¡Siempre con las masas! Sobre el movimiento de los chalecos amarillos

¡Siempre con las masas! Sobre el movimiento de los chalecos amarillos 1
Chalecos Amarillos en la Reunión
Pronunciamiento del Partido Comunista Maoísta de Francia, publicado el 29 de noviembre de 2018. La traducción del francés al español es responsabilidad de Revolución Obrera.


¡Siempre con las masas!

Contra los conceptos erróneos sobre la lucha de masas

En internet se había estado pidiendo durante unas semanas «bloquear las carreteras» para protestar contra el aumento de los precios del combustible. Esta llamada ha encontrado un eco importante, centenares de miles de personas se interesaron antes del 17 de noviembre.

El primer sábado de la movilización, cientos de miles de personas se encontraron en las carreteras, estacionamientos y áreas comerciales, con el objetivo de bloquear, con una consigna general «contra el impuesto». Rápidamente, los lemas, bajo la mirada de nuestros camaradas, pasaron de la negativa del aumento del impuesto al diesel al rechazo de los aumentos de los precios, a la demanda de mejores salarios y pensiones, etc.

El segundo sábado, la llamada para ir a París no fue acogida muy bien y se sintió la división entre los que se quedaron localmente y los que fueron a París, el número de bloqueos decayó en general, a pesar de que muchos de ellos continuaron.

En la Reunión, el poder se enfrentó directamente de manera brutal con la ira de las masas que pagan incluso más que en las metrópolis todas las mercancías de primera necesidad. La situación social de l’île (la isla), con un alto índice de pobreza y desempleo, prendió fuego a la pólvora. Durante 15 días, el Estado ha estado aplicando tratamiento militar a esta revuelta, trasladando sus fuerzas represivas a la Reunión. La situación es tal que el ministro de «Ultramar» tuvo que actuar el 28 de noviembre haciendo promesas a los «representantes» seleccionados cuidadosamente mientras la multitud abucheaba.

Donde hay opresión hay resistencia es una ley universal

Para nosotros, los comunistas, la lucha contra el costo de la vida es un elemento importante en la lucha de clases, un elemento de gran importancia política, ideológica y organizativa. Sin embargo, muchos activistas están avergonzados por este llamado y por el eco que puede tener, por el hecho de que el eslogan parece haber sido retomado por un militante fascista, y que los patrones del transporte están tratando de hacerse con el control de esta movilización. Muchos deciden que, puesto que este movimiento tiene un eco a la derecha, no participan. Es un método metafísico, una forma de analizar que parte de principios inmutables, que no ve todos los aspectos de las cosas. Analizar de esta manera no permite sacar una conclusión correcta sobre la táctica a adoptar.

Dos semanas después de la movilización, las cosas han cambiado. Sin embargo, era bastante predecible que, dada la forma del movimiento y su composición de clase, recurriría al embate antigubernamental, ¡con demandas proletarias sobre los salarios y el costo de la vida!

Elemento principal y elemento secundario

En cada movimiento, es necesario estimar cuál es el elemento principal y el elemento secundario. Mao Tse-Tung resume el método de análisis utilizado por los comunistas en Sobre la Contradicción.

«La concepción metafísica del mundo, o concepción del mundo del evolucionismo vulgar, ve las cosas como aisladas, estáticas y unilaterales. Considera todas las cosas del universo, sus formas y sus especies, como eternamente aisladas unas de otras y eternamente inmutables. Si reconoce los cambios, los considera sólo como aumento o disminución, cuantitativos o corno simple desplazamiento. Además, para ella, la causa de tal aumento, disminución o desplazamiento no está dentro de las cosas mismas, sino fuera de ellas, es decir, en el impulso de fuerzas externas. Los metafísicos sostienen que las diversas clases de cosas del mundo y sus características han permanecido iguales desde que comenzaron a existir, y que cualquier cambio posterior no ha sido más que un aumento o disminución cuantitativos. Consideran que las cosas de una determinada especie sólo pueden dar origen a cosas de la misma especie, y así indefinidamente, y jamás pueden transformarse en cosas de una especie distinta».

¿Cuál es el elemento principal en el movimiento que tiene lugar? En el período actual, cuando los salarios y la asistencia social son atacados (ya sea directamente, a través de recortes salariales, o indirectamente, a través de reducciones en las contribuciones sociales, o indirectamente, por el aumento general de los precios), la consigna «Luchemos contra la vida cara» tiene un inmenso eco en las masas que ven aumentar las dificultades para llegar a fin de mes.

El fuerte aumento en el precio de la gasolina, que es un elemento central del presupuesto del hogar (¡un hogar rural puede gastar más en su automóvil o automóviles que en alimentos o vivienda!) tiene el efecto de una bomba. Estas son pérdidas mensuales que pueden ascender a 100 €, 200 € o más para un hogar. Para los salarios más bajos, es asfixiante.

