EL LENINISMO

EL LENINISMO 1

Fruto de la Revolución de Octubre y Segunda Etapa de Desarrollo del Marxismo

“El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria. O más exactamente: el leninismo es la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general, la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular”.

Stalin

El oportunismo es la falsificación y deformación del marxismo; es la mutilación de su contenido revolucionario; es la renuncia a los principios marxistas declarados insubsistentes so pretexto de cambios en la realidad que no modifican la esencia del sistema imperialista mundial. El oportunismo al pretender conciliar las contradicciones antagónicas que determinan la temporalidad histórica del sistema imperialista, se convirtió es el enfermero de cabecera en el lecho de muerte de este sistema mundial de opresión y explotación. Existen múltiples variantes de oportunismo, pero todas comparten un contenido esencial: abjuración del materialismo histórico y dialéctico, defensa de la colaboración de clases, del nacionalismo burgués y de la transición pacífica al socialismo, negación de la teoría de las crisis económicas y del socialismo científico, prédica de la atenuación de las contradicciones antagónicas del imperialismo, prosternación ante la legalidad y la democracia burguesa, renuncia a la misión histórica del proletariado y su dictadura de clase en el socialismo.

El desarrollo del marxismo revolucionario en la línea definida por Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse-tung, ha sido en lucha frontal contra las distintas teorías de las variantes oportunistas. El Leninismo dio continuidad al desarrollo del marxismo elevándolo al nivel superior del marxismo revolucionario de la época del imperialismo. El Maoísmo, dio continuidad al desarrolló del Marxismo-Leninismo, elevándolo a una tercera y superior etapa, el Marxismo-Leninismo-Maoísmo como ciencia para dirigir la Revolución Proletaria contra el imperialismo y luchar contra la restauración capitalista en los países socialistas continuando la revolución bajo la Dictadura del Proletariado.

En conmemoración del Centenario de la Gran Revolución de Octubre, producto de la aplicación creadora de la teoría del marxismo a la práctica de la revolución, es pertinente puntualizar que el Leninismo no solo resolvió los problemas de la revolución en Rusia enfrentando teorías abiertamente enemigas del marxismo, sino que en lucha contra el oportunismo convertido en fenómeno internacional, logró darle un desarrollo de aplicación universal a la teoría del marxismo.

Solo es posible resaltar aquí, del vasto arsenal teórico del Leninismo, algunas de las armas teóricas forjadas para ser empuñadas por el proletariado internacional. El Leninismo pulverizó las teorías populistas que en rechazo al marxismo desestimaban el desarrollo capitalista en Rusia, el papel del proletariado y de la lucha de clases como motor de la historia, asumiendo la defensa de los intereses del pequeño productor, del campesinado como «vanguardia» de la revolución, de los «héroes» o «personalidades» como protagonistas de la historia, y del terrorismo individual como método sistemático para «hacer la revolución» y «construir un socialismo sin proletarios».

En cuanto a las corrientes oportunistas que se decían partidarias del marxismo, el Leninismo ajustó cuentas con el revisionismo clásico preconizado por Bernstein en Alemania, cuyas teorías en filosofía, economía y política declararon inconsistentes los principios revolucionarios del marxismo, en especial el paso del capitalismo al socialismo convirtiendo en proverbial la tristemente célebre consigna para reformar el capitalismo: «el objetivo final no es nada, el movimiento lo es todo». También en Rusia tales teorías fueron puestas en práctica por una corriente economista y fueron acogidas como línea dentro del Partido por un sector de marxistas socialdemócratas que luego encarnarían el oportunismo menchevique. En lucha contra esa nueva variante oportunista, el Leninismo dio un desarrollo, de aplicación universal, a la teoría del Partido del proletariado, en la polémica del ¿Qué Hacer? publicada en folleto en 1902 demostrando que la raíz profunda del oportunismo consiste en rebajar el papel de la conciencia socialista y someterla a marchar tras la espontaneidad del movimiento obrero. En el ¿Qué Hacer? se formulan genialmente los fundamentos ideológicos del Partido como organización consciente y de vanguardia del movimiento obrero espontaneo.

Luego, ante el surgimiento de una forma menchevique de oportunismo en problemas de organización que erigió en línea la «desorganización interna» del Partido, el Leninismo enfrentó y destrozó la teoría martoviana de ser miembro del Partido «sin necesidad de pertenecer a alguno de sus organismos», en la polémica de Un paso adelante, dos pasos atrás publicada en 1904 donde se exponen los fundamentos de la organización en el Partido, recalcando en que debe ser la más alta forma de organización de la clase obrera, un destacamento consciente de vanguardia que materializa los vínculos entre la consciencia socialista y las masas del movimiento obrero; un destacamento organizado regido por el centralismo democrático cuya unidad exige de los militantes una disciplina consciente, única y obligatoria; un destacamento político organizado, sin el cual es imposible el triunfo revolucionario del proletariado y la instauración de su dictadura de clase.

