EN LOS 100 AÑOS DE LA OIT

EN LOS 100 AÑOS DE LA OIT 1

Este año la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cumple 100 años desde su fundación. La propaganda por internet no se ha hecho esperar para dejar en alto el nombre de dicha institución que hace parte de la imperialista Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que en 1919 fue creada como parte del Tratado de Versalles después de la Primera Guerra imperialista. Entre los nueve países fundadores se destacan los imperialistas de Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos y su carácter es “tripartito”, es decir, formalmente está compuesta por tres partes cuando realmente son dos bloques: uno compuesto por gobiernos y patronos; y otro en el que están los trabajadores representados principalmente por las centrales sindicales de los países imperialistas, es decir, por la aristocracia obrera ahora agrupada en la Central Sindical Internacional (CSI) (relacionada con el imperialismo estadounidense) y en la Federación Sindical Mundial (FSM) (afín al imperialismo ruso y chino).

La OIT por lo tanto, no es una organización que los obreros del mundo puedan usar para defender sus intereses de clase, pues representa a nivel internacional la política de conciliación y concertación entre clases antagónicas. La clase obrera mundial no debe confiar sus esperanzas en un aparatejo cuyo “Consejo de Administración” está conformado por 28 representantes de los gobiernos, 14 de los patronos y 14 de los trabajadores, pues la desventaja es obvia, no solo numéricamente, sino porque por ejemplo en el caso de Colombia los jefes de las centrales sindicales son camarillas que responden a los intereses y propósitos de los partidos políticos de la pequeña burguesía (Partido Verde, Progresistas, MOIR, PCC mamerto…) y hasta de la burguesía misma (Partido Liberal).

Ahora, de los 28 representantes de los gobiernos, “diez serán nombrados por los Miembros de mayor importancia industrial”, léase, por los imperialistas que viven a costa de la superexplotación del trabajo ajeno y de destruir la naturaleza y la fuerza de trabajo, por lo tanto, los mayores enemigos de los obreros y los campesinos siempre tendrán un asiento por derecho propio en la OIT, votando y decidiendo en contubernio con los capitalistas y sus agentes oportunistas dentro del movimiento obrero mundial.

Además, como dice el dicho popular, “el que pone la plata, pone las condiciones” y en el caso de la OIT el Presupuesto Ordinario, proviene principalmente de las arcas de los Estados Miembros, “basadas en la escala de las Naciones Unidas”, es decir, que son los países imperialistas los que financian dicha organización, lo cual les da el derecho implícito de establecer lo que allí se aprueba. Los demás financiadores provienen de “contribuciones voluntarias de socios principales” y “Recursos Extra-presupuestarios de Cooperación Técnica”, es decir, de capitalistas financieros principalmente que son los que mandan en la OIT.

Por lo tanto, los obreros del mundo no tienen nada que celebrar en los 100 años que cumple la imperialista OIT. Sus recomendaciones y convenios no son de obligatorio cumplimiento para ningún Estado, pues en la realidad estos son violados por los capitalistas con la complicidad de los gobiernos de cada país, que en últimas son los administradores de los negocios de la burguesía por un periodo determinado. El llamado es a desechar las ilusiones en esa organización imperialista que no representa los intereses de los obreros, los cuales deben actuar con independencia ideológica, política y organizativa, construyendo sus propias organizaciones para la lucha contra el capitalismo a nivel internacional, que una a los obreros de todo el mundo en contra del capitalismo imperialista, que actúe bajo las banderas del internacionalismo proletario solidarizándose con las luchas de resistencia y políticas por el poder del Estado y contra la dominación burguesa y terrateniente a nivel mundial y que haga de la lucha de resistencia parte de la lucha política revolucionaria, teniendo como propósito mejorar las condiciones materiales, políticas e ideológicas de los obreros para emprender luchas de más largo aliento como la que se debe organizar para derrotar al capitalismo y sobre sus ruinas construir una sociedad que no esté basada en la explotación del hombre por el hombre, sino basada en la cooperación y solidaridad internacionalista: el Socialismo.

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