En resumen, la consigna lanzada en internet para bloquear las carreteras y actuar fue asumida por una gran masa de personas, a partir del 17 de noviembre. Aquí lo principal es: el costo de la vida está aumentando, las masas están tratando de organizarse, y se necesita mucho coraje para organizarse cuando no tienes experiencia. Una gran masa puede hacer su primera experiencia política en la lucha contra la vida cara.

Hay en este movimiento una multiplicidad de intereses. Si bien el interés de clase proletario a corto plazo es la reducción general de los precios (es decir, indirectamente, el aumento general de los salarios), una fracción de la burguesía reaccionaria está interesada en una baja en el precio de la gasolina. En la competencia entre compañías, los transportadores buscan reducir las ganancias de los monopolios de energía para poner la plusvalía en sus bolsillos. Estos jefes de transporte a menudo están muy cerca del Frente Nacional o de los partidos de derecha. Es por esto que muchos activistas del FN transmitieron el llamado.

Resumiendo, la contradicción secundaria actualmente es la existente entre la burguesía que lucha por sus intereses particulares y otras fracciones de la burguesía. Busca llevar consigo a una gran parte de las masas para apoyar sus negociaciones, basándose en el llamado interés común, la disminución de un precio en particular, el de la gasolina. Sin embargo, la reducción en el precio de la gasolina a través de impuestos más bajos no beneficiará realmente a las masas. Todo esto, los trabajadores lo han entendido bien: muchos afirman que son los «contaminadores reales» los que son atacados, que se debe parar de «ir de un lado para otro».

Esta contradicción se ha visto varias veces en las grandes luchas de masas de los últimos años: Guyana, Martinica, Guadalupe o Gran Bretaña en lo que se refiere a la metrópolis.

La línea de masas

«En primer lugar, el marxismo se distingue de todas las formas primitivas del socialismo pues no liga el movimiento a una sola forma determinada de lucha. El marxismo admite las formas más diversas de lucha; además, no las ‘inventa’, sino que generaliza, organiza y hace conscientes las formas de lucha de las clases revolucionarias que aparecen por sí mismas en el curso del movimiento. El marxismo, totalmente hostil a todas las fórmulas abstractas, a todas las recetas doctrinas, exige que se preste mucha atención a la lucha de masas en curso que, con el desarrollo del movimiento, el crecimiento de la conciencia de las masas y la agudización de las crisis económicas y políticas, engendra constantemente nuevos y cada vez más diversos métodos de defensa y ataque».
Lenin, Sobre la guerra de guerrillas

En las masas existen en germen las ideas correctas, las formas justas de movilización. Son las masas las que hacen la historia: solo quien les habla a las masas, aquello que les ayuda a organizarse, es justo. Cualquier discurso abstracto sobre lo que es «moralmente» bueno debe tirarse a la basura.

Hay muchas cosas buenas en este movimiento: voluntad para luchar por bajar los precios, voluntad para organizarse, voluntad para no dejar pasar las cosas, etc.

También hay muchos elementos reaccionarios: la centralización del discurso sobre los impuestos, la gasolina, la inmigración… es una visión de clase burguesa, que se infiltra en las filas del proletariado, aún más en las zonas rurales donde el dominio ideológico del Frente Nacional puede ser importante. El gobierno también está tratando de usar a la extrema derecha como un espantapájaros, actuando como si este movimiento en su totalidad fuera dirigido por Le Pen y la «ultraderecha», que solo puede tener el efecto de dar crédito a los fascistas que se muestran a sí mismos como «populares» pero que en realidad defienden los intereses de la gran burguesía imperialista francesa.

Ante esto, debemos reforzar los elementos positivos, luego aplastar los elementos negativos, «separar el buen grano de la paja», como dicen.

¿Cómo? sintetizando los lemas justos, poniéndolos en práctica, fortaleciendo su control organizativo. Estas consignas deben ser simples, efectivas, para que los activistas no las pierdan de vista.

La primera es: «siempre tenemos razón para rebelarnos». ¡Sí, las masas tienen derecho a rebelarse! Sí, hay problemas, pero el aspecto central es la voluntad de luchar y organizarse, la experiencia política concreta.

El segundo es: «disminución general del costo de la vida» (que no es más que «alza general de los salarios»). Debemos insistir en este punto: son sobre todo los beneficios de los capitalistas que deben ser atacados porque son la razón de nuestra explotación, es nuestro trabajo el que produce todo, todas las riquezas.

