Siria: Hacia otro genocidio en el medio oriente

Siria

Agradecemos el aporte de un amigo seguidor de Revolución Obrera a la cual solo hicimos algunas correcciones de forma y precisamos fechas para su publicación, porque contribuye a ampliar la visión del conflicto en el Medio Oriente y los intereses de los imperialistas en la región.

Sin embargo, queremos precisar dos asuntos de importancia: el primero tiene que ver con lo que el compañero llama “la desintegración de la URRS y el bloque  soviético” y ocurrida en 1990 fue realmente la desintegración del boque socialimperialista, justo después de que los nuevos zares de Rusia se quitaran la máscara comunista; el segundo, tiene que ver con el régimen Al Assad, la dictadura familiar que gobernó Siria desde 1971 hasta la salida de Bashar Al Assad sucesor de su padre Háfez Al Ásad; una dictadura familiar que durante casi 53 años impuso un régimen de terror y también cometió masacres contra el pueblo, como lo hace cualquier régimen reaccionario lacayuno pro-imperialista, solo que en este caso, disfrazada inicialmente de “socialista” pero siempre al servicio del imperialismo ruso.

Comisión de Agitación y Propaganda


Hacia finales de enero y comienzos de febrero, Revolución Obrera publicó un artículo que tuve la oportunidad de leer sobre «La caída del régimen de Bashar Al Assad…» en Siria, frente al cual me permitiré hacer algunas aportaciones, sin querer entrar en una polémica, o cosa parecida,  sino más bien para ampliar la visión del o la articulista quien basa su análisis en elementos demasiado políticos y político territoriales inmediatistas, parroquiales, restringiendo o dejando a un lado la visión geoestratégica de este conflicto armado y la esencia misma de la geoestrategia: La ECONOMÍA, para el caso concreto EL PETROLEO Y EL GAS.

Para entenderlo, debemos dar un poco de contexto a Siria en el tiempo y una rápida mirada colateral a algunos hechos, especialmente al surgimiento o fortalecimiento de las organizaciones terroristas del fundamentalismo islámico con ideología medieval en Asia y África, para luego sí, aterrizar en el conflicto sirio de los últimos 20 años. Solo así se podrán comprender los sucesos actuales en Siria e intentar una mirada hacia el futuro.

Sin más preámbulos empecemos. Recordemos que desde la época de la URRS, con la dinastía civil Al Assad, Siria se convirtió en uno de los aliados estratégicos de la Unión Soviética en el Medio Oriente, ello trajo consigo para Siria muchos adelantos en materia socioeconómica y en lo religioso convivían sin mayores conflictos las distintas facciones del islamismo, el cristianismo ortodoxo y otras más.

Desde el punto de vista económico se sustentaban con la exportación de petróleo y un turismo de alto costo, pues Siria alberga en su territorio muchos lugares y reliquias históricas y arqueológicas que son consideradas patrimonio de la humanidad. Sobre esta base, Siria logró para su población uno de los niveles de vida per cápita más altos de la región.

Con la desintegración de la URRS y el bloque soviético, Siria continuó sin mayores sobresaltos como un aliado estratégico de Rusia y las relaciones con Putin se consolidaron en todos los terrenos.

Ahora bien, dando una mirada colateral, recordemos que Europa en materia energética, particularmente de gas, ha mantenido una dependencia casi total y odiosa para ellos, primero de la URRS y luego de Rusia. Pues bien,  Europa-EE. UU para romper la dependencia del gas ruso, hacia comienzos del 2000, proyectó la construcción de un gasoducto vía Qatar – Siria -Turquía para entrarlo a Europa.

Este proyecto, a todas luces era una puñalada a la economía rusa que en aquel entonces dependía en gran medida de las exportaciones de petróleo, pero sobre todo de gas a Europa, por lo que, por todos los medios Rusia impediría la construcción del gasoducto. Así las cosas, Bashar Al Assad, el presidente de Siria, leal a los intereses de Rusia con quien mantenía una vieja relación de dependencia, dijo: «nanay cucas, por acá no pasa ese tubo» y ahí fue Troya.

