RECHAZAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER HACE PARTE DE LA LUCHA CONTRA EL CAPITALISMO

RECHAZAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER HACE PARTE DE LA LUCHA CONTRA EL CAPITALISMO 1

En tan solo los dos primeros meses del 2018, la violencia contra las mujeres se ha agudizado. Sin importar su clase social, sus posiciones políticas, ideológicas o creencias, las mujeres están siendo maltratadas, violadas, golpeadas y asesinadas. El único delito cometido: ser mujer.

En medio de los indignantes y crueles casos de golpizas, solo por mencionar el de Milian Lorena Lozano que resultó con 132 puntos en su rostro producto de un ataque de su compañero sentimental, están las denuncias de la compañera del bloguero Gustavo Rugeles, de cuatro ex compañeras del bloguero Nicolás Arrieta y de la periodista Claudia Morales, quien se atrevió a denunciar su caso, pese a no revelar la identidad del hombre que la violó hace años, acudiendo «al silencio como opción» para proteger su vida.

Y no es para menos que la periodista haya tomado como opción el silencio, en una sociedad donde es normal el maltrato a la mujer, donde la justicia no es más que una traba para las mujeres que se atreven a denunciar sus casos ante las instituciones legales, donde existe miedo a las represalias que puedan tomar sus agresores, pues en realidad no hay quien las defienda!

El silencio es el común denominador en los casos de maltrato a la mujer, pero no es cobardía compañeros, sino porque esta sociedad no es capaz de proteger a sus mujeres, pues denunciar en algunos casos puede incluso costarles la vida. A Milian Lorena, su compañero la maltrataba desde hacía dos años, y no lo denunció porque él amenazaba con lastimar a sus hijos; Marcela González novia de Rugeles, después de denunciar, apareció de nuevo con su novio, el tipo tuvo la audacia de defenderse con fotos posando muy feliz de nuevo con ella a quien seguramente seguirá lastimando con golpes; a Alejandra Patino, Carolina Botía, Aldana Aradvari, Verónica Duque y Verónica Ortiz ex novias de Arrieta («famoso bloguero»), las amenazaron por sus denuncias en redes hacia este asqueroso maltratador; y, Claudia Morales, incapaz de denunciar en su momento a un repugnante violador con poder, por miedo a las represalias con los suyos y contra su propia vida.

Los anteriores son sólo algunos ejemplos que finalmente salieron a la luz pública gracias a la valentía de estas mujeres, pero seguramente en muchos hogares, oficinas y fábricas habrán miles de mujeres, oprimidas, abusadas, acosadas por sus compañeros o jefes, casos desconocidos por miedo al golpe, al despido, al abuso sexual… mientras que en el Estado burgués solo encuentran burocracia, injusticia y maltrato cada vez que deben relatar los hechos, mostrar su cuerpo golpeado y violentado, para finalmente esperar un veredicto que en la mayoría de ocasiones no pasa de una simple e inútil caución.

Está visto que la problemática de la mujer en el capitalismo es y será cada vez más aguda, pues es una desigualdad endémica de este sistema podrido, en crisis económica que agrava la crisis social, y arremete contra quienes son más vulnerables en la sociedad, en este caso: mujeres y niños.

Es necesario entonces, concentrar esfuerzos en la lucha contra la opresión y violencia a la mujer; las compañeras deben organizarse en comités o grupos de lucha, convocando a hombres y mujeres que estén con la causa de impedir el maltrato a las mujeres; deben rodearse de todos aquellos que se muevan en lo jurídico y seguir denunciando públicamente a los agresores; pero sobre todo deben rodearse de la solidaridad y lucha del pueblo colombiano, principalmente del movimiento obrero, para impedir el abuso de todo tipo hacia la mujer.

Todo lo anterior implica estar dispuestos a batallar, unirse con el pueblo luchador y enfrentar en las calles este monstruo del maltrato a la mujer, agigantado en este sistema. Las mujeres deben luchar por su emancipación, como parte de la emancipación de la clase obrera, y así garantizar su participación en la lucha política por la derrota del poder de los explotadores y por la construcción del poder proletario, el único que abonará el camino para la liberación definitiva de todas las mujeres.

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