No cualquiera logra dirigir exitosamente las masas al punto de la revolución, no cualquiera logra destacarse como un cuadro dirigente del partido durante la recomposición de un país después de una guerra civil, no cualquiera logra liderar un proceso de industrialización y modernización agrícola, tecnológica y científica en un país con más de 150 millones de habitantes, no cualquiera logra comandar efectivamente al ejército que derrotó el fascismo, no cualquiera logra dirigir un proyecto que convirtió un país semi feudal en una potencia mundial en 30 años, no cualquiera se ha logrado constituir en uno de los líderes más importantes y destacados de la clase obrera mundial en toda su historia y ser referente aún más de 70 años después de su muerte; pero Stalin logró todo esto para el proletariado y mucho más.
Probablemente sea el líder comunista al que la burguesía mundial más plata le ha gastado en difamaciones y difusión de mentiras históricas ampliamente conocidas, aún hoy, 71 años después de su muerte; pero eso no ha sido un obstáculo para estudiar sus invaluables aportes a la ideología comunista así como al progreso de las sociedades de Europa Oriental, ni mucho menos para seguir su ejemplo y recordarlo hoy y siempre como el gran dirigente que fue y que le hace tanta falta al proletariado internacional.
Desde su debate entre anarquistas y comunistas, su correcta interpretación de la cuestión nacional desde el punto de vista del marxismo, pasando por la recopilación y reivindicación de las ideas de Lenin para el avance de la revolución, llegando a la valiosa caracterización internacionalista de la revolución socialista y la valiosa explicación y difusión teórica delMaterialismo Dialéctico y el Materialismo Histórico; así como la importantísima influencia en la vida y obra de Mao Tse-Tung y los comunistas asiáticos, clave para el desarrollo de la ideología del proletariado: el Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Su legado ideológico y práctico es impresionante, digno de admiración y sobre todo de un riguroso estudio que nos permite, con el mismo método científico del materialismo, extraer y actualizar todos sus aportes que aún hoy sirven a la lucha de los trabajadores.
Stalin en su momento fue el enemigo más temido por la burguesía internacional, potencias imperialistas de occidente y el Eje Fascista, pues ellos sabían que un hombre como Stalin significaba un peligro inminente ante su dominio de explotación y miseria; y aún hoy, al ver que los trabajadores, especialmente los más jóvenes, siguen valorando y reivindicando la figura tan satanizada y ensuciada de Stalin, se llenan de desespero al ver que nuestra clase y su juventud no sigue tragando entero su basura desinformativa; y es que es nuestro deber como trabajadores en lucha reivindicar la figura de Stalin y todo lo que significó para la causa de los oprimidos del mundo, causa por la que hoy seguimos alzando la roja bandera que el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos dirigido por Stalin alzó en pleno centro de Berlín derrotando al fascismo.
Como todos los hombres también se equivocó y cometió errores, pero sus aportes y legado pesan muchísimo más y constituyen una poderosa herramienta para la lucha que seguimos librando, con Stalin como referente, a pesar de la alienación burguesa, porque como él mismo dijo: «Sobre mi tumba tirarán montañas de basura; el viento de la Historia las borrará inexorablemente».