Con ocasión de la revolución rusa de 1905, la corriente menchevique acogiendo las teorías del oportunismo internacional en cuestiones de táctica, otorgó a la burguesía liberal el papel de «vanguardia» en la revolución y de triunfar ésta, se oponía a la participación de los comunistas en un nuevo poder por considerar que esa revolución todavía no era socialista. El Leninismo dio cuenta de tales teorías oportunistas en la polémica de Dos tácticas de la socialdemocracia en la Revolución Democrática, en la cual formula la línea revolucionaria para la actuación del proletariado en una revolución cuyo filo todavía no era principalmente contra el capitalismo sino contra la autocracia zarista y el feudalismo, una revolución de carácter democrático por su contenido, es decir, burguesa, pero que la podía y debía dirigir el proletariado cuyo aliado principal era el campesinado no la burguesía liberal y la vía para conquistar el poder era la vía de la violencia revolucionaria de las masas, la vía de la insurrección armada, no la vía parlamentaria. Una revolución democrática dirigida por el proletariado como condición para avanzar luego a la revolución socialista. Las magistrales tesis del Leninismo en esta polémica, no solo derruyeron las teorías oportunistas de los mencheviques y de los trotskistas opuestos a la alianza obrera-campesina, sino que sirvieron de base al Presidente Mao para la aplicación creadora del Marxismo-Leninismo a las condiciones de la revolución democrática en China ya como parte de la nueva Era de la Revolución Proletaria Mundial inaugurada por la Revolución de Octubre de 1917, dándole forma acabada y universal a la teoría de la Revolución de Nueva Democracia para los países feudales, semifeudales, coloniales y semicoloniales.

La derrota de la revolución rusa de 1905 a manos de la reacción zarista, dio paso a las ideas vacilantes frente a la teoría de la revolución proletaria, liquidadoras de la organización del partido proletario y de renuncia a la concepción materialista dialéctica del marxismo. Así mismo, fue amplio, profundo y contundente el contra-ataque del Leninismo para derrotar las teorías de las nuevas variantes de oportunismo, donde cohabitaban mencheviques, bolcheviques liquidadores y trotskistas. De las armas teóricas forjadas por el Leninismo en ese período, se destaca la polémica en filosofía publicada en 1908 en el libro Materialismo y Empiriocriticismo en combate a las ideas de algunos marxistas que adoptaron como propias falsas conclusiones del físico y filósofo austriaco Ernst Mach y del filósofo alemán Richard Avenarius, quienes apoyados en los novedosos descubrimientos de la física sobre el movimiento de la materia, de la comprobación física del carácter relativo de algunas propiedades de la materia que antes eran consideradas absolutas, concluyeron la «desaparición» de la materia, la negación de su existencia objetiva y de las leyes del movimiento de la materia. El Leninismo demostró que los novedosos desarrollos «marxistas» de la filosofía, significaban en realidad abjurar del materialismo dialectico y abrazar el idealismo filosófico y el fideísmo.

En 1914 el estallido de la I Guerra Mundial imperialista, fue un cambio en la situación del mundo que alentó una nueva forma de oportunismo en la II Internacional Socialista: el socialchovinismo, o sea la defensa de la nación y de la patria burguesa por encima de los intereses internacionales del proletariado. Los jefes «socialistas» decidieron adaptarse al nacionalismo de la burguesía imperialista de sus respectivos países, dieron la espalda al proletariado y todo el apoyo a la primera matanza mundial imperialista. La abierta traición socialchovinista al socialismo, al internacionalismo y a la revolución proletaria, encontró una variante más peligrosa aún para el movimiento obrero: el kautskismo. Más peligrosa porque su ideólogo Kautsky encarnó la variante oportunista de conciliación entre el socialchovinismo burgués y el internacionalismo marxista, una variante que por su carácter centrista recibió apoyo de Trotski el más redomado centrista de la época. Le correspondió al Leninismo hacer añicos tanto las teorías oportunistas socialchovinistas como el oportunismo internacional kautskista, en demoledoras polémicas elevadas a desarrollos universales del marxismo. De los innumerables desarrollos teóricos del Leninismo son de destacar El imperialismo, fase superior del capitalismo que en 1916 en medio de la guerra imperialista, en un asombroso desarrollo de la economía marxista analizó el paso del capitalismo de la fase de libre competencia a la fase de la concentración monopolista, donde el capital financiero y su exportación a otros países se convirtió en el puntal del parasitismo imperialista, el viejo problema nacional se fundió con el nuevo problema colonial del imperialismo que dividió al mundo entre un puñado de países imperialistas, explotadores, opresores y el resto de países oprimidos y explotados, se impuso la tendencia a la reacción política, y se transformó no solo en la fase superior del capitalismo, sino en su fase última, de decadencia y descomposición del sistema social basado en la explotación del trabajo asalariado. El Leninismo demostró que contra la ultra-oportunista teoría del ultra-imperialismo donde el imperialismo «resuelve» sus contradicciones sin necesidad de revolución, el imperialismo es un sistema agonizante que debe fenecer a causa de sus propias contradicciones y será sepultado para siempre en la historia por la Revolución Proletaria Mundial.

La teoría oportunista del ultra-imperialismo iba inevitablemente aparejada a la renuncia kautskista a las teorías marxistas sobre la lucha de clases, el Estado y la Dictadura del Proletariado. De tales disparates el Leninismo no dejó piedra sobre piedra, destruyendo la tergiversación oportunista sobre la cuestión del Estado, en admirables polémicas que dieron un desarrollo universal al marxismo revolucionario. El Estado y la Revolución y La Revolución Proletaria y el renegado Kautsky, son poderosas armas forjadas por el Leninismo en esta lucha contra el oportunismo kautskista, que defienden y desarrollan los fundamentos de la doctrina marxista sobre el Estado, la revolución violenta y la inevitable dirección de la lucha de clases hacia un nuevo Estado de Dictadura del Proletariado, sobre lo cual el desaparecido Movimiento Revolucionario Internacionalista declaró correctamente en 1993: «Lenin dijo, ‘Sólo es marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado’. A la luz de las invaluables lecciones y avances logrados mediante la Gran Revolución Cultural Proletaria dirigida por Mao Tsetung, esta línea divisoria ha sido mejor demarcada. Ahora puede plantarse que sólo es marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado y al reconocimiento de la existencia objetiva de las clases, de contradicciones antagónicas de clase, de la burguesía en el Partido y de la continuación de la lucha de clases bajo la dictadura del proletariado durante todo el período del socialismo hasta el comunismo». He ahí, la esencia más profunda de la distinción entre el marxismo y el oportunismo.

