El proletariado revolucionario de todos los países celebra con júbilo los 100 años de la fundación de la Internacional Comunista, el Partido Mundial de la Insurrección Proletaria que hizo temblar en sus cimientos el orden mundial imperialista. El proletariado en Colombia, como parte del ejército mundial de los sepultureros del capitalismo imperialista, debe recordar su importancia y enseñanzas, para contribuir a superar la actual confusión ideológica y dispersión organizativa del Movimiento Comunista Internacional en una nueva Internacional Comunista que organice y dirija la lucha de los proletarios y pueblos del mundo para darle sepultura al capitalismo agonizante.
El 6 de marzo de 1919 fue inaugurado el Primer Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en Moscú con el apoyo del naciente Poder Soviético surgido en los combates de la Primera Guerra Mundial imperialista. A pesar de la terrible situación y el cerco imperialista, el proletariado revolucionario de Rusia cumplió decorosamente su deber internacionalista poniendo la revolución en su país al servicio de la Revolución Proletaria Mundial y sirviendo de sede a la Internacional, ese instrumento que llenó de esperanza al proletariado mundial y de terror a los imperialistas y a la reacción.
Antecede a la III Internacional la existencia de la Asociación Internacional de los Trabajadores o I Internacional, la cual tuvo como objeto “…negar las sectas socialistas o semisocialistas, con una organización real de la clase obrera para luchar por la emancipación de los trabajadores, y reunir en un inmenso ejército único a toda la clase obrera combativa de Europa y América del Norte”. Además de representar por primera vez la táctica marxista respecto a las “formas de lucha y organización sobre la base de su propia experiencia, la instrucción de los Congresos y la guía del Consejo General, órgano de dirección centralizada de toda la Internacional, ejercida en lucha frontal contra el anarquismo bakuninista, forma especial de sectarismo que trató de irrumpir e imponerse al interior de la Asociación”. En ese sentido el desarrollo de la I Internacional, representó el triunfo del marxismo dentro del movimiento obrero y un golpe certero contra el sectarismo; la derrota de la Comuna de París, la persecución a los dirigentes y la acción de los bakuninistas dieron lugar a su disolución, pero innegablemente la I Internacional, marcó la línea de actuación para los marxistas y fue el primer intento muy bien logrado de organización del proletariado en todo el mundo.
El movimiento obrero siguió creciendo y con él, su organización en partidos obreros socialistas, lo cual puso de relieve la necesidad de una nueva Internacional y efectivamente motivó la creación de la Internacional Socialista o II Internacional. Sin embargo, en ella se admitieron tendencias oportunistas que parecían inofensivas y ser propias de cada país; las manifestaciones de nacionalismo burgués en el seno de los partidos proletarios no corregidas a tiempo, resultaron siendo un azote para el movimiento obrero y para la Revolución Proletaria Mundial. Así mismo, se impuso el parlamentarismo y el pacifismo, producto de la misma realidad, donde esas formas de lucha —la parlamentaria y la lucha por reformas— válidas para la época, tomaron un papel protagónico al no advertir las formas de lucha propias de cada período táctico, lo cual generó las condiciones para una tendencia oportunista en el seno del movimiento obrero, al no reconocer las condiciones de la sociedad capitalista en su etapa imperialista. Todo ello dio al traste con la II Internacional, pues la traición de sus jefes la convirtió en un cascarón inservible para la causa del proletariado mundial.
Fue precisamente Lenin, quien reconoció el declive de la II Internacional declarando que: “La Segunda Internacional está muerta, vencida por el oportunismo. Abajo el oportunismo y viva la Tercera Internacional, desembarazada de los renegados y del oportunismo”.
Ya en la época del imperialismo, es la Internacional Comunistao III Internacional el primer partido mundial de la revolución proletaria; asunto que refleja su importancia, teniendo en cuenta que la Internacional Comunista tomó lo mejor de las internacionales que le antecedieron, convirtiéndose en la dirigente de la acción revolucionaria de las masas a nivel mundial, enarbolando la bandera que caracteriza el programa de los comunistas de todos países: “¡Proletarios del mundo, uníos!”
