Oh mujer obrera y proletaria campesina y ama de casa,
siempre te quiero aguerrida, más nunca sumisa,
doblemente explotada has de ser doblemente revolucionaria.
En tus fuerzas nos apoyamos para construir un mundo nuevo con vuestras manos,
el futuro y la revolución han de ser contigo o no se transformara nada,
ni adelante ni atrás, siempre al lado del hombre, ese es tu verdadero lugar.
Nos has de señalar en qué fallamos,
eres nuestro complemento natural para que avancemos juntos de la mano,
nunca dudes en dar tu opinión y la crítica si es necesario
cuando veas que del camino al comunismo nos hemos desviado.
No eres objeto ni mercancía como el capitalismo os ha objetivado,
eres vida, eres fuego
tu esencia es más que un cuerpo esbelto.
Con tus esfuerzo diario nos motivas y eres ejemplo de seguir luchando,
por la causa proletaria por el campesinado,
por el sin pan y el ignorado.
Que tiemble la burguesía cuando hombres y mujeres unidos
desaten su furia contra este sistema machista,
que nadie lo dude pues lo haremos trizas.
Un camarada.