En la historia del Movimiento Comunista Internacional, el Marxismo Leninismo Maoísmo ha propinado contundentes derrotas a las teorías oportunistas, sin lo cual hubieran sido impensables los grandes triunfos del proletariado en el siglo XX. Sin embargo, tales teorías oportunistas vuelven a surgir defendiendo su esencia ya derrotada pero bajo nuevas formas camufladas como siempre en una supuesta «defensa», «desarrollo» y «superación» del marxismo, porque el oportunismo —cuyo contenido general es el sacrificio de los intereses a largo plazo de la clase obrera en aras de ventajas inmediatas y pasajeras para lo cual mella el filo revolucionario del marxismo convirtiéndolo en una teoría inofensiva y aceptable por la burguesía— no es un problema moral ni voluntarista de revolucionarios descarriados. El oportunismo es una necesidad del imperialismo que, siendo desde principios del siglo XX un sistema que vive artificialmente a expensas de la explotación del trabajo mundial y la destrucción del planeta, ha prolongado su existencia agónica por la ayuda del oportunismo que maniata las fuerzas de la revolución, las aparta y disuade de su papel transformador, ataca a la cabeza consciente del movimiento, al Partido pervirtiéndolo y convirtiéndolo en un apéndice de la burguesía cuando no en un grupo de conspiradores terroristas apartado de las masas. De ahí que el Leninismo sentenciara: «La lucha contra el imperialismo es una frase vacía y falsa si no va ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo».

La Unión Obrera Comunista (mlm) consecuente con ese mandato leninista y atendiendo a la crisis actual del Movimiento Comunista Internacional, cuya unidad en una nueva Internacional Comunista basada en el Marxismo Leninismo Maoísmo, presupone e implica deslindar los campos con toda forma de oportunismo, ha presentado una Propuesta de formulación de una Línea General para la unidad del Movimiento Comunista Internacional, de la cual en esta ocasión se extrae el aparte pertinente, que se inserta a continuación.

IMPERIALISMO Y OPORTUNISMO

El imperialismo es la fase agónica del capitalismo, la fase de agudización extrema de sus contradicciones, la fase de profundización en grado sumo de su contradicción fundamental entre la producción cada vez más social y la apropiación cada vez más privada. A la historia del imperialismo, va umbilicalmente ligada la transmutación del oportunismo, que conserva su contenido esencial —conciliar el antagonismo de las contradicciones que determinan el fin del sistema capitalista— pero cambia de forma atendiendo a las necesidades del imperialismo, a los cambios en el movimiento objetivo de la sociedad en su tendencia histórica hacia el socialismo y el comunismo. El oportunismo es el enfermero del imperialismo en su lecho de muerte.

En el periodo de surgimiento del imperialismo1, cuando pasan a ser dominantes los monopolios en la economía capitalista, el oportunismo toma la forma bernsteiniana o revisionismo clásico, que ante el desarrollo de las premisas materiales del socialismo, considera innecesaria la revolución proletaria; declara insubsistentes los principios revolucionarios del marxismo en cuanto a la concepción materialista de la historia, la lucha de clases y especialmente la Dictadura del Proletariado; niega la concepción dialéctica del movimiento social, pregona la evolución pacífica, negando las crisis del capitalismo y su paso a la fase de decadencia y descomposición; la consigna «el objetivo final no es nada, el movimiento lo es todo» concentra la política de renunciar a la revolución a cuenta de las ventajas pasajeras del parlamentarismo, en ese período de desarrollo pacífico de la lucha de clases, y entroniza las vías legales como formas principales de lucha en todo momento, reduciendo los alcances de la revolución proletaria al límite permitido por la institucionalidad burguesa2.

 1. Se refiere al período de 1873 a 1903 cuando al terminar una crisis económica del capitalismo, dice Lenin: El capitalismo se ha transformado en imperialismo.
 2. Aunque el Partido Socialdemócrata Alemán en los Congresos de Stuttgart (1898), Hannover (1899), y Lübeck (1901), rechazó las exigencias teóricas de Bernstein y lo recombino, no resolvió sobre la necesidad de refutar las teorías revisionistas, cuestión que luego asumió de forma profunda y contundente el leninismo.

El cambio en la situación objetiva, caracterizado por la contradicción inter-imperialista que pasa a jugar el papel de contradicción principal3, y cuya agudización condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial imperialista, dio madurez al oportunismo bajo la forma de social-chovinismo o defensa abierta de los intereses de la burguesía nacional en una guerra internacional. La consigna «defensa de la patria», se corresponde con la necesidad imperialista de la guerra.

