Tras el intento de golpe militar en Bolivia ayer 26 de junio, la mayoría de jefes de Estado de América y parte de Europa salieron a sacar pecho para condenar la acción, solidarizándose con el gobierno boliviano y exaltando su hipócrita idea de que un golpe militar es un atentado contra lo que para ellos es la sacrosanta democracia.
Lo sucedido en Bolivia, durante el día y parte de la noche del 26 de junio ha dejado muchos interrogantes, sobre todo por lo que precedió al supuesto intento de golpe militar, como por la forma específica como fueron perpetrados los hechos. Ya desde días anteriores el general que encabezó las acciones había dado claros indicios de lo que podría pasar, y todo por sus declaraciones respecto a la posibilidad de que el expresidente boliviano, Evo Morales, se presentara a las próximas elecciones del 2025 como candidato presidencial, lo que motivó que el general diera en sus declaraciones serios indicios de una posible acción militar, pero además, dicen varios expertos, la profunda crisis de la economía en Bolivia ha llevado a una profunda crisis política de gobernabilidad que hace que una salida como un golpe militar pueda ser una de las formas en que se busque cambiar de manera abrupta las medidas en todo el plan de gobierno de un país, así que esa posibilidad desde antes se vislumbraba como una opción.
Pero a eso se suma la manera timorata y claramente débil con que los golpistas desarrollaron los hechos, con pocas fuerzas, con varias horas de anticipación mostrando sus intenciones, y la falta de contundencia que puso en entredicho la supuesta total intencionalidad de propinar un golpe militar, que en condiciones normales de una acción de esta debe ser rápida, sin previo aviso, contundente por las fuerzas que actúan y tomando sin contemplación el poder del gobierno destituyendo de inmediato el poder ejecutivo y de ser posible realizando la detención inmediata del primer mandatario. Estas y muchas otras dudas se ciernen sobre lo sucedido ayer en Bolivia.
Y no puede adjudicarse falta de experiencia en la implantación de esta forma de la democracia burguesa, pues si hay un país que sabe del tema es Bolivia, que ocupa uno de los primeros puestos a nivel mundial en el tema de los golpes militares que en sus 180 años de existencia ha vivido 97 bajo mandatos militares, y contabiliza por lo menos 36 golpes de Estado, que como se puede deducir son una forma más en que la burguesía, orquestada por los imperialistas, toma las riendas del gobierno para llevar a cabo de forma rápida cambios en las políticas de gobierno, siendo por tanto, una forma en que las contradicciones entre las clases dominantes se resuelves de manera temporal, pero siempre salvaguardando los intereses económicos y políticos de las clases que mantienen el poder.
Chile con Pinochet, o Perú con el autogolpe de Fujimori son solo un par de botones de muestra de este tipo de medidas que se vuelven necesarias en determinados momentos para las clases dominantes; así que ese cuento de que es un atentado contra la democracia de los ricos es un vulgar juego de palabras.
La dictadura militar es en plata blanca la forma más transparente y clara de la esencia de la democracia burguesa, pues es la imposición abierta de un plan de gobierno que no necesita de adobarse con la filistea y falsa igualdad de derechos para toda la sociedad, y claro, por eso también brutal contra los trabajadores, odiada por el pueblo, y por ende es plenamente correcto oponerse a esa forma de gobierno, pero es muy distinto a que eso nos lleve a embellecer la siempre brutal, explotadora, opresora y asesina democracia burguesa.
Así que la posibilidad de un golpe militar, no solo en Bolivia, sino en cualquier parte incluida Colombia es real y no se debe descartar, lo que los revolucionarios siempre debemos estar atentos es a analizar en concreto qué tan posible o lejano sea ese camino para las clases dominantes, posibilidad que crece cuando las contradicciones se agudizan y la gobernabilidad se muestra inestable y riesgosa para los intereses de las clases dominantes.
Todos los reaccionarios han salido a ganar pantalla para condenar el supuesto intento de golpe en Bolivia, pero se esconden en sus madrigueras para condenar la brutal masacre que perpetra el asesino Estado sionista de Israel sobre el pueblo palestino… esas con las caras de la sacrosanta “democracia” burguesa.
Un comentario
Según la información que han publicado diferentes diarios de la región en el fondo del intento golpista subyace factores de crísis económica ;disputas por el control del gobierno entre «evistas» y » arcistas» , corrupción y mal desempeño del gobierno de Arce . Todo lo cual puede ser verdad pero no el factor determinante del intento ,hasta el momento frustrado, del golpe de estado.
Hay que explorar otras causas que pueden tener más influencia como son : los compromisos del gobierno boliviano con la Federación de Rusia para la exploración y venta de litiio a ese país ; la decisión de Bolivia de adherirse al Brics ; los acercamientos y simpatías de el gobierno de Arce con Rusia y China ; las nacionalizaciones de empresas que explotan recursos naturales.
El golpe de estado es la herramienta tradicional que emplea la burguesía para dirimir sus contradicciones – cuando no lo hace con el atentado personal- en el ámbito de la frágil democracia burguesa .
En la intensa disputa entre bloques imperialistas que caracteriza la situación del planeta ,lo de Bolivia no es un hecho aislado sin conexión con los intereses que el gobierno imperialista de estados unidos tiene en la región por el saqueo de los recursos naturales. ( Argentina,Bolivia y Brasil representan el 60 % del mercado del litio mundial).
Todo indica que una y otra facción de la clase dominante y/o gobernante de Bolivia se inclina a favorecer – y a favorecerse – por uno u otro bloque imperialista
Hay esperar el desarrollo de los hechos para obtener una visión más objetiva