Camarada Chiang Ching, ¡presente en la memoria y praxis de los revolucionarios!

Camarada Chiang Ching, ¡presente en la memoria y praxis de los revolucionarios! 1

El 19 de marzo de 1914 nació Jiang Qing, más conocida como Chiang Ching. La Camarada fue dirigente en el campo artístico de la Gran Revolución Cultural Proletaria en la República Popular China (RPCh) desde 1966 hasta 1976. Perteneció al Buró Político del Partido Comunista de China (PCCh) desde 1969. Esta valiosa y aguerrida mujer fue actriz, Ministra de Cultura en la RPCh y combatió tanto las ideas revisionistas como a los revisionistas mismos que finalmente usurparon el poder y restablecieron el capitalismo en China para convertir, a ese país en lo que es hoy, una potencia socialimperialista en la que el proletariado ya no tiene el poder político, económico, ni militar.

Ya en Revolución Obrera se publicábamos en 2020 una biografía de la Camarada Chiang Ching. En este nuevo artículo, vamos a destacar algunas de sus intervenciones en discursos, artículos y entrevistas que dio en vida esta gran dirigente del proletariado que se enfocó en el campo artístico para dar la lucha de ideas entre la burguesía y el proletariado. Es de anotar, que en castellano es muy poco lo que se encuentra digitalmente en la internet de la Camarada por lo que la traducción de estos apartes es enteramente nuestra responsabilidad.

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Adicionalmente, hemos subido un artículo que se publicó en la Revista Un Mundo Que Ganar, órgano de difusión el extinto Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), titulado «Chiang Ching: las ambiciones revolucionarias de una líder comunista» en el que Zafia Ryan realiza una biografía de la Camarada, iniciando desde sus años de juventud y destacando su lucha contra todo tipo de ideología y prácticas burguesas. Leyendo este interesante texto, el proletariado mundial podrá sacar sus propias conclusiones, e inevitablemente una de ellas será, que la vida, la lucha, la obra de Chiang Ching es digna de reconocimiento y debe ser una guía para todos los revolucionarios que pretenden transformar el mundo. Chiang Ching fue mucho más que la esposa de Mao Tse-Tung, pues es a eso a la que la quieren reducir los revisionistas y la burguesía imperialista. Si bien, ambos fueron grandes revolucionarios y dieron su vida por el Partido y la clase, cada uno tiene capítulo aparte y sus escritos, conferencias y praxis revolucionaria, debe ser objeto de estudio y emulación para los proletarios de todos los países.

Los revisionistas chinos montaron un juicio injusto en su contra en la que fue juzgada junto a otros tres camaradas que popularmente se conoce como «La banda de los cuatro». Chiang Ching convirtió el juicio en una trinchera de guerra en la que no paró de denunciar a los criminales revisionistas ni de defender el legado de Mao Tse-Tung, de exaltar al PCCh bajo la dirección de los revolucionarios y a las masas del pueblo chino. Algunas de las frases que arengó la Camarada fueron las siguientes: «Solo quieren mi cabeza» «¡Estoy preparada para morir!». A los revisionistas en el poder los llamó «reaccionarios, contrarrevolucionarios y fascistas» y les advirtió que «Si quieren acabar con la revolución, tendrán que cortar más cabezas que la mía; tendrán que lidiar con millones más». Finalmente, la Camarada Chiang Ching le gritó bien fuerte a los proletarios y masas del mundo y en contra de los reaccionarios revisionistas, estas verdades que aún retumban a pesar del paso del tiempo: «¡Rebelarse es justo! ¡Hacer la revolución no es un delito! ¡Bombardeen el cuartel general!».

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¡Honor y Gloria a la Camarada Chiang Ching! ¡Viva la Camarada Chiang Ching! ¡Muerte al revisionismo!