Ahora bien, desde otro ángulo colateral, recordemos que Al Qaeda, Isis, el Estado Islámico y otro montón de facciones terroristas del fundamentalismo islámico fueron creadas unas y fortalecidas, financiadas y armadas otras por la CIA para desestabilizar África y Asia, y en medio del caos, garantizar para sí los recursos naturales y los mercados de esos continentes. Así lo reconoció en un par de oportunidades (sin mencionar el objetivo final) el expresidente Obama. O sea que, algunos de estos grupos ya existían, pero sin la intervención de la CIA nunca hubieran pasado de ser grupos puramente residuales sin ningún efecto serio en la geopolítica de Asia y África.

Pero darle armas y financiar estos grupos de terroristas y mercenarios, fanáticos y fundamentalistas del islam es un arma de doble filo, porque dentro de sus miembros hay muchos que sí creen en el cuento de la guerra del islam contra los paganos, impíos e infieles y se puede “voltear la arepa”, como en efecto sucedió muchas veces. Baste recordar los atentados del 11 de septiembre en EE.UU, o los bombazos en los metros de Madrid y Londres para no ir muy lejos. Ahora bien, como esas organizaciones en su estructura interna se mueven a través de células compartimentadas, se hace imposible una orientación vertical que lidere las acciones militares de todos los miembros y entonces quedan como ruedas sueltas cuyo único norte es su interpretación del islam.

Ahora, no se crea que estas organizaciones por su funcionamiento celular se quedan siempre en eso, no, también pueden constituirse en grandes ejércitos ante la llamada de sus dirigentes. Frente a esta circunstancia caótica, Europa y EE.UU no tuvieron otra alternativa que declarar como terroristas a todas esas organizaciones e iniciar su persecución con recompensas y propaganda y de todo, pero de dientes para afuera, porque por debajo de la mesa, la CIA con la complicidad de Europa, los siguió y sigue financiando y utilizando, pues su mayor propósito es mantener inestables los gobiernos de África y Asia para mediante el caos controlar sus recursos naturales y sus mercados, así de vez en cuando les toque aguantarse un varillazo.

Además, indirectamente, alimentan la xenofobia que les ayuda a sobreexplotar la fuerza de trabajo de los migrantes de esos países bajo la amenaza de meterlos presos o deportarlos si reclaman sus derechos.

Ahora sí, como dijo el españolete, visto lo visto y dicho lo dicho, volvamos a Siria. En 2009 Bashar Al Assad se negó a permitir el tránsito por Siria del gasoducto propuesto por Qatar hacia Europa y, por el contrario, aceptó la propuesta iraní (otro aliado de Rusia en la región) de participar en gasoducto islámico. Pues quién dijo miedo, de inmediato reclutaron y armaron ejércitos de mercenarios fundamentalistas y los lanzaron como perros rabiosos a derrocar a Bashar Al Assad, unido a una campaña propagandística con la cual demonizaron la imagen del presidente tratándolo como el peor tirano o dictador que hubiere parido la historia de la humanidad.

Fue tal el reclutamiento de mercenarios islamistas que más de 85% de las tropas que combatieron en Siria eran extranjeros, incluidos muchos europeos que se tragaron el cuento de la guerra santa y se fueron a combatir y morir en Siria.

Pero Europa y EE.UU tenían un problema, no podían apoyar de frente al Estado Islámico porque ellos mismos lo habían declarado terrorista. Para darle la vuelta al asunto, los europeos crearon el frente Al Nusra conformado por un sector de opositores radicales y terroristas sirios a quienes financiaron y dieron respaldo militar, además de presentarlos en todos los escenarios internacionales como los voceros de la libertad y la democracia que luchaban para liberar a Siria del tirano diabólico.

Por si fuera poco lo anterior, EE.UU. que no pierde oportunidad, se metió de frente con fuerza aérea y terrestre, con el pretexto de luchar contra los terroristas internacionales del Estado Islámico, a quienes ellos mismos financiaban y armaban, y a los cuales de cuando en cuando daban pequeños golpecitos como palmaditas en la espalda para fingir que los estaban combatiendo, pero por debajo les estaban brindando la inteligencia satelital y aérea sobre las posiciones del ejército sirio.

Por su parte, Turquía sí se metió de frente en el conflicto, no con tropa directa, pero sí prestó su territorio para montar la retaguardia del Estado Islámico. En territorio turco se montaron las bases, campamentos y hospitales donde se recibían y acondicionaban a los mercenarios que llegaban de todas partes del mundo, además de servir de punto de acopio para el ingreso de armamento, munición y el avituallamiento de la tropa, como también de centro logístico para la atención de los heridos y el descanso de la tropa.

