La tragedia ocasionada por Hidroituango empezó cuando el gobierno al servició de los monopolios aprobó el proyecto de construir la hidroeléctrica más grande del país para exportar energía a Centroamérica: miles de campesinos, pescadores artesanales, barequeros y varias comunidades ancestrales fueron desplazados de sus tierras y privados de sus medios de subsistencia, cientos de hectáreas de tierras fueron arrasadas, recursos naturales y especies nativas destruidos para darle paso a la mega-obra que hoy amenaza en convertirse en una gigantesca catástrofe.
¡Hidroituango surgió chorreando sangre! Desde los años 90, cuando el proyecto todavía estaba en ciernes, en el Cañón del Río Cauca ocurrieron más de 63 masacres que ocasionaron el desplazamiento masivo de sus comunidades; Ituango fue conocido internacionalmente por las crueles masacres de El Aro y La Granja; se sabe que bajo el agua de la presa quedaron muchas fosas comunes con centenares de cuerpos de los asesinados y desaparecidos.
No es noticia nueva el asesinato reciente de dos dirigentes del Movimiento de campesinos, mineros y pescadores «Ríos Vivos», por el «crimen» de anunciar y denunciar la tragedia. Desde el 2010 Hidroituango se abrió paso amenazando de muerte, asesinando dirigentes, desalojando y cometiendo arbitrariedades sin nombre… contando con el apoyo de todos los capitalistas y los gobernantes regionales y nacionales.
Hidroituango es una muestra trágica y terrible de esta época cuando el imperio de los monopolios entroncados con el Estado, en su afán de ganancia, destruyen las dos únicas fuentes de riqueza: los hombres y la naturaleza.
Gobernantes corruptos que hacen valer los intereses exclusivos de los monopolios financiadores de sus campañas y salen de los puestos del Estado a gerenciar los negocios privados de los grandes capitalistas o viceversa, como se ve claramente con el gerente de EPM Jorge Londoño, ficha del GEA donde sirvió como presidente del Grupo Éxito y Asesor de la Casa Luker, y premiado por Federico Gutiérrez en devolución del apoyo que le brindó la firma de encuestas de Londoño para hacerse a la Alcaldía de Medellín.
Corresponsables de asesinatos, desplazamientos, destrucción de la naturaleza y de la tragedia reciente, como el Gobernador de Antioquia Luis Pérez García, a quien le importa un pito la vida de la gente y el 28 de abril calificó la emergencia de «pequeño impasse», pero cuando se ven obligados a declararla y alertar sobre la gravedad del asunto, se atreven a decir cínicamente: «Nuestra prioridad es la defensa de la vida, la protección de las comunidades y la preservación del medio ambiente».
Ingenieros prostituidos y convertidos en miserables testaferros de los monopolios, incapaces e impotentes para hacer valer la ética profesional, porque el capital monopolista exige minimizar los gastos sin importar la seguridad, rapidez sin importar el riesgo, improvisar sobre la marcha porque la previsión cuesta, mentir a conciencia de que se están ocultando problemas importantes, como los túneles sin compuertas, construidos en zonas con fallas geológicas… según dejan entrever los ingenieros honrados que ahora llaman a la reflexión a sus colegas.
Incluso, la tragedia de los más de 20 mil desplazados por la emergencia es una nueva fuente de enriquecimiento y corrupción como evidencian las denuncias de los afectados frente a la escasa comida, alguna en mal estado, la falta de implementos de aseo, el hacinamiento y los problemas de salubridad que ya empiezan a presentarse, por no mencionar su ruina y carencia de medios de subsistencia… Problemas que servirán también para agrandar las arcas de los mismos responsables de la tragedia.
La tragedia ya ocurrió y se agrava con el paso de los días, ¿evitarán la catástrofe?
El gerente de EPM, quien no sabe absolutamente nada de ingeniería de construcción, ni de represas, ni de nada… dice que se trata de una carrera contra el tiempo y que si el muro de contención ahora en cerca de 408 metros alcanza los 410 puede habilitarse el vertedero y evitarse la catástrofe, ¿quién le cree?, ¿quién puede creerles a los voceros de los monopolios insaciables?
Mientras tanto, cientos de obreros arriesgan a cada minuto su vida en la construcción afanosa del prometido «muro de la salvación» y cerca de 100 mil habitantes de las riberas del río aguas abajo, ruegan por un milagro… un milagro sí, porque mientras sigan subsistiendo los monopolios, solo pueden hacerlo a cuenta de estrangular la sociedad y destruir el medio ambiente; mientras los gobernantes sigan siendo los dueños del capital, los trabajadores seguirán produciendo riqueza ajena y pagando con sufrimientos, destierro y muerte el precio del «desarrollo» capitalista.