El tercero es: tienes que resistir físicamente a la policía, «luchar contra la represión». La violencia revolucionaria es necesaria para cualquier transformación real y duradera de la sociedad. Nos colocamos del lado de las masas que sufren la represión porque ellas se han atrevido a levantar la cabeza y tomar los asuntos en sus manos; por otro lado, no tenemos nada que ver con los parásitos fascistas que serpentean en el movimiento para destilar su veneno.

Secundariamente, debemos reforzar ciertas ideas en el movimiento: debemos recordar que la catástrofe ecológica proviene de la forma en que está organizado el sistema económico: su ley fundamental es «la mayor ganancia posible en un tiempo mínimo» con gran desprecio por todo lo demás. Estamos luchando por un mundo donde la ley básica de la economía sea «la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales cada vez mayores de toda la sociedad». También debemos explicar a los militantes progresistas el interés de clase de los patrones, de la burguesía con su consigna de impuestos más bajos sobre la gasolina.

¡Una chispa puede incendiar toda la pradera!

Hoy hay una gran indignación en la clase obrera y el proletariado, contra los patrones, contra el gobierno, contra el Estado. Puede haber explosiones brutales donde las masas golpearán a sus enemigos, donde habrá grandes desbordamientos.

El papel de los comunistas es soplar sobre el fuego y dirigir las llamas en la dirección correcta, no tratar de extinguirlo. Debemos estar en todas partes con las masas cuando hay demandas justas, cuando se pueden presentar las consignas proletarias. No tenemos miedo de luchar. Cada movimiento de lucha es atravesado por las contradicciones de la sociedad. No puede haber movimiento «puro», movimiento perfecto. Un movimiento puro es un movimiento sin masas, es un movimiento muerto. Hay ejemplos de agresiones y comportamientos dirigidos por fascistas localmente visibles dentro del movimiento. Contrariamente a la lucha principal que hemos identificado como la lucha contra la vida cara, estos ejemplos no son constitutivos del movimiento, no explican la revuelta de las masas. Es posible luchar contra estos actos localmente, cortando la hierba bajo los pies de los fascistas y eliminando los pretendidos «portavoces» racistas, sexistas, a veces afiliados a partidos de extrema derecha.

Esto es lo que dijo Lenin, quien resume los errores sobre los cuales hemos puesto el dedo, en Balance de la discusión sobre la autodeterminación:

«Porque pensar que la revolución social es concebible sin insurrecciones de las naciones pequeñas en las colonias y en Europa, sin explosiones revolucionarias de una parte de la pequeña burguesía, con todos sus prejuicios, sin el movimiento de las masas proletarias y semiproletarias inconscientes contra la opresión terrateniente, clerical, monárquica, nacional, etc.; pensar así, significa ABJURAR de la revolución social. En un sitio, se piensa, por lo visto, forma un ejército y dice: ‘Estamos por el socialismo’; en otro sitio forma otro ejército y proclama: ‘Estamos por el imperialismo’, ¡y eso será la revolución social! Únicamente basándose en semejante punto de vista ridículo y pedante se puede ultrajar a la insurrección irlandesa, calificándola de ‘putsch’.
Quien espere la revolución social ‘pura’, no la verá jamás. Será un revolucionario de palabra, que no comprende la verdadera revolución.
(…)
La revolución socialista en Europa no puede ser otra cosa que una explosión de la lucha de masas de todos y cada uno de los oprimidos y descontentos. En ella participarán inevitablemente partes de la pequeña burguesía y de los obreros atrasados —sin esa participación no es posible una lucha de masas, no es posible ninguna revolución—, que aportarán al movimiento, también de modo inevitable, sus prejuicios, sus fantasías reaccionarias, sus debilidades y sus errores. Pero objetivamente atacarán al capital, y la vanguardia consciente de la revolución, el proletariado avanzado, expresando esta verdad objetiva de la lucha de masas de pelaje y voces distintas, abigarrada y aparentemente desmembrada, podrá unirla y dirigirla, tomar el poder, adueñarse de los bancos, expropiar a los trusts, odiados por todos (¡aunque por motivos distintos!), y aplicar otras medidas dictatoriales, que llevan en su conjunto, al derrocamiento de la burguesía y a la victoria del socialismo, victoria que no podrá ‘depurarse’ en el acto, ni mucho menos, de las escorias pequeñoburguesas».

Este movimiento, como todos los demás, está atravesado por la lucha de clases. Cada clase trae sus propios lemas, sus propios deseos, sus propios militantes. Los comunistas deben atreverse a ganarse la confianza de las masas y fortalecer el campo del proletariado y las masas populares. En esta lucha, nuestro Partido compromete sus fuerzas junto a las masas en lucha y se esfuerza por desenmascarar a los enemigos del pueblo que están tratando de infiltrarse en ellas.

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