Por su parte, el ejército sirio se defendía como gato panza arriba con el respaldo militar y logístico de Rusia.

Conformado así el escenario, se desencadenó una brutal guerra de agresión que dejó como resultado millones de muertos, heridos y desplazados, además de la destrucción total del país, incluidas algunas de las mayores riquezas históricas y arqueológicas del planeta.

Así transcurrió la guerra por cinco años, hasta 2015 cuando Rusia viendo que solo con su apoyo indirecto Siria no podía ganar la guerra, se metió de frente con la fuerza aérea y una mayor cantidad de armamento y asesores militares en tierra. Resultado: en un año y medio, más o menos, arrasó con el Estado Islámico y el frente Al Nusra. Los redujo a su mínima expresión. Les produjo más de 300.000 bajas entre muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros, más la ingente destrucción e incautamiento de material bélico. Los agresores solo lograron estabilizar algún tipo de defensa en la región de Idlib, cercana a la frontera turca y ahí el conflicto comenzó a enfriarse.

Pero unos van al son y otros al sorbetón. Mientras la guerra transcurría, el Estado Islámico se tomó un campo petrolero cercano a la frontera turca y desde allí los turcos, usando cientos de enormes carrotanques, acondicionaron un verdadero oleoducto sobre ruedas con el que se robaban grandes cantidades de petróleo que luego revendían en el mercado europeo. La empresa de carrotanques con la que robaban el petróleo, curiosamente, era propiedad de un hijo de Recep Tayyid Erdogann, el presidente de Turquía.

Pero la fiesta les duró hasta cuando llegaron los rusos quienes bombardearon todo ese oleoducto rodante causando enormes pérdidas al dueño de los tanques, el hijo del presidente, aunque este ya había facturado jugosas fortunas con el petróleo robado. Este hecho, recuerdo que causó una fuerte fricción internacional entre Turquía y Rusia porque Erdogan en medio de la ira por el ataque a los intereses de su hijo, atacó una instalación rusa causando la muerte de un par de militares y los rusos respondieron derribando un avión F16 de la Fuerza Aérea turca. Después hubo reclamos desde acá, reclamos desde allá, palmaditas en la espalda y Erdogan se echó para atrás porque no se iba a meter en una guerra con Rusia.

Pero EE.UU. también pasó la factura por su ayuda a combatir en Siria a los terroristas del islam (a quienes ellos mismos armaban) y se tomaron un campo petrolero desde el cual, hasta el día de hoy, se roban diariamente miles de barriles de petróleo sin pagar un solo peso al Estado sirio, y sin que Rusia los pueda atacar porque sería meterse en una guerra con EE.UU.

Y así continuó la guerra sin mayores sobresaltos, Rusia con el tiempo retiró la mayor parte de su equipo militar y solo dejó lo necesario para apoyar al ejército sirio y los asesores militares en tierra. La población siria empezó a regresar a sus lugares de vida y se inició la reconstrucción de las poblaciones bajo la tensión de un conflicto sustancialmente mermado. Incluso muchos sirios que habían salido al exilio también comenzaron a regresar a sus lugares de origen. La reconstrucción se fue dando paulatinamente con la ayuda de Rusia y China. Los terroristas islámicos, completamente debilitados, volvieron a su táctica de células compartimentadas y de cuando en cuando explotaban bombas que afectaban principalmente a la población civil.

En medio de esas tensiones y mesas de concertación entre el gobierno sirio y el frente Al Nusra en Europa transcurrió el tiempo y llegamos al 2020. En este año llegó la pandemia que, como dijo jocosamente alguien, hizo lo que no lograron Lenin y Mao: cerrar el capitalismo y todos los conflictos del mundo entraron en pausa. En el 2022, después de la pandemia, estalló la guerra en Ucrania que volteó los focos de atención hacia ese lugar. En octubre del 2024, Hamás realizó una incursión en Israel y como respuesta Israel comenzó el genocidio del pueblo palestino que abrió otro capítulo de tensiones mundiales.