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Apartes de discursos y entrevistas de la Camarada Chiang Ching

Charla con trabajadores de noticieros y cine, 1 de febrero de 1967

«Las películas revisionistas no son presentables. Son de una calidad terriblemente baja y mezquina. Uno no puede dormir durante varios días después de verlas. Si una película no es para retratar a obreros, campesinos y soldados, no es para servir a obreros, campesinos y soldados, ¿para qué la necesitamos? No estropeen las películas. Esas películas, habiendo malgastado el dinero de la gente, esparcen gas venenoso y distorsionan la vida de obreros, campesinos y soldados.»

«Deben unirse en la ira, es decir, luchar contra el puñado de personas con autoridad que siguen el camino capitalista y el puñado de personas que persisten obstinadamente en la línea reaccionaria burguesa. Espero que las organizaciones de lucha individuales superen la mentalidad de grupo pequeño, eliminen el egoísmo y forjen una gran alianza. Ambas partes dentro de sus organizaciones deben hacer autocrítica. Siempre que su problema no involucre lo correcto y lo incorrecto, se unirán. Ustedes, los jóvenes, son propensos al subjetivismo y la parcialidad. Para llevar a cabo la Gran Revolución Cultural Proletaria y para la toma del gran poder en general, deben volver atrás y rectificar con mente abierta. Les sugiero que estudien seriamente el editorial del tercer número de la revista Bandera Roja. El Diario del Pueblo de ayer [31 de enero] publicó un artículo excelente titulado «Desháganse del egoísmo, forjen una gran alianza de rebeldes revolucionarios». Fue escrito por el Tercer Cuartel General [de la Guardia Roja de la capital]. Quisiera leerles un párrafo: “Estamos llevando a cabo dos revoluciones a la vez: una para transformar el mundo objetivo y la otra para transformar nuestro mundo subjetivo. También estamos llevando a cabo simultáneamente dos tipos de lucha por la toma del poder: una para arrebatarle el poder a quienes ostentan la autoridad y siguen el camino capitalista, y la otra para arrebatarle el poder a nuestros propios intereses. Solo cuando hayamos arrebatado completamente el poder a nuestros propios intereses será posible asegurar la victoria completa en la lucha por arrebatarle el poder a quienes ostentan la autoridad y siguen el camino capitalista”.»

Charla de la Camarada Chang Ching en las tardes del 9 y el 12 de noviembre en el Foro de Literatura y Arte de Pekín de 1967

«Durante el período en que el Presidente [Mao] impartió sus charlas en el Foro de Literatura y Arte de Yenán, mi trabajo no se centró en programas culturales, y solo tuve encuentros ocasionales en los círculos culturales. En la etapa inicial, tras mi entrada en las ciudades, seguí las enseñanzas y la guía del Presidente Mao y quise establecer dos ejércitos para los obreros, campesinos y soldados, para la línea revolucionaria proletaria: un ejército de escritores creativos y un ejército de críticos. Pero, en este frente, otros nos impusieron una dictadura; emplearon todos los medios para impedir la implementación de la línea revolucionaria proletaria y la línea literaria del Presidente Mao. En cuanto a nosotros, también hubo un proceso de reconocimiento, y además se planteó la cuestión de los puestos de trabajo.* ¡El Presidente ciertamente prestó mucha atención a este aspecto! Yo era simplemente una patrulla itinerante. Fue solo en el proceso de la actual Gran Revolución Cultural Proletaria que el problema de la formación de tropas en los círculos culturales se resolvió básicamente.»

Nota del traductor:   * Esta frase parece significar: Nos llevó un tiempo darnos cuenta de que los departamentos culturales no estaban implementando realmente la línea literaria del Presidente Mao, pero, en «nuestro» puesto de trabajo en ese momento, apenas podíamos intervenir.

