HABLAN DE PAZ Y EN LOS HECHOS SIGUEN MASACRANDO

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Una vez más denunciamos la falsa paz que se promete desde La Habana para los pobres de Colombia; ya que en dichas negociaciones se pretende en realidad la paz para los ricos, cuyo objetivo consiste en fortalecer su dictadura y riqueza. De ahí que los imperialistas, las lacayas clases dominantes y hasta la cúpula guerrillera de las FARC, se esfuercen por promover el engaño pacifista de que entre las clases antagónicas, proletarios y burgueses, pueda haber paz.

¡Engaños! porque en la medida que se intensifica la propaganda pacifista de estar cerca al fin del conflicto, no paran los asesinatos contra líderes reclamantes de tierras, defensores de derechos humanos y hasta de los propios militantes pertenecientes a movimientos y grupos que impulsan dicho proceso.

Tan alarmante es la situación, que según cifras de instituciones burguesas como El Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac) resaltan el aumento de los asesinatos: «indica que en el 2015 los asesinatos selectivos aumentaron un 35 por ciento con respecto al 2014. Se pasó de 78 muertos a 105 el año pasado.» Y que para el 2016 va en aumento, la Fundación Paz y Reconciliación dice tener «documentados 30 casos… Marcha Patriótica reporta que desde su fundación, en el 2012, han sido asesinados 116 de sus integrantes. Piedad Córdoba, una de las dirigentes, sostiene que 28 de los crímenes han ocurrido en lo que va del 2016».

Y no se detendrá la violencia contra el pueblo, porque la guerra entre los diferentes sectores de las clases dominantes (terratenientes y burgueses) tiene como causa la disputa por la renta extraordinaria que ofrece las mejores tierras para el cultivo de los psicotrópicos, la palma de aceite, caña de azúcar, explotación minera entre otras y por ello, todo aquel que represente oposición a los propósitos económicos de grandes terratenientes o burgueses agroindustriales, será víctima del terror estatal militar o paramilitar.

Los pobres del campo y la ciudad no deben ilusionarse en que la paz provenga de las clases dominantes, sus enemigos de clase, porque así mantengan su disputa interburguesa, tienen el común interés de impulsar el desarrollo del capitalismo en Colombia mediante una acelerada expoliación de las riquezas naturales y una mayor superexplotación asalariada; por lo cual ni Uribe, ni Santos o la cúpula guerrillera representan los intereses de los explotados y oprimidos.

En lo inmediato la lucha directa, e independiente le permitirá a las masas de obreros y campesinos pobres frenar la arremetida terrorista estatal y paramilitar. Y hacia el futuro solo es posible una verdadera paz para los de abajo, mediante el triunfo de la guerra popular realizada por obreros y campesinos.

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