La situación en Siria, que es nuestro tema, continuaba estable hasta cuando se presentó un suceso dentro del conflicto palestino que todo el mundo vio con preocupación, pero nadie se imaginó ni remotamente hacia dónde iban los tiros, hasta tiempo después, cuando nos dimos cuenta  que se dirigían contra Siria.

Me refiero al momento cuando en medio de las fricciones entre los países del Medio Oriente e Israel por el genocidio palestino, Israel atacó a Irán con una lluvia de misiles que en su mayoría fueron contenidos por el escudo antiaéreo iraní. El planeta quedó en vilo porque con Irán la cosa es a otro precio, Irán tiene una capacidad militar superior o igual a la de Israel, no solo en sus arsenales donde cuenta con misiles supersónicos no balísticos que cambian de trayectoria en vuelo haciéndose inmunes a las defensas antiaéreas, sino también por la extensión de su territorio y el número de su población, además de contar con el apoyo de Rusia y China.

El mundo quedó crispado esperando la respuesta de Irán y algunos hasta alcanzaron a pronosticar el inicio de la tercera guerra mundial, porque Israel cuenta con el apoyo total de EE.UU y Europa. Días después Irán respondió con una lluvia de misiles y le encajó a Israel una buena cantidad, especialmente los hipersónicos Fatha 2 inmunes a las defensas antiaéreas. Momento de máxima tensión universal esperando la respuesta israelí que luego lanzó solo unos cuantos triqui traques. Pero la tensión quedó ahí durante días con amenazas de los unos y los otros, y el cuchillo en el centro de la mesa. Lo que nadie imaginó y estoy seguro de que ningún analista militar o geo estratega vio venir, fue que el ataque de Israel a Irán iba realmente dirigido a Siria.

Me explico, en territorio turco, desde tiempo atrás, muy en secreto, en medio del ruido del conflicto palestino, se estaba preparando un ejército de gran capacidad bélica con fundamentalistas islámicos para atacar a Siria. Cuando ya lo tenían listo, Israel atacó a Irán para que este país concentrara toda capacidad militar, de inteligencia militar y logística esperando una poderosa conflagración bélica con Israel. Y cuando abrieron los ojos y miraron hacia el lado les estaban atacando a su aliada y vecina Siria. Y se quedaron con las manos atadas y no pudieron intervenir a fondo. Fue una jugada maestra de estrategia militar, toca reconocerlo. Amarraron a Irán dejándole de frente la amenaza israelí.

De todos modos, Irán lanzó algunos bombardeos al ejército invasor, pero no sirvieron de mucho por la falta de compromiso del ejército sirio en tierra.

Por su parte, Rusia tiene todo su esfuerzo concentrado en finiquitar el frente de Ucrania que, entre otras cosas, ha tenido el efecto colateral de evitar que Rusia intervenga con mucha fuerza en otros conflictos.

En conclusión, el grupo HTS (Hayat Tahir Al Shasam) reorganizado y rearmado en territorio turco e integrado por los reductos de Al Qaeda y el frente Al Nusra, más otra cantidad de mercenarios fundamentalistas que importaron, atacaron sorpresivamente a Siria y en diez días tomaron el control del poder ante un ejército sirio que, para sorpresa de todos, entregó todo el territorio sin dar batalla.

Esta es una pregunta que queda en el ambiente ¿por qué el ejército sirio entregó todas sus posiciones sin dar batalla?  Pues no estamos hablando de un ejército de escritorio o de cuarteles, sino de un ejército bien armado y apertrechado que había estado en combate o alerta máxima los últimos 20 años e integrado por hombres que habían luchado valerosa y hasta heroicamente a lo largo y ancho del país. ¿Qué pasó? ¿Hubo algún negocio por debajo de la mesa? Porque rendirse tan fácilmente, me suena ingenuo. Algún día se sabrá lo que pasó, pero si alguien tiene hoy una respuesta, soy todo oídos y le agradecería me explicara.

Al frente de HTS, se encuentra un tenebroso terrorista del fundamentalismo islámico llamado Abu Mohamad Al Juliani, buscado por las policías de todo el mundo y por cuyo pellejo USA ofrecía una recompensa de 25 millones de dólares, la mayor recompensa ofrecida por persona alguna en su historia, muy superior a los 10 millones que pagaban por Osama Bin Laden. Pero una vez instalado en el poder, revocaron la recompensa, le quitaron el atuendo musulmán, lo vistieron con el traje y la corbata occidental y lo llamaron «dirigente pragmático». Alguna prensa europea hasta llegó a llamarlo el Che Guevara musulmán. Después lo llevaron por los grandes salones de la política europea y bla, bla, bla.

