Pablo Hasel es un joven artista proletario de España que pone el arte y la literatura al servicio de la emancipación de los trabajadores. Un revolucionario que no teme decirles la verdad en la cara a los oligarcas imperialistas del Estado español y sus socios genocidas de la OTAN y la Unión Europea.
A principios de marzo este rapero del pueblo fue nuevamente llamado a comparecer en la Audiencia Nacional Española, acusado por este organismo de represión estatal de «enaltecimiento del terrorismo», «calumnias e injurias contra la corona» y «calumnias e injurias contra las instituciones del Estado».
Como él mismo Hasel afirma: «La libertad de expresión termina cuando empiezas a molestar». En efecto, su condena no es más que persecución política del Estado español para silenciar las voces que se oponen a la explotación y la opresión. En este caso al artista se le acusa de cargos absurdos e irrelevantes ya que lo expuesto en sus canciones son las opiniones de miles de obreros de España y el mundo entero, rechazando el yugo amordazador del imperialismo y denunciando la explotación y la opresión, como por ejemplo, hacer canciones denunciando las prácticas genocidas de la guardia española en contra de inmigrantes indefensos que buscan huir de la guerra impuesta por los imperialistas yankees y sus aliados buitres de la OTAN.
¡No existe libertad de expresión ni libertad política bajo el capitalismo! Este sistema ruin y miserable impone la mordaza y utiliza toda su fuerza represiva para acallar a los revolucionarios que buscan despertar la conciencia de las masas. La libertad de expresión es apabullada cuando se habla de los crímenes del Estado franquista. La libertad política es aplastada por la bota policial y la cárcel cuando se trata de oponerse al régimen dictatorial de los capitalistas.
¡Exigimos la libertad del compañero Pablo Hasel! Su condena es muestra viva de que la única libertad bajo el capitalismo es la de morirse de hambre o por una bomba de un F16 o un caza en las regiones más pobres del mundo.
