En todo el mundo existe un clamor generalizado por la paz, los pueblos anhelan una paz construida sobre la igualdad, la fraternidad, el bienestar de todos, sin hambre, con vivienda digna y trabajo, con acceso a servicios de salud, educación, recreación y el disfrute de todo lo que la humanidad ha producido por siglos; pero los ricos y sobre todo los imperialistas reclaman otra paz, basada en el sojuzgamiento de los trabajadores y la aceptación silenciosa de la explotación y el hambre, de la dominación dócil de las naciones y pueblos oprimidos ante el poder omnipotente de los imperialistas, una paz impuesta con la fuerza de las armas.
Esa dicotomía de lo que significa la paz de acuerdo con los intereses de clase que la levantan, da como resultado aritmético todo lo contrario: un mundo desbordado por los enfrentamientos y la guerra, un planeta que se estremece por confrontaciones segundo a segundo, unas pequeñas y otras gigantescas, unas revolucionarias y otras retardatarias, unas por construir en el futuro una verdadera paz, otras por perpetuar la esclavitud y condenar al ser humano a un mundo de guerra eterna.
El segundo semestre del 2025 se inaugura con la intensificación de la guerra entre bandos imperialistas quienes siguen en sus preparativos frenéticos hacia una tercera Guerra Mundial Imperialista, los bombardeos entre Israel e Irán constituyen uno de los pasos más peligrosos en los enfrentamientos bélicos que comprometen directamente los bandos de las potencias imperialistas, Israel con EEUU y varios países de Europa por un lado, y por el otro Irán con Rusia y sus posibles aliados, sobre todo China, constituyen la amenaza potencial de escalar esa confrontación y ser el detonante de la guerra mundial.
La guerra entre Rusia y Ucrania sigue siendo una de las «bombas de tiempo» hacia una guerra de mayores proporciones, allí los imperialistas están poniendo a prueba sus arsenales militares tomando al pueblo ucraniano como ratón de laboratorio. «La oficina de la ONU[1] para los derechos humanos advirtió este jueves sobre un aumento del 50% en el número de civiles muertos durante los meses de abril, mayo y junio»
El genocidio del pueblo palestino hace parte de esas acciones criminales de los imperialistas, en este caso, los Estados Unidos a través del Estado sionista de Israel y secundados por la complicidad de todos los demás reaccionarios, continúa con esta carnicería sin compasión de miles de palestinos que luchan por sobrevivir, y son los imperialistas quienes han creado a ese engendro del Estado sionista para fortalecerse como gendarme en la región.
A las acciones abiertamente guerreristas, se suman las políticas de la burguesía que están dirigidas a profundizar la explotación y opresión de los pueblos en todo el planeta, como forma de aplacar su crisis. Los imperialistas se enfrentan en una enardecida guerra comercial por disputarse los mercados, la fuerza de trabajo y la naturaleza como fuentes de riqueza, lo que los llevan a implementar en todos los países medidas draconianas para imponer sus medidas. Ante esto los pueblos se ven obligados a responder con grandes movilizaciones y paros.
El mundo sigue manifestándose por Palestina; millones de personas siguen en las calles protestando ante los organismos internacionales, exigiendo parar el genocidio, y además, castigar a Netanyahu. En los últimos meses se destacó la movilización de miles de personas de más de 60 países hacia la Franja de Gaza con el propósito de llegar hasta donde se encuentran los hermanos palestinos, llevarles ayudas, pero sobre todo, contribuir con acciones a romper el aislamiento, y aunque no se logró en un primer intento, fue una acción de gran valor político que seguramente continuará.
En Europa, ha comenzado un gran movimiento de masas contra lo que llaman «el rearme de Europa». El proyecto ReArm Europe, busca dotar a la Unión Europea de una fuerza de disuasión suficiente para garantizar su propia defensa y seguir proporcionando armamento a Ucrania. Esa política que pretende de aquí al 2030 repotenciar su arsenal militar, ha provocado una creciente movilización en varios países contra esta política guerrerista, que privilegia la violencia frente a la paz.
El otro foco en estos últimos meses sin duda es la lucha de los migrantes en Estados Unidos contra su deportación. El asesino Trump está «apagando un incendio con gasolina» pues las justas protestas de los millones de migrantes, pretenden ser acalladas con las fuerzas asesinas del ejército, y eso ha provocado un gran levantamiento en todo Estados Unidos extendiéndose incluso a otras ciudades del mundo donde se lanzan a las calles a denunciar al criminal Trump y su política de deportación y persecución.
En otros países las protestas también crecen. En Serbia, van más de 6 meses de disturbios y marchas de cientos de miles de personas contra la corrupción estatal. En Argentina, trabajadores y universitarios desafían en la calle a la que llaman «motosierra de Milei» en una nueva oleada de protestas, más de un centenar de sindicatos se movilizan contra el ajuste y el freno a los aumentos salariales. En España dicen «NO» al turismo desbordado, ante un desmejoramiento de las condiciones de vida del pueblo español, a lo que se suman en ese mismo país, más de cien ciudades movilizadas exigiendo el fin de la «guerra» en Gaza.
Y los comunistas, lideran en varios países, un movimiento de apoyo al pueblo de la India que está bajo el fuego asesino del Estado de Narendra Modi, como castigo por atreverse a levantar en guerra popular para construir una nueva sociedad.
El mundo quiere la paz, pero los reaccionarios azuzan la guerra; y para conquistarla, los pueblos deben prepararse para la guerra, lo que implica construir Partidos Comunistas que dirijan la lucha en todos lo países, y la unidad de los proletarios y pueblos del mundo a nivel internacional para confrontar a los imperialistas y sus aliados organizadamente.
[1] https://www.infobae.com/america/mundo/2025/07/03/la-onu-advirtio-que-subieron-un-50-las-muertes-de-civiles-en-ucrania-por-ataques-rusos-en-los-ultimos-tres-meses/
