Los mineros salieron de la mina
remontando sus ruinas venideras,
fajaron su salud con estampidos
y, elaborando su función mental
cerraron con sus voces
el socavón, en forma de síntoma profundo.
(…)
El 11 de marzo de 2019 Revolución Obrera publicó un artículo donde se saludaba y reconocía la justeza de la lucha de los mineros de la empresa Miners S.A., a la cual también se le comenzaron a sumar las peticiones del pueblo de Carmen de Atrato, quien se manifestó en contra de la destrucción del aire y del río Atrato por los residuos contaminantes que desperdiga la minera, además exigieron la reconstrucción de la malla vial gravemente deteriorada por el tránsito de las volquetas cargadas de material y la construcción de un hospital de nivel 2 en el pueblo.
Tras decretar la huelga, los obreros fueron el núcleo fuerte que permitió mantener y continuar la lucha, hasta llegar al tribunal de arbitramento, mediante el cual el Estado a través de su “derecho laboral” procedió como siempre ha procedido a dirimir el conflicto a favor de los patronos; en este caso a favor de propietarios y accionistas de Miners S.A. Como en toda lucha y ante la falta de claridad y experiencia por parte de los obreros, quedó un sabor amargo de derrota en las bases sobre la “utilidad de la huelga”; algo así como si la lucha no hubiera servido para nada: ¿tanto esfuerzo y para qué?, se comenta entre los desanimados. Sin embargo es importante aclarar que a la clase obrera nunca le han caído los derechos del cielo, por el contrario, cada pliego, cada aumento, cada derecho ha sido conquistado tras una serie de arduas luchas fracasadas que precedieron la victoria: de derrota en derrota hasta la victoria final, tal es la lógica del pueblo.
Craneados de labor,
y calzados de cuero de vizcacha,
calzados de senderos infinitos,
y los ojos de físico llorar,
creadores de la profundidad,
saben, a cielo intermitente de escalera,
bajar mirando para arriba,
saben subir mirando para abajo
(…)
En el conflicto se cometieron varios errores, el principal de ellos fue el de dividir el pliego de peticiones presentado por el sindicato, del conjunto de peticiones y reclamos de los pobladores del Carmen de Atrato hacia la empresa. Tal idea fue inculcada por algunos directivos del sindicado y los abogados que siempre se esmeraron en que la lucha transitara por los desfiladeros del “código laboral”; es decir, de la mansedumbre y la pasividad de los obreros frente a la patronal durante la huelga. La división le otorgó tiempo a los patrones y le restó fuerza al movimiento, permitiendo que la burguesía usará su haz bajo la manga del tribunal, en donde, además de enfrentar a la patronal y al gobierno, los dirigentes obreros son presionados y manoseados con prebendas. Las bases espontáneamente saben que entre más pueblo mejor y haber sumado la lucha de los pobladores del Carmen de Atrato a la huelga minera, presentado un pliego común –como lo hicieron los obreros en la huelga de las bananeras– hubiera dado un poder centuplicado a la huelga y se habría ganado la simpatía y apoyo de varias regiones aledañas.
Otro error en la lucha obedece a la falta de experiencia y conciencia de clase entre las bases y activistas del sindicato, como negarse a viajar a Medellín y dar a conocer su problemática entre los obreros fabriles y demás trabajadores, lo cual hubiera despertado mucha simpatía y apoyo para la lucha; por ejemplo, las valerosas mujeres de IAS en la toma de la fábrica hace más de un año, solo se han podido mantener en la lucha por la solidaridad y el apoyo de organizaciones hermanas y de los obreros fabriles. Había que contagiar la efervescencia de su lucha para que en los grandes centros urbanos como Medellín, por mencionar el más cercano, se hubieran desplazado más organizaciones con apoyo económico, político y moral, favoreciendo además el intercambio de ideas y experiencias para haber elevado la conciencia de los obreros y aislado las ideas incorrectas de los abogados y dirigentes vacilantes.
¡Loor al antiguo juego de su naturaleza,
a sus insomnes órganos, a su saliva rústica!
¡Temple, filo y punta, a sus pestañas!
¡Crezcan la yerba, la rana y el liquen en sus adverbios!
¡Felpa de hierro a sus nupciales sábanas!
¡Mujeres hasta abajo sus mujeres!
¡Mucha felicidad para los suyos!
Los mineros de Miners S.A. no acudieron a la huelga por ventura o deporte, ésta es su principal arma para remontar las miserias de este sistema que los condena a la superexplotación, al hambre y la contaminación de su pueblo. Renunciar a luchar y denigrar de la huelga significa aceptar las cadenas y permitir la destrucción de la naturaleza. Ningún obrero tiene en su alma tal sentimiento, ni está dispuesto al suplicio. Se debe racionalizar la experiencia, descubrir a los falsos amigos de las luchas obreras y tomar nuevos alientos para de nuevo lanzarse a una nueva y más radical huelga.
¡Loor a su naturaleza amarillenta, a su linterna mágica,
a sus cubos y rombos, a sus percances plásticos,
a sus ojazos de seis nervios ópticos
y a sus hijos que juegan en la iglesia
y a sus tácitos padres infantiles!
¡Salud, oh creadores de la profundidad…! (Es formidable).
Cesar Vallejo.
Un distribuidor de Revolución Obrera