DECLARACIÓN CONJUNTA
Primero de Mayo de 2018
«¡Proletarios de todos los países, uníos!»
Karl Marx
El Primero de Mayo de 2018, en el bicentenario del nacimiento de Karl Marx, y en el 170 aniversario de la primera edición del Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Marx y Engels, es la gran oportunidad para afirmar su relevancia y poder, como armas vivientes de los comunistas y los proletarios de ayer, hoy y siempre.
«La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases».
«Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado».
«El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa».
Este sistema produce crisis continuas —escribe el Manifiesto— son crisis de sobreproducción que son la manifestación del hecho de que «las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno».
¿Cómo logra la burguesía superar las crisis? «De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos».
Pero esto solo prepara nuevas y formidables crisis.
Pero la burguesía no solo ha fabricado armas que producen la muerte sino también hombres que pueden servirse de estas armas para poner fin a su sistema.
Estos hombres son «los proletarios —escribe el Manifiesto— la clase de los obreros modernos, que no viven sino a condición de encontrar trabajo, y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital».
«De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar. Las capas medias —el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el campesino—, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda de la Historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado».
«Los proletarios no pueden conquistar las fuerzas productivas sociales, sino aboliendo su propio modo de apropiación en vigor, y, por tanto, todo modo de apropiación existente hasta nuestros días».
«Al esbozar las fases más generales del desarrollo del proletariado, hemos seguido el curso de la guerra civil más o menos oculta que se desarrolla en el seno de la sociedad existente, hasta el momento en que se transforma en una revolución abierta, y el proletariado, derrocando por la violencia a la burguesía, implanta su dominación».
El objetivo de los comunistas es claro y preciso: la formación del proletariado en clase, el derrocamiento de la dominación burguesa, la conquista del poder político por parte del proletariado.
La tarea de los comunistas se traza en una forma permanente e indispensable por el Manifiesto, ellos «luchan por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero, al mismo tiempo representan y defienden también, dentro del movimiento actual, el porvenir de ese movimiento». Trabajan por «inculcar a los obreros la más clara conciencia del antagonismo hostil que existe entre la burguesía y el proletariado», para que los trabajadores puedan «convertir de inmediato las condiciones sociales y políticas que forzosamente ha de traer consigo la dominación burguesa en otras tantas armas contra la burguesía».
«los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente. En todos estos movimientos ponen en primer término, como cuestión fundamental del movimiento, la cuestión de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menos desarrollada que ésta revista».
«Los comunistas —hoy más que nunca nos enseñan Marx y Engels— consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar».
El capitalismo, analizado por Marx, que se ha convertido en imperialismo en el desarrollo de Lenin, continúa atravesando una profunda crisis económica y la descarga sobre los proletarios y los pueblos del mundo.
Hablan de «recuperación», pero lo único que se reanuda es la carrera por las ganancias, la riqueza y el armamento.
Para los proletarios y las masas populares tenemos el desempleo, la precariedad, la explotación y la esclavitud, la pobreza, el robo de materias primas y recursos energéticos, la devastación ambiental y de los territorios.
Frente a esta situación, los proletarios y las masas populares se rebelan en los países imperialistas como en los países oprimidos por el imperialismo.
A las rebeliones de los proletarios y los pueblos oprimidos, la burguesía imperialista y las clases dominantes sometidas a ella en los países oprimidos por el imperialismo, oponen la represión y las masacres. Los estados se reaccionarizan y fascistizan.
Los proletarios y los pueblos resisten y desarrollan sus luchas y guerras populares para afirmar que la revolución es la tendencia principal.
Las burguesías imperialistas y los reaccionarios Estados sumisos a ellas intensifican las disputas inter-imperialistas, desencadenan guerras comerciales y guerras interpuestas, reviven la tendencia hacia una nueva guerra de repartición mundial.
A la guerra imperialista sólo se puede oponer la transformación de la guerra imperialista en una guerra civil revolucionaria y el desarrollo a escala internacional de las guerras populares.