«¿Podemos decir que las ocho óperas modelo revolucionarias son ahora la cumbre de nuestro arte nacional? Como todos sabemos, no es fácil producir una ópera modelo; su perfeccionamiento requiere miles de pasos, generalmente de dos a tres años. Por lo tanto, no es posible que cada ópera se convierta en un modelo. Las óperas modelo son la cumbre; representan la dirección. Para producir más óperas modelo revolucionarias, sería necesario pasar por diversos caminos. Por lo tanto, creo que los camaradas deben tomar la determinación de lograr el éxito en la lucha contra el egoísmo y el repudio al revisionismo. Esto, por ahora, es lo más importante y fundamental.»

Jiang Qing: Reformando las Bellas Artes, 19 de mayo de 1968

Fuente: Esta transcripción («Tan meishu gaige») de una reunión grabada de Jiang Qing, Yao Wenyuan y Chen Boda con miembros del Comité Revolucionario Provincial de Zhejiang el 19 de mayo de 1968

«Ahora bien, en cuanto a las pinturas, deben servir a los obreros, campesinos y soldados. Los obreros, campesinos y soldados deberían ocupar ese frente de batalla. El tema ideológico central de lo que se pinta debe ser muy claro, la composición debe ser muy sencilla y el tema central debe ser pronunciado. Actualmente, la apariencia general de sus pinturas es demasiado dispersa, demasiado caótica. (Se refiere a las pinturas expuestas en esta ocasión).

Debemos popularizar; la popularización es nuestra base. Pero también debemos, sobre la base de la popularización, elevar nuestro nivel. Necesitamos obras de arte de un nivel superior. Las bellas artes deben producir algunas obras modelo. Si no hay obras de un nivel superior, la gente nos maldecirá y dirá que lo que hacemos es tan simple como el agua hervida, en cuyo caso no podremos mantenernos firmes. Nos expulsarán del escenario…

Pintar retratos no basta. Debe haber mayor variedad. Pero en el pasado, todas esas pinturas brillantes y coloridas no tenían como tema a los obreros, campesinos y soldados, ni les servían. Deben formar artistas talentosos entre los obreros, campesinos y soldados, y también servirles. La Academia de Bellas Artes no tiene por qué formar especialistas. Es muy bueno que organicen clases de formación para aficionados a los obreros, campesinos y soldados talentosos. Hay muchos obreros, campesinos y soldados talentosos. Inicialmente, planeamos experimentar de la misma manera en todas las escuelas de arte, no solo en bellas artes, sino también en música, ópera y ballet, pero simplemente no funcionó. Actualmente, aún no tenemos la capacidad. Estamos concentrando nuestras energías en comprender la política, y no tenemos tiempo para realizar experimentos en las escuelas de arte. En los niveles inferiores, no tienen ni idea. Las fuerzas en sus escuelas parecen estar bastante concentradas, ¡así que podrían ser muy audaces! Fusionen algunos departamentos y envíenlos al campo y a las fábricas. Conviértanlos en escuelas de arte integrales, ¡o al menos realicen algunas pruebas! ¡Salgan al mundo de la práctica! No hemos impuesto ninguna restricción. Pueden informarnos de sus logros. Les permitiremos conservar algunos elementos clave y algunos graduados adicionales para la reforma educativa.»

Discurso de Chiang Ching en la recepción para los representantes del Equipo de Propaganda Obrera de Beijing y el Equipo de Propaganda del EPL (14 de septiembre de 1968)

«¡Mis queridos camaradas! ¡Saludos a ustedes, camaradas! ¡[Quiero] aprender de ustedes, camaradas!

Soy una comunista común, una pequeña alumna del Presidente Mao y una pequeña alumna de las amplias masas. Tengo que aprender de mis queridos camaradas.

Camaradas, hacer algún bien para la gente es el deber de un comunista. Si uno ha hecho algo mal, debe corregir sinceramente sus errores. Si se ha logrado algo, el logro debe atribuirse a nuestro gran líder, el Presidente Mao, al Comité Central del Partido, al Grupo Central de la Revolución Cultural, a las amplias masas del pueblo revolucionario y a los pequeños generales de la Guardia Roja.

