Tomado de Maoist Road – Traducción de Revolución Obrera
Este sábado 20 de marzo, en Saint-Étienne, por convocatoria del Sindicato de Trabajadores Privados del Empleo y la Precariedad (CTPEP-CGT), tuvo lugar una manifestación combativa para celebrar los 150 años de la Comuna de París, la primera experiencia de poder del proletariado. El hecho es tanto más destacable cuanto que es la única manifestación de este tipo organizada en el estado francés aparte de otra organizada en Brest por los chalecos amarillos.
Más de 300 personas marcharon por las calles de Saint-Etienne, a pesar del frío gélido, para afirmar su apego a los ideales de los comuneros y proclamar que estos siguen siendo relevantes hoy. Esta afirmación se encuentra en la propia composición de la procesión, formada por muchos jóvenes que se habían colocado al frente de la manifestación. La juventud proletaria mostró su determinación a lo largo de la procesión cantando numerosas consignas. La organización de los Jóvenes Revolucionarios causó gran impresión con una pancarta que proclamaba el lema «¡izad la bandera roja de la Comuna de París!». En el camino de la manifestación, se corearon muchas consignas en honor a la lucha de las mujeres trabajadoras, contra Thiers y su República (en referencia a Adolphe Thiers, jefe del estado francés que hizo reprimir la Comuna de París) pero también en apoyo de la lucha de los campesinos brasileños pobres en Rondônia, recordando el carácter internacionalista de la lucha del proletariado.
La protesta se detuvo frente al Ayuntamiento de Saint-Etienne, durante el cual se realizaron varios discursos. Durante su intervención, un activista de la CTPEP (el comité de los precarios y privados de empleo de la CGT) recordó que hoy es necesario seguir los pasos de los comuneros para lograr un mundo sin clases sociales, libre de la explotación capitalista.
El discurso de los Jóvenes Revolucionarios fue particularmente apreciado, estuvo marcado por el sello de combatividad que representa a la clase y al proletariado. El activista JR recordó algunos principios fundamentales, en particular sobre la violencia revolucionaria, diciendo que “No habría habido nada sin los cañones de Montmartre y los fusiles de la Guardia Nacional”. Reafirmó la importancia del auto sacrificio y la iniciativa histórica, citando al gran líder revolucionario Karl Marx, en relación a nuestro tiempo que es «de una nueva ola de revolución proletaria mundial». Remarcó, con fuerza, que sin «sin el Comité Central de la Guardia Nacional, nada podría haber pasado«. Para los Jóvenes Revolucionarios, está claro que «sin un Partido revolucionario unificado del proletariado no se puede hacer nada». Y que esta es LA gran lección de la Comuna. Los Jóvenes Revolucionarios apoyaron el hecho de que la comuna de París es la primera experiencia de la dictadura del proletariado, que también fue recordada por la Comisión de Desempleo Precario de la CGT. La militante de la Juventud Revolucionaria concluyó su intervención con la necesidad de asumir «¡nuestra tarea histórica, la de izar la bandera roja de la Comuna! Vivamos a la altura de los tiempos, volvamos a asaltar el cielo».
Tras estos combativos discursos, la comitiva partió de nuevo hacia la FIL, una sala de conciertos ocupada por trabajadores intermitentes de la industria del espectáculo que luchan por conseguir la prórroga del año sabático, lo que les permitiría seguir percibiendo unos ingresos a pesar del cierre de toda la industria de las artes escénicas.
A lo largo de la semana, las Juventudes Revolucionarias de Lyon, Rennes, París y Saint-Étienne también llevaron a cabo numerosas acciones, como la exhibición de pancartas y placas, así como sesiones de formación sobre la Comuna de París.
