El gobierno reformista del Pacto Histórico planea gastarse una millonada -las cifras van desde los 15 hasta los 26 billones de pesos- en poderosos aviones de combate para renovar la flota que hoy posee el Estado colombiano. Esta decisión es tomada en cabeza de Gustavo Petro, el mismo que durante el régimen de Iván Duque -el anterior presidente uribista-, criticó duramente a su antecesor cuando anunció en su momento que iba a realizar la renovación de la flotilla de aviones. Parece que, según Petro y sus defensores, las balas y misiles lanzados desde esos aviones, tienen diferente carácter según sea el tipo de gobierno que esté en cabeza del Estado burgués.
Y es que ese es el verdadero problema de fondo. El Estado burgués es un aparato burocrático-militar que sirve para defender los intereses de la burguesía y los terratenientes en Colombia y cuyo pilar central son las fuerzas armadas. Ese Estado, está por encima de cualquier forma que adquiera el gobierno de turno, que es una junta temporal que, en Colombia, administra desde el Ejecutivo durante cuatro años los negocios de las clases dominantes.
Ese gobierno presidencialista en Colombia desde el 2002 hasta el 2022 -a excepción relativa de los cuatro años del gobierno de Santos- estuvo en manos del régimen de la mafia uribista. Fue un régimen porque se trató de un gobierno que tuvo unas características especiales, que en síntesis, fue la forma en que gobernó la mafia, la burguesía mafiosa que se lucra del cultivo, producción y distribución de sicotrópicos, que usó el terrorismo de Estado de forma abierta para sostenerse en el poder, fue un periodo en que quedó en total evidencia el maridaje, la relación de los profundos vínculos que existen entre el Estado y sus instituciones (Ministerios, Fuerzas Armadas, Congreso, etc.) con la mafia, entre la burguesía y los terratenientes en general con la mafia en cabezada por Álvaro Uribe Vélez.
Hoy el gobierno es de carácter reformista y está en cabeza de Petro y su vicepresidenta Márquez que representan el Pacto Histórico, una mezcolanza de sectores políticos y económicos que van, desde los revisionistas que se dicen “comunistas” como los del falso Partido “Comunista” Colombiano, hasta los del burgués Partido Liberal, y no sobran los acuerdos y nombramientos a miembros del ultrareaccionario Partido Conservador. Por eso, afirmamos que Petro quiere gobernar para dios y para el diablo, quiere quedar bien con los unos y con los otros y finalmente, será una olla a presión que le estallará en la cara, y lo de los aviones de combate es un caso de esos.
Petro, que en el pasado criticó la renovación de la flota de aviones de combate, considerando irresponsable gastar parte del presupuesto en la guerra y no en la vida, hoy anuncia que hará esa misma renovación ganándose incluso, los aplausos del uribista Federico Gutiérrez, ¿en dónde quedó el discurso de que su prioridad es el pueblo, defender la vida, etc..?. Es una demostración de que por encima de los deseos e intenciones de x o y gobernante, lo que prima en la sociedad burguesa son los intereses de las clases dominantes que necesitan proteger su podrido Estado. Por más fraseología democrático-burguesa que el reformismo use para justificar la compra de nuevos aviones, o que digan que son el gobierno “Paz Total”, el hecho en concreto es que tienen que hacerlo para proteger los intereses de burgueses, terratenientes e imperialistas, en oposición a los intereses de las clases oprimidas y explotadas que ya están hastiadas de vivir en medio de la pobreza, el hambre, la guerra contra el pueblo, el desempleo, la carestía… que es lo único que le ofrece este podrido Estado burgués que hoy defienden a sangre y fuego los reformistas desde el poder político de esa maquinaria burocrática de guerra.
Un Estado obrero necesita dotarse militarmente de lo mejor que la sociedad produzca en ese terreno. Un Estado obrero no promoverá nunca el pacifismo burgués, se defenderá de los ataques de los imperialistas con las mejores armas, dotará al pueblo en armas de la mejor infraestructura que le sea posible obtener y producir, después de garantizar de verdad las necesidades básicas del pueblo, porque lo puede hacer, ya que la riqueza producida por la sociedad no se la apropiarán unos pocos.
Es claro que como afirmó Mao, el poder nace del fusil. Sin embargo, la política manda al fusil y es así como un Estado gobernado por los obreros y los campesinos está en la obligación de defender militarmente la Dictadura del Proletariado que es el verdadero gobierno del pueblo, en el que las masas lo deciden y lo producen todo según sus necesidades.
Mientras que no exista en Colombia esa forma de gobierno que se debe a otro tipo de Estado y de sociedad, la sociedad Socialista, los comunistas revolucionarios nos oponemos tajantemente a que el gobierno reformista de Petro – Márquez dote al Estado burgués – terrateniente con maquinaria de guerra que significará el derramamiento de sangre y la pérdida de vidas de innumerables personas del pueblo.