La llama de la lucha se enciende en el magisterio

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Desde FECODE, el magisterio anunció paro nacional de 48 horas el próximo 28 y 29 de agosto. Un paro más que justo, si se tienen en cuenta los incumplimientos del Estado de los explotadores, hoy en cabeza del gobierno uribista del títere Iván Duque. Más que necesario por el pésimo servicio de salud con que hoy cuentan los maestros y sus familias como queda en evidencia en la imagen anexa. Hasta la inoperante Supersalud se vio obligada a multar a una de las EPS que afilia al magisterio, Cosmitet Ltda., por más de mil 400 millones de pesos.

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¡El paro magisterial es la única salida de los maestros para conquistar mejores condiciones de salud y denunciar la matanza que están cometiendo en su contra! Los jefes de Fecode se ven forzados a convocar un nuevo paro, no solo por los graves hechos que han sucedido en materia de salud, sino principalmente por la presión de las bases sindicalizadas, que no olvidan la traición cometida por dichos jefes cuando vendieron la lucha en el 2015, firmando a escondidas y de contrabando un acuerdo con el gobierno de Santos en nombre de la burguesa “paz social” con los explotadores, defendida por los jefes de los partidos politiqueros PCC, Moir, Verde, Liberal, entre otros.

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Sede de Fecode después de que la Junta Nacional traicionó el paro del 2015

El magisterio es uno de los sectores de la clase obrera más numerosos, organizados, combativos y mayoritariamente femenino, cuya radicalidad ha ido en aumento, persistiendo en el camino de la lucha directa contra sus enemigos de clase y en la brega por la reestructuración de sus sindicatos; así mismo, las bases se encuentran en estado de máxima alerta para evitar un nuevo engaño o traición de los jefes sindicales.

Las bases del magisterio deben apoyar este paro, pero no de forma pasiva. Se hace necesario buscar la unidad entre todos los maestros y de estos con el conjunto de la clase obrera que se encuentra luchando contra la rebaja salarial, por salud, pensión, contra el terrorismo de Estado, entre otras sentidas reivindicaciones. Otro aspecto importante es organizar el inconformismo de las bases con los jefes sindicales en federaciones que enarbolen los métodos de dirección y de trabajo revolucionarios, como lo son el principio de “todo con las masas, nada sin ellas” para aprobar las decisiones más importantes en los conflictos, entre otros.

La burguesía y su Estado no van a concederles nada a los maestros por las buenas; igualmente, los actuales jefes sindicales en su mayoría se encuentran alineados y dirigiendo los conflictos guiados por la política de la conciliación y concertación entre clases sociales antagónicas, pues no les interesa en absoluto la lucha obrera y exacerbar los conflictos, porque para ellos la dirección, tanto de las centrales sindicales como de los principales sindicatos, es un trampolín que los catapulta a cargos politiqueros dentro del caduco Estado de los explotadores, como ministerios o consejerías. En ese sentido, es muy importante luchar desde la base para mantener la independencia de clase, lo que exige no rebajar los propósitos del paro, ni dejarse distraer por la farsa electorera impulsada por algunos jefes sindicales y cuyo propósito es encauzar la rebeldía de los maestros hacia las urnas.

El Paro del magisterio sirve como preparación del Paro Nacional Indefinido; forma que hoy adopta la Huelga Política de Masas, forma de lucha obrera y popular en la que las amplias masas se movilizan, bloquean y paralizan la producción de las principales ramas de la industria, comercio, transporte, finanzas y demás, exigiéndoles a los capitalistas y a su Estado, con la fuerza de la huelga y la movilización, las principales reivindicaciones o exigencias comunes del pueblo trabajador, como son la salud, educación, alza general de salarios y contra el terrorismo estatal, entre otros, como sucedió en el célebre Paro Cívico Nacional del 14 de septiembre de 1977. Así, los obreros y campesinos tendrán mejores condiciones para la lucha por destruir el poder político, económico y militar de los explotadores representado en su Estado de dictadura contra el pueblo.

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