Convertida en noticia cotidiana, Venezuela se encuentra en la mira de los imperialistas yanquis y los gobiernos cipayos de América Latina. Ante el fracaso de la diplomacia y las conspiraciones desde el interior contra el gobierno de Maduro, preparan la intervención armada extranjera. A esa pretensión perversa corresponden el llamado a «intervenir por todos los medios», incluso militarmente, del embajador Francisco Santos en Estados Unidos; las declaraciones amenazantes del Secretario General de la OEA Luis Almagro; el discurso del títere Duque llamando a unirse para poner «fin a la dictadura» y acabar con el que llamó «éxodo trágico»…
Las garras de los imperialistas se alistan para la intervención armada moviendo todas las fichas de sus instrumentos y organismos, desde los políticos como la dirección de la ONU y sus supuestos aparatos humanitarios como la Agencia de la ONU para los Refugiados – ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones – OIM… los económicos como el Banco Mundial, llegando hasta el alistamiento de las bases militares yanquis en Colombia, la movilización por parte de éste último de tropas en la frontera y el aumento de su presupuesto de guerra para la compra de baterías antiaéreas.
Utilizando como caballito de batalla la migración ocasionada por la crisis económica, social y política que atraviesa Venezuela, se urde una nueva carnicería imperialista. Bajo la máscara humanista se esconde la verdadera cara del imperialismo: el horror de la muerte y la destrucción de los bombardeos; ahora con el pretexto de la defensa de la democracia y la ayuda humanitaria como antes lo hicieron con Irak y Siria con el pretexto de las armas biológicas. A nombre de la defensa de la democracia se alista la bota militar imperialista para aplastar al pueblo venezolano e imponer la dictadura de los monopolios y grandes capitalistas afectos al Tío Sam.
El proletariado rechaza los macabros planes de los imperialistas estadounidenses y sus sirvientes en América Latina, a la vez que condena la dictadura de la llamada boliburguesía venezolana encabezada por Maduro y socia de los imperialistas rusos y chinos, así como al resto de la burguesía y los terratenientes que exprimen el sudor y la sangre del pueblo venezolano.
Ni los imperialistas de oriente y occidente, ni las clases dominantes venezolanas hoy enfrentadas por hacerse al poder Estado para aplastar y continuar exprimiendo al pueblo representan los intereses y aspiraciones de los trabajadores explotados y oprimidos. Ninguno de ellos puede mejorar su situación ni liberarlos de las cadenas que soportan porque todos defienden la explotación y la dependencia de sus amos imperialistas.
El proletariado revolucionario llama a los obreros de todos los países a denunciar y condenar los planes de los imperialistas y sus gobernantes títeres a movilizarse exigiendo que no claven sus garras en Venezuela.
Los proletarios de Colombia y Venezuela son una misma clase y deben unirse para enfrentar a sus comunes enemigos, por consiguiente, los comunistas los conminan a mantenerse alerta ante una intervención armada al hermano país y en caso de presentarse una confrontación armada a voltear los fusiles contra los explotadores nacionales y extranjeros, enemigos de ambos pueblos.
¡Imperialistas y Lacayos, No Claven sus Garras en Venezuela!
¡Proletarios y Pueblos del Mundo, Uníos Contra el Imperialismo!