Soy solo un pequeño tornillo. La clase obrera ha entrado en el escenario de la lucha-crítica-transformación de la superestructura. De hecho, la clase obrera ya había entrado en el escenario político en 1964 en la línea literaria. Este fue un logro histórico en el movimiento comunista internacional, así como una enorme contribución de nuestro gran líder, el Presidente Mao, al marxismo-leninismo.

El 5 de septiembre, todo el país se tiñó de rojo, pues se establecieron Comités Revolucionarios en 29 provincias, municipios y regiones autónomas. Esta experiencia revolucionaria demuestra la grandeza de las contribuciones de esta revolución. Sin embargo, muchos camaradas aún no comprenden claramente los antecedentes de este movimiento de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Es nuestro deber presentarles la Gran Revolución Cultural Proletaria para que comprendan su contexto histórico, los sinuosos caminos que hemos recorrido y los errores que hemos cometido.»

«Debido a la naturaleza de mi trabajo y a que padecía una grave enfermedad, mis médicos me aconsejaron participar en actividades culturales para mejorar el equilibrio de mi audición y mi vista. Así, entré en contacto con la literatura y el arte. Esto ocurrió alrededor de 1960. En aquel entonces, lo que aparecía en los escenarios y la pantalla era suntuoso, extranjero y antiguo. Había películas de Hong Kong, del imperialismo estadounidense, del revisionismo soviético y de otras naciones capitalistas… En general, solo propagaban el capitalismo y el feudalismo en lugar de servir a los obreros, campesinos y soldados. Los retrataban incorrectamente. Fue en el verano de 1962, sin saber qué clase de hombre era Liu Shao-chi, cuando corrí hacia él y le dije: “Esto es tirar el hacha tras el mango”. Ese mismo año, hablé con cuatro ministros y viceministros y les pedí que sirvieran a los obreros, campesinos y soldados, que difundieran la heroicidad del pueblo trabajador chino, la clase obrera, los campesinos pobres y de clase media baja, y el Ejército Popular de Liberación. Pero nadie quiso escucharme. Les pedí que al menos me permitieran hacer comentarios, pero una vez más no me hicieron caso. Todos los medios de comunicación estaban bajo su control.»

«Fui a Shanghái en el invierno de 1962. El camarada Ko Ching-shih, quien aún vivía, me apoyó. Con su apoyo, escribí un artículo denunciando las obras teatrales malas y contrarrevolucionarias. Durante el siguiente medio año, seguí exigiendo el derecho a hacer comentarios. No estuvieron de acuerdo. En ese momento, el Comité Central estaba celebrando reuniones; las frené llamando al camarada Yao Wen-yuan. Cuando lo invité, le temieron; lo llamaron «vara» [matón]. Les señalé que el camarada Yao Wen-yuan era una vara de oro del proletariado. Entonces, de mala gana, nos enviaron una nota y un comentario al presidente y a mí. El presidente hizo varias correcciones. Sin embargo, tras recibir sus artículos, cambiaron algunas de las partes más críticas. Es más, los publicaron en el Kwangming Daily sin enviárselos al presidente para que los revisara de nuevo. En ese momento, comprendí que no bastaba con escribir solo comentarios. Teníamos que participar en la práctica artística. Así que elegí algunos guiones teatrales y organicé el artículo «Sobre la ‘Destitución de Hai Jui'». Fue muy difícil organizar este artículo; no podría haberse hecho sin el apoyo del Presidente y la ayuda concreta del camarada Ko Ching-shih. Este artículo ha sido revisado muchas veces, y yo personalmente lo he leído tres veces. Esos contrarrevolucionarios lo vigilaban de cerca y decían: «Tenemos grabado el artículo ‘Sobre la Destitución de Hai Jui'». Lo que decían era correcto, porque eran ellos los contrarrevolucionarios que se habían infiltrado en nuestras filas. Dondequiera que iba, me seguían; instalaban detectores. ¡Espiaban y controlaban al Presidente, al Vicepresidente Lin, al Primer Ministro y a mí! ¡Camaradas, así fue!»

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