Vemos que en las distintas marchas y protestas estudiantiles hay quienes igualan las consignas de educación popular o socialista y educación pública, e incluso las funden en una sola; esta posición no es marxista, sino socialdemócrata; esta posición no es revolucionaria, es reformista. Habrá quienes por desconocimiento lo harán y quienes por oportunismo lo esparcirán sobre el estudiantado, la labor que debemos emprender como comunistas revolucionarios no es la de ser meros espectadores de estos acontecimientos, debemos defender la educación para el pueblo y al mismo tiempo demostrar la necesidad histórica de derrocar el actual sistema de opresión con su Estado para levantar sobre sus cenizas un verdadero Estado proletario para crear una educación popular.
Dado las justas protestas y marchas realizadas por los estudiantes en exigencia de presupuesto para las universidades públicas, se hace necesario aclarar cierta cuestión que todo obrero, campesino, estudiante e intelectual revolucionario debe tener bien claro; la cuestión es que no basta repetirlo de palabra hay que expresarlo en los hechos, esa cuestión es que el Estado actual NO es un aliado del proletariado contra el poder del capital, dado que el carácter del Estado en Colombia es burgués, terrateniente y pro-imperialista, así que, la educación pública no existe en función de alimentar intelectualmente a los hijos de los obreros o en ayudarles a desarrollar todas sus capacidades, no. la universidad pública sirve como instrumento o aparato ideológico de Estado para la reproducción de las condiciones de producción, es decir, sirve como correa de transmisión de la ideología burguesa y para formar las nuevas generaciones, tanto de los proletarios calificados como de los administradores de los negocios de los explotadores.
La educación impartida por las instituciones burguesas enseñan desde «reglas» del buen comportamiento, que será el comportamiento que las clases dominantes quieren que los asalariados practiquen como el respeto y sometimiento a este orden injusto y explotador, es decir, su sumisión a la ideología dominante por parte del pueblo, pasando por el respeto al Estado, ya que se enseña que como vivimos en un «Estado social de derecho» no hay motivo para dudar que éste sea bueno para todos; crean una fe supersticiosa en el Estado, escondiendo que es un Estado de clase, que le pertenece a los poderosos, enseñan un respeto casi religioso a la ley, sin mencionar que son los representantes políticos de los poderosos quienes desde el congreso dictan las leyes que las clases dominantes requieren para seguir explotando y oprimiendo a las masas populares; nos enseña además a ser pacíficos y benevolentes con quienes nos oprimen, argumentando que «responder con violencia a tus opresores solo te pondrá en el mismo nivel de ellos» o que en esta democracia todos estamos representados, cuando en verdad sucede que es una ínfima minoría la que está representada en ella, es decir, los ricos; hasta los conocimientos necesarios y útiles que el asalariado requiera para poder operar en su puesto de trabajo, todo esto en función de mantener el actual estado de cosas.
Cabe aclarar que la educación universitaria privada tampoco es la solución, puesto que además de colonizar ideológicamente las mentes de los estudiantes como en las universidades públicas (incluso se da de forma más descarnada en las privadas), sería imposible para un obrero pagar millones de pesos la matrícula de sus hijos en una universidad privada.
Por lo tanto se hace necesario que en las actuales coyunturas tengamos que defender la educación superior pública, pero esta defensa claro está, si bien es una defensa por reivindicaciones justas e inmediatas, debemos saber de antemano y explicarles a las masas populares que no podemos quedarnos solamente ahí en las reivindicaciones inmediatas, que para buscar una educación liberadora es preciso acabar con este Estado, debemos tener en cuenta que esta educación universitaria pública es llevada por el Estado Burgués, no por un Estado proletario, y sobre el Estado burgués cabe recordar lo que decía Lenin explicando el concepto de Estado de Marx: «el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del ‘orden’ que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases». (El Estado y la Revolución).
Tenemos que edificar una educación que acabe con los métodos y estilos burgueses de enseñanza, que acabe con la enseñanza desligada de la práctica, que acabe con los meros conocimientos librescos, que sea desligada de religiones y apegada a la ciencia, en la que no se reproduzcan relaciones de producción burguesas como lo es la autoridad incuestionable del profesor y el libro en el aula de clase y es el estudiante quien obedece sin rechistar ni cuestionar, donde el estudio ya no se base en la repetición sistemática y el estudiante no sabe por qué lo hace. Al final de cuentas, la educación popular que se busca y necesita sólo vendrá de la mano de la revolución proletaria que ponga fin a la explotación del hombre por el hombre (recomiendo ver la película «Rompiendo con las viejas ideas»).
Camarada Rodia