establecer los nuevos Estados que necesita la humanidad, los Estados Socialistas, es decir, la toma del poder por el pueblo mismo y la decisión sobre sus asuntos, sobre todos sus asuntos en manos de los que realmente hacen la sociedad: los trabajadores del campo y la ciudad.
Ese es mi llamado tanto a los revolucionarios conscientes, como en especial a los cuadros dirigentes y a los militantes de base de la Unión Obrera Comunista. ¡No más añorar que no hay Partido, no más decir que, si no hay Partido nada se puede hacer! ¡Sí hay Partido!, porque existe la ciencia del marxismo leninismo maoísmo, existe la línea política y existe la clara comprensión de que, en una crisis los revolucionarios deben estar al frente de las masas y darle solución y darle salida racional y salida lógica a las aspiraciones de la sociedad. La crisis va a llegar a lo político más pronto de lo que pensábamos.
Hace una semana, yo decía que dentro de tres o cuatro semanas comenzarían los saqueos. ¡Pues no! Llegaron unas semanas después de lo dicho. Todo se va a anticipar. Si ya comenzaron los saqueos cuando apenas comienza el fenómeno del hambre, ¿qué será cuando comience la mortandad y la no atención a los enfermos? Ya se aproximan también las enormes contradicciones que se insinuaron ya, entre los diversos sectores de las clases dominantes. Para nada están contentos los industriales con los financieros que le echaron mano a todos los recursos posibles a través del títere que tienen en el gobierno. Sarmiento Angulo parece el presidente. Se puso del lado de la mafia, de los financieros, pero eso le va a crear importantísimos problemas. ¿Qué es una crisis? Una crisis es cuando los de arriba ya no pueden gobernar como antes gobernaban y los de abajo ya no se dejan gobernar como los gobernaban y a eso nos aproximamos a pasos rápidos y acelerados. Ese es mi llamado camaradas y compañeros. ¡Adelante pues!”