 3. De 1903 a 1918: período inicial de la descomposición del sistema capitalista.

Tan descarado alineamiento del oportunismo con la burguesía, urge otra forma recatada de oportunismo: el centrismo kautskista conciliador entre el marxismo y el social-chovinismo, forma aún más peligrosa para la unidad internacional de los comunistas, pues invoca el marxismo para justificar la tolerancia con el social-chovinismo y sustentarlo teóricamente. El kautskismo considera que el cambio en la situación objetiva, por el fuerte desarrollo de los monopolios y de los países imperialistas, conllevaría a la fusión en un solo monopolio mundial4, lo que acabaría la competencia, haría innecesarias las guerras y eliminaría por sí solas las contradicciones del imperialismo; esta es la teoría del ultra-imperialismo, ante el cual ya no sería necesaria la revolución proletaria, ni la independencia de clase del proletariado, y mucho menos su nuevo Estado de Dictadura de clase. El centrismo kautskista renunció a la independencia de clase del proletariado, quebró su unidad internacional en favor del apoyo nacionalista a la burguesía, aceptó sacrificar al proletariado y hacerlo carne de cañón de una guerra mundial por intereses reaccionarios y puramente imperialistas, y abiertamente renegó de la Dictadura del Proletariado. En esencia, el centrismo kautskista es tan servil ante la burguesía imperialista, como el social-chovinismo franco.

4. En este siglo, en Nepal, del PCN(M) surgió esta misma idea bajo una forma nueva: “Estado globalizado del imperialismo estadounidense”, de donde se extrajo la conclusión según la cual, la revolución en Nepal no podía triunfar y era necesario un “Acuerdo global de paz” que selló la traición revisionista a esa revolución.

Contra el oportunismo social-chovinista y kautskista, se levantó el Partido Comunista bolchevique —con la dirección el gran maestro del proletariado Lenin—, para encabezar en el Movimiento Comunista Internacional la defensa del marxismo y del internacionalismo. El Leninismo destrozó las teorías revisionistas de Bernstein y Kautsky, impuestas en la Segunda Internacional; dio cimiento ideológico al triunfo de la revolución proletaria en Rusia, a la nueva organización mundial del proletariado la Tercera Internacional o Internacional Comunista; y desarrolló el Marxismo revolucionario en las condiciones de la fase imperialista o nueva Era de la Revolución Proletaria Mundial, elevándolo a una nueva y superior etapa: el Marxismo Leninismo.

El kautskismo fue derrotado teóricamente, pero prestó un gran servicio al imperialismo: causó la primera gran escisión del Movimiento Comunista Internacional; dejó sin vanguardia comunista al proletariado europeo impidiendo así que la Revolución Proletaria se extendiera por ese continente, y contaminó a los comunistas con ideas ajenas a la teoría marxista del Estado, que luego se impusieron por la fuerza de la costumbre en Rusia y en China, socavando la esencia de la Dictadura del Proletariado enseñada por La Comuna de París5.

5. La Comuna como NUEVO TIPO DE ESTADO en esencia consistió en:
• Derivar la fuente del poder de la iniciativa directa de las masas desde abajo y no por decreto.
• Sustituir por el pueblo armado, el ejército permanente, institución apartada de las masas.
• Suprimir la burocracia, reemplazándola por funcionarios elegidos democráticamente, removibles y asalariados.

En el siguiente período6 de la fase imperialista, caracterizado por la contradicción inter-monopolista como la contradicción principal que condujo a la II Guerra Mundial imperialista, la lucha contra el oportunismo se concentró en el nuevo Partido mundial del proletariado: la Internacional Comunista, campo de combate permanente contra el oportunismo de derecha, de «izquierda» y de centro trotskista, todas formas útiles, cual Caballos de Troya, al propósito militar imperialista de barrer del mapa a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

6. De 1918 a 1948: período de profundización y extensión del desarrollo capitalista en el mundo.

La Internacional Comunista trazó correctamente la táctica de Frente Único Antifascista, la cual condujo a la victoria —encabezada por el Ejército Rojo y el heroico pueblo de la URSS— sobre la reacción nazi fascista; también en China, donde fue aplicada consecuentemente, llevó al triunfo de la Revolución de Nueva Democracia. Sin embargo, la táctica de Frente Único Antifascista fue tergiversada por una nueva forma de oportunismo: el browderismo, surgida en el Partido Comunista de Estados Unidos, ante el cambio de la situación representada en el hecho objetivo de un bloque de países imperialistas enfrentado al fascismo y al nazismo; un cambio interpretado como escisión progresista del imperialismo, como cese de la contradicción antagónica entre el proletariado y la burguesía antifascista, que hacía innecesaria la revolución proletaria en países imperialistas como Estados Unidos. El oportunismo browderista, que deformó la correcta línea de Frente Único de la Internacional en una línea oportunista de conciliación con el imperialismo estadounidense, fue acogido por algunos Partidos Comunistas y combatido por otros, como preámbulo de la gran e inevitable lucha entre el Marxismo Leninismo y el revisionismo jrushchovista.

La victoriosa Revolución de Nueva Democracia en China fortaleció y extendió el socialismo existente en la URSS y junto con otros países de regímenes democráticos antiimperialistas dio existencia al Campo Socialista, contrario al campo imperialista; esa fue una nueva correlación de las fuerzas mundiales en un corto período7 caracterizado por la contradicción entre los dos sistemas convertida en la contradicción principal mundial, y como tal, en la causa material y condición objetiva del surgimiento de una nueva y elaborada forma de oportunismo: el revisionismo jrushchovista o revisionismo moderno.