Al camino de la revolución se opone dentro del movimiento obrero y popular, el camino del reformismo, el camino seguido por los revisionistas y socialdemócratas para conciliar con los gobiernos y los Estados imperialistas y facilitar la realización de sus planes.
Tras la crisis del reformismo, de la socialdemocracia y del revisionismo, nuevas fuerzas electorales populistas se presentan en interés de la burguesía y los Estados imperialistas, utilizando la demagogia reaccionaria para dividir a las masas y llevarlas a la cola de las clases dominantes. El populismo alimenta el fascismo y el neo nazismo.
Los comunistas y los proletarios avanzados actúan porque la rebelión de las masas se transforme en una revolución triunfante, de Nueva Democracia en los países oprimidos por el imperialismo en marcha al socialismo y en Revolución Proletaria y Socialista y en países imperialistas en marcha hacia el comunismo1
.
Los comunistas, basándose en las ideas de Marx, Lenin y Mao aplicadas a la realidad concreta de cada país, construyen y desarrollan nuevos partidos comunistas revolucionarios auténticos, frentes unidos de todas las masas explotadas y oprimidas dirigidos por el proletariado, fuerzas de combate y ejércitos revolucionarios y populares.
Solo donde las masas tienen estos instrumentos, sus luchas heroicas y generosas pueden triunfar.
A escala mundial, las guerras populares dirigidas por los partidos marxistas-leninistas-maoístas son la indicación estratégica decisiva y esencial.
La guerra popular en la India, que afecta directamente a uno de los principales bastiones del imperialismo y la reacción en el mundo, es un poderoso punto de referencia, junto con la guerra popular en las Filipinas, Perú, Turquía. Ellas muestran en concreto hoy el camino para derribar el sistema de explotación y opresión del imperialismo y todas las fuerzas reaccionarias subordinadas a él, para la construcción de un nuevo poder y una nueva sociedad.
Los comunistas marxistas-leninistas-maoístas deben unirse y fortalecer su unidad, liberando las filas del movimiento comunista internacional de las tendencias revisionistas y capitulacionistas, sin al mismo tiempo caer en la esterilidad del revolucionarismo pequeñoburgués, del dogmatismo.
La construcción de los partidos comunistas es posible sólo en el fuego de la lucha de clases en estrecha relación con las masas, de acuerdo con la auténtica lucha revolucionaria por el poder.
En el 200° aniversario del nacimiento de Marx declaramos con fuerza potente: ¡El marxismo-leninismo-maoísmo es el marxismo de nuestro tiempo! Base fundamental para la unidad de los comunistas de todo el mundo.
«¡Proletarios de todos los países, uníos!», la gran consigna indicada por Marx, es la bandera roja del internacionalismo proletario, es el arma para la construcción de una nueva Internacional Comunista.
El futuro del comunismo está en nuestras manos.
1 Mayo 2018
Signatarios
Committee for Building the Maoist Communist Party, Galicia, Spanish State
Communist (Maoist) Party of Afghanistan
Communist Nucleus Nepal
Communist Party of Nepal (Revolutionary Maoist)
Collective of Iranian Maoist
Democracy and Class Struggle, British State
Maoist Communist Party – Italy
Maoist Communist Party Manipur
Maoist Revolutionary League – Sri Lanka
Organisation de Travail Communiste – Tunisie
Parti des khadéhines – Tunisie
Revolutionary Communist Party – Canada
Union Obrera Comunista (MLM) – Colombia
Workers Voice – Malaysia
Communist Party of India (Maoist)*
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No podemos [saber] si el texto llega a la India y cuándo conocemos la respuesta, en todos los demás años los camaradas indios firman la Declaración Conjunta
** El texto se envió muy tarde y es posible que lleguen otras firmas después del Primero de Mayo
*** Algunas organizaciones han hecho comentarios; estos comentarios se publican y se envían en próximos días.1
La Unión Obrera Comunista (mlm) de Colombia, reconoce la existencia de países oprimidos capitalistas, cuya revolución socialista asume la tarea de destruir el yugo semicolonial imperialista.