¡FUERA DE YEMEN IMPERIALISTAS Y REACCIONARIOS!

¡FUERA DE YEMEN IMPERIALISTAS Y REACCIONARIOS! 1
El pueblo de Yemen se desangra en una guerra poco divulgada por los grandes medios imperialistas de comunicación. La situación es terrible para las masas yemeníes: desde 2015 más de 17.000 civiles desarmados han sido masacrados; más de 10.000 han resultado heridos; más de 330.000 personas han sido desplazadas de sus hogares; la hambruna es de las más graves a nivel mundial, pues más de 10 millones no tienen nada que comer y 13 millones no tienen acceso a agua potable; asociado a esto, el cólera ha infectado a más de 1 millón y se han presentado más de 2.300 muertes por la misma causa desde abril de 2017; los obreros protestan en las calles porque la moneda de ese país, el rial yemení, ha perdido más de la mitad de su valor frente al dólar, por lo que los salarios no alcanzan para comprar lo básico de la canasta familiar.

¿Cuál es el gran crimen que cometió este pueblo para estar sometido a tan terrible situación? ¿Cuál es la causa para padecer estos males?

Algunos explican las causas de esta guerra contra el pueblo por los conflictos entre chiíes y suníes, dos ramas diferentes del islam, pero en verdad los integrantes de dichas vertientes son los ejecutores de la violencia, auspiciada y azuzada por dos bloques que se enfrentan por intereses económicos y por la posición geoestratégica de Yemen:

De un lado está la Coalición Militar dirigida en la región por Arabia Saudita y a la cual pertenecen Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait y Sudán, sin embargo, los reales jefes de dicha coalición es el imperialismo de Estados Unidos y el Reino Unido, que financian y le proporcionan equipo militar a Arabia Saudita para bombardear el territorio yemení, como municiones de racimo prohibidas por diferentes organismos internacionales, pues se trata de armas que liberan «minibombas» que en gran porcentaje no explotan pero causan heridas letales a los pobladores que se las encuentran hasta mucho después de los ataques.

De otro lado, se encuentra el grupo armado de los huzíes, el cual es acusado de ser financiado por Irán, quien les proporciona armas, dinero y entrenamiento militar, aunque desde Teherán lo nieguen y se encubra su cada vez más amplia sociedad con Rusia tanto en los asuntos económicos como políticos y militares.

Irán y Arabia Saudita se disputan a sangre y fuego el control de la región y los imperialistas rusos y estadounidenses principalmente, se han encargado de inyectarle combustible a ese conflicto, pues también están en juego sus intereses geoestratégicos.
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Arabia Saudita tiene en sus planes construir un oleoducto que atraviese Yemen y evitar así el paso por el estrecho de Ormuz bajo el dominio de Irán. Por el Estrecho de Ormuz pasa el 20% del petróleo mundial, con una media de 14 superpetroleros circulando por allí a diario. En la zona hay bases militares de Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Dicho Estrecho es un paso obligado entre el Cuerno de África y Oriente Próximo, además de ser un enlace entre el Mar Mediterráneo y el Océano Índico y no es conveniente para los imperialistas que por un estallido militar entre la Coalición e Irán se tapone el paso de los barcos que transportan el petróleo en plena crisis del capitalismo. No es casual que la región de Hadramaut en Yemen, por donde planean construir el oleoducto los saudíes y que posee además las pocas reservas de petróleo y gas en Yemen, no sea el blanco de los ataques aéreos de la Coalición financiada por los yanquis.
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Es claro que ni a la coalición imperialista de occidente ni a Irán y los rusos les interesa la vida de las masas populares de Yemen. Su conflicto es por controlar la salida del petróleo de la región, es decir, por asegurarse las ganancias de dicho negocio. Poco o nada les importa que el pueblo de Yemen esté muriendo de hambre, de sed, o de enfermedades curables o que su moneda esté devaluada. Cada muerto en Yemen es responsabilidad del imperialismo que azuza este genocidio contra el pueblo yemení.

Los obreros y campesinos pobres de Yemen deben construir su organización de vanguardia, su partido político marxista leninista maoísta, dispositivo necesario para dirigir la lucha de todos los oprimidos y explotados contra el imperialismo y el panislamismo por ser dos azotes que hoy someten a Yemen; necesitan de su destacamento independiente para organizar y movilizar a las amplias masas en una guerra popular que ponga como blanco de su violencia revolucionaria tanto a las clases enemigas que hoy los condenan a la muerte y al desplazamiento al ser socias y lacayas de Irán, como a todos los imperialistas que pueden ser vencidos no solo en Yemen sino en la región, si el proletariado revolucionario logra unir a las masas populares de los diferentes países y canalizar su rebeldía y solidaridad hacia la destrucción de las relaciones de explotación y la dominación de los imperialistas como parte de la lucha por la instauración del Socialismo y el Comunismo en toda la tierra.

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