 7. De 1948 a 1958: período de extensión y fortalecimiento del sistema socialista en el mundo.

El jrushchovismo pregonó la conciliación entre los dos sistemas: el socialista y el imperialista, entre los dos Estados: de dictadura proletaria y dictadura burguesa, entre las dos clases antagónicas: el proletariado mundial y la burguesía mundial; atacó las conquistas del socialismo en la URSS y enlodó el papel del maestro del proletariado Stalin, bajo el pretexto de la «lucha contra el culto a la personalidad»8; declaró insubsistentes las teorías marxistas leninistas sobre el imperialismo, la lucha de clases, la Revolución Proletaria, el Partido y el Estado, argumentando que la nueva correlación de fuerzas mundiales permitía «la transición pacífica» del capitalismo al socialismo, la «coexistencia pacífica» con el imperialismo, el avance del socialismo por sola «emulación pacífica», «un Estado de todo el pueblo» en lugar del Estado de Dictadura del Proletariado, y «un Partido de todo el pueblo» en vez del Partido Comunista del proletariado9.

 8. Los ataques a Stalin, característicos del trotskismo y oficializados por el jrushchovismo en el XX Congreso del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) en 1956, fueron refutados por los marxistas leninistas en la gran polémica contra el revisionismo moderno, con un histórico balance del papel del Camarada Stalin: "Los méritos y errores en la vida de Stalin son una realidad objetiva histórica. Comparados sus méritos y sus errores, pesan más los primeros que los últimos. Las acciones principales de su vida son acertadas, y sus errores son de segundo orden. Todo comunista honrado que respete la historia, al hacer el balance de las actividades teóricas y prácticas de Stalin en conjunto, verá primero, sin duda, lo que constituye el aspecto principal de su vida. Por lo tanto, al apreciar, criticar y vencer con acierto los errores de Stalin, debemos salvaguardar el aspecto principal de su vida, y salvaguardar el marxismo-leninismo, que él defendió y desarrolló." En la actualidad, varios partidos u organizaciones maoístas, sin criticar ese balance, de hecho lo revierten pretendiendo tergiversar la historia, dando más peso a los errores de Stalin que a sus aciertos, y además, extienden ese mismo método y rasero para juzgar la III Internacional. Como afirma la Declaración del MRI en 1984: esto es "aprovechar los errores reales para sacar conclusiones reaccionarias".
 9. En el siglo XXI, las teorías del revisionismo moderno en la cuestión central del Estado de Dictadura del Proletariado, han sido reeditadas por partidos revisionista pseudo maoístas bajo las nuevas formas del "multipartidismo" y del "derecho al disentimiento", del PCN (M) y el PCR, EU, respectivamente.

Si bien las Conferencias de los Partidos Comunistas realizadas en Moscú en 1957 y 1960 refirmaron el Marxismo Leninismo diametralmente opuesto a las nuevas teorías del revisionismo jrushchovista, fue el Partido Comunista de China —PCCH10, bajo la dirección del Presidente Mao Tse-tung, el que consecuentemente encabezó y continuó la lucha internacional en defensa del Marxismo Leninismo y contra el revisionismo moderno jrushchovista; lucha que delimitó los campos entre una línea general marxista leninista11 opuesta a la línea general revisionista del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética —PCUS. De nuevo, una gran lucha contra el oportunismo permitió el desarrollo del marxismo revolucionario a una nueva y superior etapa: el Marxismo Leninismo Maoísmo. La defensa maoísta de los principios del Marxismo Leninismo, de la experiencia histórica de la Revolución Proletaria, de la Dictadura del Proletariado, de la construcción del socialismo y del papel de Stalin, se ciñó a la línea leninista en cuanto a la experiencia internacional: tomarla críticamente y comprobarla por sí mismos.

 10. El Partido del Trabajo de Albania que con la dirección de Enver Hoxha, contribuyó a la refutación del revisionismo jrushchovista, más tarde, también liderado por Enver Hoxha, se transformó en un cuartel general antimaoísta, para atacar y desprestigiar la Gran Revolución Cultural Proletaria en China.
 11. Línea General compendiada en el documento Proposición Acerca de la Línea General del Movimiento Comunista Internacional de 1963, más conocida como La Carta de los 25 Puntos.

El maoísmo reafirmó la línea y la actuación correcta de los marxistas leninistas, criticó sus errores y deficiencias en la lucha por transformar el mundo, siendo este conocimiento de gran ayuda para la teoría y la práctica del mayor alcance de la Revolución Proletaria: la Gran Revolución Cultural Proletaria en China, que guiada por el Marxismo Leninismo Maoísmo dio continuidad a la experiencia histórica anterior, con una mejor comprensión de las leyes de la sociedad socialista y de su lucha de clases, de los métodos comunistas en el trabajo del Partido y su lucha de líneas, en la necesidad de movilizar a las más amplias masas populares para continuar la revolución bajo la Dictadura del Proletariado. El revisionismo jrushchovista, vencedor en el Partido y en el Estado de la URSS, fue derrotado teóricamente pero, aún así, prestó un gran servicio al imperialismo: causó la segunda gran escisión del Movimiento Comunista Internacional y disolvió el Campo Socialista; transformó a la URSS de potencia socialista en potencia social-imperialista, oxigenando al campo imperialista con el mercado y la explotación del proletariado y las masas en esa extensa zona del planeta.

