Patricia Argüello de 34 años es la nueva víctima de feminicidio, a manos de su esposo, Jorge Eliécer Rojas Isaza de 65. Los hechos ocurrieron el pasado 1 de julio en el municipio de Puerto Berrío al oriente de Antioquia. Alrededor de las 9 de la noche en el lugar de residencia de la pareja, durante una discusión, Patricia es herida de gravedad en el pecho con arma blanca por su esposo, quien a la vez intenta suicidarse hiriéndose en el abdomen. Los vecinos logran avisar a la policía y mientras eran llevados al hospital, Patricia fallece y el feminicida es detenido en flagrancia y se salva.
En esta sociedad, donde el capitalismo ya no tiene más qué brindar y sigue reproduciendo y alimentándose del machismo, agudizando las contradicciones entre hombres y mujeres y ensañándose con el sexo femenino acallándolas, intimidándolas, y reproduciendo la nefasta idea de inferioridad de la mujer y sumisión frente al hombre; toda una ideología que comenzó desde el momento mismo en que surgió la lucha de clases, cuando se relegó a la mujer a las tareas domésticas y a la crianza de los hijos, la convirtió en objeto de placer y lujuria, y bajo el capitalismo, en una mercancía que se usa para vender y comprar; mientras los hombres tomaron las riendas del hogar, haciendo de “su” familia, esposa e hijos, “su” propiedad, al punto de convertirse dentro del hogar en el opresor.
El capitalismo, a través de su Estado, pregona hipócritamente que lucha por la igualdad de género mientras mantiene y reproduce la ideología machista de propiedad privada, de superioridad del hombre, de cosificación de la mujer, y crea leyes que obstaculizan los derechos femeninos e impiden que la mujer tenga la plena libertad de decidir sobre su vida sin ningún tipo de atadura machista.
Y todo eso es lo que explica, que casos como el de Patricia Argüello sean tan comunes en esta sociedad, porque aunque la contradicción entre hombres y mujeres la exacerba el capitalismo; el fondo del problema está en la sociedad de clases y no en la contradicción de género; las contradicciones sociales están para ser resueltas, y no nos cabe la menor duda que solamente con el socialismo y el comunismo se puede lograr la liberación de la mujer; y por esta razón, llamamos a los hombres y mujeres de nuestra clase a unirse y luchar como uno solo por transformar radicalmente esta sociedad.
A las mujeres, que sienten el dolor de perder a seres tan valiosos como Patricia y a los hombres que se niegan a seguir siendo instrumentos del capitalismo para oprimir a las mujeres, los exhortamos y convocamos a que nos sintamos firmemente parte de las masas de obreros y campesinos, y encontremos el camino de la lucha, que hoy se materializa en unirse a las tareas que se ha propuesto la Asamblea Nacional Popular Independiente, por las reivindicaciones más sentidas como parte de la creación de unas mejores condiciones para luchar, hasta derrotar a nuestros verdaderos enemigos, la burguesía, los terratenientes y los imperialistas, los verdaderos causantes de los sufrimientos de la mujer y de todo el pueblo.