Pero a un terrorista de tamaña catadura, que se les puede convertir en una sorpresa, tampoco podían dejar a su disposición los grandes arsenales del ejército sirio. Ni por el carajo. Entonces, no bien se sentaron en el palacio presidencial de Damasco los dirigentes de HTS, cuando Israel lanzó un bombardeo masivo que duró varios días sobre todas las instalaciones militares de tierra, mar y aire del país sirio, finiquitando la posibilidad de que cualquiera de los bandos se apoderara de esos arsenales y dando por terminada la guerra en caliente.

Estos bombardeos, obviamente, habían sido planeados desde tiempo atrás porque la precisión de los ataques fue letal en todos los blancos y en tiempo récord destruyeron la infraestructura militar del país. Claro está que ya tenían en el bolsillo la geolocalización de los objetivos. Otro elemento más para sospechar que hubo algo debajo de la mesa.

Fuere como fuere, este éxito contundente significó una derrota estratégica a los intereses de Rusia y China en el Medio Oriente, porque además, Irán queda tambaleando. Ah, olvidé decir, a Bashar Al Assad el presidente de Siria y su familia, Rusia les brindó refugio y pare usted de sumar.

¿Cómo queda entonces el territorio sirio? Bueno, Israel de inmediato se anexó la franja fronteriza de los Altos del Golán que históricamente han pertenecido al pueblo palestino; Turquía empezó a mover sus fronteras hacia la región de Idlib donde se encuentran los importantes campos petroleros del antaño oleoducto rodante como paga por su generosa ayuda al HTS; USA seguirá robando el petróleo de los campos que hoy tiene bajo su control y es posible que corra su dominio hacia otros más; Rusia seguirá con sus estratégicas bases navales en puertos de Siria, que nadie va a tocar porque nadie quiere una guerra con ellos; cuando estabilicen el país, lo cual veo difícil por ahora, Europa volverá con su proyecto de gasoducto desde Qatar para quitarse la dependencia de Rusia, y Rusia no se opondrá porque los recursos estratégicos para su economía que provenían de Europa ya los trasladó hacia los mercados de China, India, Pakistán, Turquía y otros. Y esperemos a ver qué otras entradas tienen en mente, pero lo cierto es que Siria será desmembrada, balcanizada y HTS en el poder no se va a oponer a nadie porque les debe a todos y todos felices.

¿Y el pueblo sirio qué? Otra vez la muerte y el terror. El desplazamiento, la huida hacia cualquier lugar del mundo donde puedan encontrar unos metros cuadrados de refugio para vivir en paz. Las familias despedazadas, las barquichuelas repletas de familias migrantes en el fondo del Mediterráneo. La brutal pesadilla.

Y ahora peor, porque con los terroristas del fundamentalismo islámico en el poder, quienes en su demencia por fin ven cercano el sueño de su anhelado califato, emprenderán el tren del genocidio. Ya las redes sociales comienzan a mostrar los cuerpos de familias enteras degolladas en las calles. El saqueo de los comercios, las casas incendiadas. No hay palabras para describir el horror que se avecina.

En la noche de uno de estos días, mientras rememoraba y ordenaba algunos acontecimientos para escribir este artículo, me quedé dormido y tuve un sueño. En él aparecía el rostro tierno e ingenuo de mi abuela que exclamaba angustiosamente: «¡Pero se volvieron locos! ¿De verdad todo esto está pasando por la construcción de un pinche tubo?» A lo que yo, en mi sueño, le respondí con la voz ahogada de los moribundos: «sí abuela, de verdad se volvieron locos, todo esto está pasando por la construcción de un pinche tubo».

Bueno amigo(a)s, hasta acá me trajo el río y aquí yo me despido. Les agradezco su tiempo para leer las opiniones de este modesto servidor y amigo. Esto solo fue un brochazo rápido. Quedan varios temas por tratar, muchas preguntas en el aire, pero por ahora mi cabeza no da más. Será en otra ocasión.

Oscar L.

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