Desde los tiempos de la primera revolución rusa, existe una variante del revisionismo que ha sido rebatida por el marxismo en fuerte, profunda y prolongada lucha: el trotskismo, una forma de oportunismo con apariencia centrista en general; centrista entre bolcheviques y mencheviques, pero de hecho, aliado a éstos últimos en el Bloque de Agosto que buscaba liquidar el Partido; centrista entre internacionalistas y social-chovinistas, pero en realidad junto con Martov, acólito y tolerante del centrismo de Kautsky. Centrista entre la dictadura de la burguesía y la Dictadura del Proletariado, pero en la práctica el trotskismo intrigó e instigó ataques contra ésta última, torpedeando —junto con mencheviques, social-revolucionarios y «comunistas de izquierda»— la paz de Brest-Litovsk; se opuso a la alianza con los campesinos para la cooperativización agrícola, como parte de la construcción del socialismo; armó la «oposición militar» contra la creación del Ejército Rojo, mientras admiraba a los viejos militares profesionales del ejército zarista; habló de la gran importancia de los sindicatos en la URSS, pero los atacó en cuanto a escuelas de gobierno, de administración económica y de socialismo; el trotskismo es una forma de oportunismo que niega la posibilidad de la construcción del socialismo en un solo país.

La lucha del marxismo contra el trotskismo ha sido permanente desde 1905. Si bien Lenin había denunciado que el trotskismo levantaba banderas de unidad para atacar las banderas de unidad, y Stalin había combatido la teoría trotskista de la «libertad de fracciones» en el Partido como una teoría antipartido, antagónica al centralismo democrático y a la disciplina consciente del proletariado, fue el XV Congreso del Partido Comunista Bolchevique realizado en 1927, el que condenó al trotskismo como ideología antibolchevique y antisoviética, por lo cual Trotski fue expulsado del Partido, de la URSS y de la Internacional Comunista.

Aunque el trotskismo se asimila al «izquierdismo» en cuanto a su posición «obrerista» de rechazo y desprecio por la alianza obrero campesina, no por ello deja de ser fundamentalmente una variante del oportunismo de derecha, del revisionismo. El trotskismo dio apoyo expreso y público al «Informe secreto» que Jrushchov urdiera en 1956 contra la Dictadura del Proletariado, contra el Socialismo y contra el Camarada Stalin;12 el trotskismo fue un encarnizado enemigo y detractor de la Internacional Comunista, combatió la Revolución China en sus etapas de Nueva Democracia y Socialista y, con especial saña, hizo causa común con los jrushchovistas y hoxhistas contra la Gran Revolución Cultural Proletaria. Bajo el dogma de la «revolución permanente», el trotskismo niega la revolución por etapas en los países semifeudales y semicoloniales, pregonando la Revolución Socialista única, pero haciendo de ella una caricatura13 que no va más allá de las reformas, las nacionalizaciones y el embellecimiento del Estado de dictadura de la burguesía. El trotskismo es una forma de oportunismo anti marxista-leninista-maoísta.

 12. La negación trotskista de la experiencia histórica de la Dictadura del Proletariado, cuyos Estados en Rusia y China no les merecen más que el apelativo de "Estados obreros degenerados y burocratizados", se convierte en afinidad oportunista con la valoración que de esa experiencia hace el revisionismo pseudo-MLM del siglo XXI.
 13. Desde los años 70, a los trotskistas se les conocía por su consigna: "Revolución Socialista, o caricatura de revolución"; hoy se les conoce por defender una caricatura de la Revolución Socialista. 

En el siguiente período de la fase imperialista14, cuando la contradicción entre países imperialistas y países oprimidos se transformó en la contradicción principal mundial, dio piso material a la tendencia de resaltar el movimiento de liberación nacional y opacar la lucha de clase del proletariado, de nuevo el oportunismo se expresó mostrando su otra cara: el «izquierdismo». El «izquierdismo», una forma de oportunismo a nivel internacional que, en oposición radical a los viejos partidos revisionistas pacifistas y parlamentarios, abandona la concepción marxista de la táctica, convirtiendo la lucha armada en la «única» forma de lucha a utilizar; abandona la concepción materialista del papel de las masas, para abrazar la teoría de los héroes, pregonada por el guevarismo pequeñoburgués; abandona la teoría leninista del Partido como destacamento político de vanguardia del proletariado, para convertirlo en un destacamento de conspiradores separado de la clase y de las masas, cuando no en las híbridas organizaciones político-militares. La tendencia «izquierdista» fue reforzada por la inercia de la gran lucha inmediatamente anterior contra el oportunismo de derecha pacifista.

   14. De 1958 a 1972: período de expansión de las guerras de liberación nacional.

El oportunismo «izquierdista» sirvió al imperialismo en este y en el siguiente período: condujo a la liquidación de muchos e importantes partidos marxistas leninistas; aisló al proletariado de su vanguardia, opacó su papel a nivel internacional, subestimó su independencia de clase, dejó en segundo lugar su misión histórica y la Dictadura del Proletariado, y así la pequeña burguesía quedó dueña de la vanguardia. En varios países de Europa degradó la guerra popular a simple terrorismo urbano; en los países oprimidos, tomó la dirección de varias luchas armadas antiimperialistas pervirtiendo el heroico papel revolucionario de las masas cuyo movimiento, o fue conducido a la derrota, o fue reducido a tomar el viejo Estado para sus propios fines —cuestión resuelta por el marxismo desde las insurrecciones obreras en Europa a mitad del siglo XIX— o, simplemente completó el ciclo de identidad con el oportunismo de derecha, sacrificando la revolución armada en el altar de la conciliación y los acuerdos de paz con el imperialismo y su lacayos15.

 15. Esa fue la cima del período de guerras de liberación nacional y, a la vez, esa fue la triste historia de las revoluciones dirigidas por la pequeña burguesía en Cuba, Nicaragua, El Salvador, Argelia… Más tarde, en otro período, la traición vuelve al escenario, esta vez a manos del revisionismo prachandista en la guerra popular en Nepal, sólo que más grave: consumada en nombre del proletariado, del Marxismo Leninismo Maoísmo y del Comunismo.

Pero, la lucha contra el «izquierdismo» es de vieja data. El Marxismo luchó en el siglo XIX contra el blanquismo y el anarquismo como tendencias externas. El Marxismo Leninismo luchó contra el oportunismo «izquierdista» surgido, a comienzos del siglo XX —una vez terminado el primer reparto mundial imperialista—, en los partidos comunistas y en el propio seno de la III Internacional; en ese período el oportunismo «izquierdista» apareció como expiación del derechismo de la II Internacional, y se manifestó como: la renuncia al trabajo en los sindicatos u organizaciones de masas reformistas, el desprecio a la lucha legal y la sobreestimación de la lucha clandestina, la desestimación del papel de los jefes —argumentando luchar contra la «dictadura del partido»—; la imposición como regla general de las consignas «ningún compromiso», «ningún acuerdo», y la defensa de la «teoría de la ofensiva» sin la necesaria lucha de resistencia por mejoras inmediatas16. El Marxismo Leninismo Maoísmo luchó, en el Partido Comunista de China, contra las líneas oportunistas de «izquierda» en la guerra popular prolongada, y contra el linpiaoísmo en plena Revolución Cultural Proletaria; en los Partidos Marxistas Leninistas de los países oprimidos luchó contra las tendencias pro-guevaristas, terroristas y foquistas.

 16. Para la época, Lenin publicó un libro que fue entregado a los delegados del Segundo Congreso de la Internacional Comunista titulado: "La enfermedad infantil del 'izquierdismo' en el comunismo", sentando las bases de la actuación del partido entre los sindicatos reformistas y la utilización de la legalidad burguesa. Actualmente en el MCI existe una variante "izquierdista" que limita el juicio de lo correcto, al criterio de si se desarrolla o no lucha armada en el momento; incluso algunas organizaciones repudian el trabajo entre los sindicatos y las organizaciones de masas por considerarlas reformistas o economicistas a causa de su dirección; o centran su atención en construir un Partido sin apoyo de masas, pero con armas. En las toldas revisionistas, "La enfermedad infantil del 'izquierdismo' en el comunismo", se amolda unilateralmente para justificar su cretinismo parlamentario en oposición y renuncia a la vía armada o de la violencia revolucionaria de las masas. 

En el período siguiente de la fase imperialista17, determinado por la contradicción principal mundial protagonizada por la lucha entre las dos superpotencias EU y Rusia, la lucha del marxismo contra el oportunismo se concentra en la vanguardia de la Revolución Proletaria Mundial: la Gran Revolución Cultural Proletaria en China. La gran polémica internacional contra el jrushchovismo, nueva forma «socialista» del revisionismo, armó a los comunistas chinos para enfrentar las formas «socialistas» del oportunismo seguidor del camino capitalista y proclive a terciar en la lucha imperialista entre las dos superpotencias.

 17. 1972 a 1990: cuando se derrumba la máscara comunista del socialimperialismo soviético, pues desde 1956 ya había sido derrotado el Estado de Dictadura del Proletariado.

En el terreno teórico el Marxismo Leninismo confrontó las líneas revisionistas de Liu Shao-chi, Chou En-lai, Teng Siao-pin —continuadores de Bernstein, Kautsky y Jrushchov— defensores de las teorías «de las fuerzas productivas», «los tres mundos» y «las cuatro modernizaciones». El Marxismo Leninismo también combatió la línea «izquierdista» de Lin Piao en apariencia ultra-maoísta —exaltación del culto a la personalidad del Presidente Mao y transposición mecánica al mundo en su conjunto, de las condiciones en que se libró la Guerra Popular en China— pero en esencia, el mismo ya denunciado revisionismo «socialista», que buscaba derrocar la Dictadura del Proletariado, restaurar el capitalismo y revertir la crítica al revisionismo jrushchovista18.

18. Respecto a la línea "izquierdista" de Lin Piao, existen organizaciones que la reivindican en una defensa abierta del "izquierdismo", tal como otras lo hacen de la "teoría de los tres mundos" y se llaman así mismas tercermundistas, u otras defendieron a capa y espada la línea de Ten Siao-ping. Lo especial ahora es, que como parte de la gran confusión en el MCI, existen organizaciones marxistas leninistas maoístas que se declaran en favor de reversar la crítica de la GRCP a Lin Piao, argumentando nuevas versiones chinas y occidentales sobre los hechos. La decisión del PCCH en vida del Presidente Mao, la crítica masiva de la GRCP y la comunicación del PCCH sobre las circunstancias de la muerte de Lin Piao, siguen siendo la fuente más autorizada y creíble para los comunistas, sobre esta cuestión.