En la Propuesta de Formulación de una Línea General para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional presentada por la Unión Obrera Comunista (mlm), se hace este balance de la Internacional Comunista:
«Desde su fundación hasta su disolución, fue papel de la Internacional Comunista combatir los errores oportunistas de la II Internacional y asumir sobre una nueva base los objetivos de “la creación de un organismo de combate, encargado de coordinar y dirigir al movimiento de la Internacional Comunista y de realizar la subordinación de los intereses de los movimientos en los diferentes países a los intereses de la revolución internacional”, en esencia, los mismos objetivos de la Asociación Internacional de los Trabajadores. La Internacional Comunista se constituyó en dirigente teórico y práctico del proletariado mundial, analizando la situación económica y política internacional y caracterizándola en los diversos períodos, denunciando las ofensivas de la burguesía imperialista contra el movimiento obrero, promoviendo la formación de nuevos Partidos Comunistas; apoyando las luchas proletarias en los distintos países, la revolución en las colonias y semicolonias; orientando las tareas de los comunistas en su lucha contra el imperialismo, en particular contra el fascismo durante la segunda guerra mundial imperialista; apoyando la Dictadura del Proletariado en la URSS y dirigiendo su defensa como base de la Revolución Proletaria Mundial».
Es así como en sus congresos se examinaron asuntos de suma importancia para acercar el triunfo de la Revolución Proletaria Mundial, defendiendo la dictadura del proletariado, refiriéndose a las diferentes corrientes socialistas, a la situación internacional; deslindando con el oportunismo y destacando el papel del partido, el trabajo del elemento consciente en los sindicatos, las 21 condiciones de ingreso a la Internacional… todos estos fueron puntos de unidad para los comunistas en todo el mundo, logrando así concentrar a los partidos revolucionarios en un solo partido a nivel mundial y con ello aportando al apresuramiento de la revolución proletaria en toda la Tierra.
Y es que la Internacional Comunista, consideró los diversos aspectos de la realidad concreta de la época, de ahí que la táctica trazada se correspondió con el momento de derrotas revolucionarias ocasionadas por los oportunistas socialdemócratas; una táctica que organizó el repliegue del movimiento obrero en todo el mundo y que se centró en asuntos como la Internacional Sindical Roja, el trabajo en las cooperativas obreras, la Internacional de la Juventud, el Movimiento Femenino, la cuestión de Oriente; consiguiendo con ella, crecer a 60 secciones, tres millones de miembros y 700 periódicos.
Así mismo la Internacional Comunista, analizó las consignas de la época y expuso que el capitalismo se encontraba en una crisis de la cual no podía escapar hasta el día en que fuera sepultado por el proletariado. Cada uno de sus congresos, representó un avance para la Revolución Proletaria Mundial y un golpe al capitalismo imperialista. La bolchevización de los partidos comunistas, la depuración de elementos y tendencias oportunistas, la lucha y orientación precisa contra la guerra imperialista y, la política de Frente Unido contra el fascismo que llevó al heroico triunfo de la URSS sobre el fascismo y, el deslinde definitivo con el trotskismo fueron también parte de las enseñanzas de la Internacional Comunista, reafirmando que este era el partido de la clase obrera mundial y que con altura había cumplido su papel histórico de acercar el socialismo al mundo entero.
Hoy ante la inminente necesidad de unidad de los comunistas en todo el mundo, ante la apremiante tarea de la construcción del Partido del Proletariado en Colombia como parte de dicha necesidad, recordamos con orgullo el papel jugado por laInternacional Comunista, la cual emulamos y exaltamos en laPropuesta de Formulación de una Línea General Para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional, documento que invitamos a estudiar seriamente, porque además de la correcta valoración que hace al papel de la Internacional Comunista, representa una base para la discusión de los asuntos que están actualmente al orden del día de los comunistas.
Luchar por la construcción del partido proletario en Colombia y por el partido de la clase obrera en todo el mundo, requiere tener presentes más que nunca, las enseñanzas que ha dejadoInternacional Comunista.
¡VIVA LA UNIDAD DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL!
¡POR LA NUEVA INTERNACIONAL COMUNISTA, ADELANTE!
¡GLORIA A LOS CIEN AÑOS DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA!