A la cifra de más de 40 mil muertos del pueblo palestino, se suman los 500 en el Líbano que causó el Estado sionista de Israel con el bombardeo de este martes 24 de septiembre. Son niños, mujeres y hombres como ustedes, son el pueblo que está siendo asesinado, en medio de una escalada terrorista de Estados Unidos y su fiel sabueso Israel.
Ante la violenta masacre que el sionismo ha llevado a cabo contra el pueblo palestino, intensificada terriblemente desde el 7 de octubre de 2023, diferentes grupos políticos y militares fundamentalistas como Hezbolá y Hutíes han atacado a Israel, lo cual ha ocasionado que éste, cual animal herido, responda bombardeando supuestamente blancos militares, pero al igual que en Gaza, bombardea de forma indiscriminada a la población civil, con plena consciencia de que lo son, pues su interés es demostrar que no está herido de muerte.
Tanto Estados Unidos como Israel, se preparan para una guerra imperialista y deben mostrar poderío, estimular la producción de armas, ensayar en algunas regiones sus nuevos «juguetes», y para ello no importa cuantos tienen que morir, al fin y al cabo, no son sus hijos.
Así mismo, necesitan aplastar cualquier avanzada revolucionaria en el mundo, pues ellas son una esperanza para los pueblos que muestran la posibilidad de vencer a los Tigres de Papel. Con ese objetivo, los imperialistas yanquis han lanzado en la India la “Operación Kagaar” a través de su secuaz Narendra Modi, con el supuesto de poner fin a la Guerra Popular que se libra en el país asiático. Esto ha significado el asesinato de la población Adivasi, presentando los muertos como bajas en combate —al mejor estilo de los paracos en el régimen mafioso de Uribe—, sumando a ello el asesinato selectivo de dirigentes revolucionarios y activistas sociales, la persecución y encarcelamiento de dirigentes sociales y políticos, periodistas y activistas de derechos humanos, que denuncian este nuevo genocidio que viola todas las normas de la guerra y el derecho internacional humanitario, como cualquier dictadura abierta, pero con ropaje democrático.
Esta grave situación nos debe llamar como trabajadores a no perder ni por un momento de vista, la humanidad que somos, elevar la conciencia de que somos una sola clase a nivel mundial, que lo que sucede a nuestros hermanos en otros países no es muy distinto a lo que está pasando en este país, y además actuar, porque si no paramos estos genocidios, arrasarán con esos pueblos y luego vendrán por nosotros.
La solidaridad con el pueblo palestino, con el pueblo libanés, con el pueblo indio, con el pueblo sirio, con el pueblo filipino, con el pueblo africano, en fin, con todos los pueblos que están siendo denigrados por el imperialismo ¡no da espera!
¡Hay que salir a las calles! Este 7 de octubre participemos en las diferentes actividades que se van a realizar en apoyo al pueblo palestino. Sumémonos igualmente a la semana internacionalista del 7 al 13 de octubre que han convocado diferentes partidos comunistas en el mundo para apoyar la resistencia del pueblo palestino (contra el genocidio) y la Guerra Popular en la India (contra la operación Kagaar).
En toda manifestación, mitin, asamblea, encuentro, reunión que se realice hay que hablar de lo que está sucediendo con estos pueblos, hay que llamar a pronunciarse condenando las agresiones y alentar la lucha de los pueblos oprimidos, a la vez que, en las declaraciones debe salir el compromiso de seguir movilizándose y exigir que el gobierno de Petro rompa toda relación económica, política y militar con el Estado sionista de Israel.
Así mismo hay que persistir en el camino de la lucha y por ello es necesario organizar las Asambleas Populares que preparen la movilización, el bloqueo y la huelga contra las clases dominantes explotadoras y el Estado, no solamente para conquistar las reivindicaciones del momento, sino para que estas contribuyan a prepararse para la toma del poder, como parte de la avanzada de la Revolución Proletaria Mundial, única forma de derrotar de una vez por todas el cáncer del capitalismo imperialista.
Que, en las calles, especialmente en el mes de octubre, retumben las consignas:
¡Un solo pueblo, una sola lucha!
¡Proletarios y pueblos el mundo, uníos contra el imperialismo!