En el terreno político, la Gran Revolución Cultural Proletaria dio continuación a la revolución bajo la Dictadura del Proletariado y por más de una década impidió la restauración del capitalismo en China; pero la Gran Revolución Cultural Proletaria fue derrotada, ya no por ignorancia o inexperiencia en la lucha contra las formas revisionistas en el socialismo, sino por la fuerza de la costumbre en los quehaceres del Estado, por el abandono en la práctica de la línea de la Comuna.19 El revisionismo «a nombre y en defensa» del maoísmo, tomó el control del Partido Comunista y degeneró el Estado en una dictadura de la nueva burguesía «comunista», cuyo poder restauró el capitalismo en China convirtiéndola en un país imperialista, opresor y explotador del pueblo chino y de otros pueblos. Nuevamente el revisionismo demostró su papel histórico de servir directamente al imperialismo, auxiliar al caduco y agonizante sistema capitalista, entregarle todo el potencial, progreso y avance de la economía socialista china y, principalmente, garantizar el parasitismo imperialista con la esclavización asalariada de más de mil millones de trabajadores.

 19. Sobre una nueva base de conocimiento, experiencia y lucha, se repitió la amarga lección de la URSS: el EPL mantenía el monopolio de las armas; el burocratismo corroía los órganos de poder Estatal; en la dirección del Partido y del Estado levantaron poderosos cuarteles los seguidores del camino capitalista; las masas, en especial la proletarias, desarmadas quedaron separadas del ejercicio directo del poder del Estado, que terminó siendo de nuevo una fuerza especial "al servicio de las masas" y separada de ellas.

Pero no fueron sólo los revisionistas chinos quienes alzaron banderas rojas contra las Rojas Banderas del Marxismo Leninismo Maoísmo, también, desde afuera, lo hizo la dirección del Partido del Trabajo de Albania, otrora Marxista Leninista y contraria al revisionismo jrushchovista. Contra el maoísmo, el Partido del Trabajo de Albania enarboló el hoxhismo, pero terminó renegando del Marxismo Leninismo y acogiendo posiciones clásicas del revisionismo y del trotskismo. El hoxhismo denigró de la Guerra Popular señalándola como una guerra «sin fin y sin perspectivas», negó la lucha de líneas en el Partido; desconoció la Gran Revolución Cultural en China como el mayor avance histórico de la Revolución Proletaria, y defendió a rajatabla los errores de Stalin. Para atacar al maoísmo, el hoxhismo le endosó la revisionista teoría de los «tres mundos», desconociendo la distinción esencial leninista entre países imperialistas y oprimidos; la tendencia a conciliar con el social-imperialismo ruso y a desconocer su genuino carácter imperialista, llevó al hoxhismo a subestimar la contradicción mundial entre las dos superpotencias. El hoxhismo, aunque de palabra no niega la revolución por etapas en los países semifeudales y semicoloniales, subestima el análisis concreto de la situación concreta —base materialista para resolver el carácter de la revolución en cada país—, con lo que termina acogiendo la línea trotskista de «revolución permanente socialista» que, en la práctica, es un tipo de revolución que no sobrepasa los límites de la democracia burguesa.20 El hoxhismo hizo causa común con el PCUS —jefe del revisionismo moderno mundial— contra el Marxismo Leninismo Maoísmo, contra la Dictadura del Proletariado y el Socialismo; el hoxhismo mostró su carácter oportunista en su misma práctica: condujo a la restauración del capitalismo y del poder de la burguesía, con todos sus odios nacionales, en la propia Albania.

 20. La tendencia de la corriente hoxhista en el Movimiento Comunista Internacional, ha sido hacia la división y la definición abierta en ideología, programa y táctica, entre las dos grandes líneas en cuya confrontación tuvo su surgimiento: la línea revisionista y la línea marxista leninista maoísta. De eso dan cuentas los hechos: Partidos "M-L" sumidos en el fango parlamentario (incluso en ministerios y presidencias) junto con los revisionistas y trotskistas; Partidos M-L a medio camino, coqueteando tácticamente con la democracia burguesa y estratégicamente con la destrucción del Estado reaccionario; y partidos que renuncian a la herencia hoxhista y acogen de nuevo y en firme el Marxismo Leninismo Maoísmo.

El triunfo de la nueva burguesía revisionista en China dio comienzo a la más profunda, prolongada y grave crisis en el Movimiento Comunista Internacional, caracterizada por la impotencia política, la confusión ideológica y la dispersión organizativa. Desde entonces, los marxistas leninistas maoístas luchan por unir y reorganizar sus filas, sobre la base del profundo deslinde con el oportunismo, de una profunda asimilación de la experiencia histórica y de una profunda comprensión de la situación actual del capitalismo moribundo, batalla en medio de la cual nace, lucha y muere, el Movimiento Revolucionario Internacionalista —MRI.

Aprovechando la derrota en China, la burguesía imperialista ha orquestado, junto con la socialdemocracia internacional, una frenética embestida contra el socialismo y el comunismo; se une hoy el ataque de todos los oportunistas con el objetivo común de tergiversar la historia, desechar la experiencia de la revolución proletaria21, renegar de los principios del marxismo, del socialismo y de la Dictadura del Proletariado, con un rasgo peculiar en el periodo actual: se configura una nueva forma de oportunismo, presentada a sí misma como «marxista leninista maoísta».

 21. Basanta, uno de los dirigentes de la traicionada revolución Nepalesa planteó en "Dimensión internacional del camino Prachanda" que se encuentra en "The Worker" No 10: "Nuestro partido, bajo la dirección del camarada presidente Prachanda, considera que el análisis realizado por Lenin y Mao sobre el imperialismo en el siglo XX, no sirve para dirigir científicamente a los revolucionarios maoístas del siglo XXI".
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