Día Internacional de la Niña: contra la violencia y la opresión

Día Internacional de la Niña: contra la violencia y la opresión 1

Desde hace 13 años, el 19 de diciembre de 2011, la UNESCO declaró el 11 de octubre de cada año como el Día Internacional de la Niña, aludiendo la necesidad de obtener la igualdad de género y el empoderamiento de estas como parte del cambio hacia una sociedad más justa con las niñas, con el fin de cerrar brechas en la igualdad entre hombres y mujeres. Esto bajo el capitalismo se hace de manera apenas simbólica y aunque se han llevado algunas acciones, no es suficiente, pues el capitalismo es un sistema que no permite cerrar esas brechas y que impone a muchas mujeres y niñas quedar solas con sus madres y en la minoría de casos, con sus padres.

Lo cierto es que, en Colombia pese a todos los planteamientos de la UNESCO a nivel mundial con el programa de estudio para las niñas, siguen existiendo bastantes casos en donde abandonan el estudio y son obligadas a casarse. Pese a los sistemas de alerta que se supone deben prevenir el abuso sexual contra los niños, las cifras siguen siendo alarmantes. Según un informe de la Procuraduría del 19 de septiembre del 2023, así como los reportes de la estadística delictiva de la policía, entre enero y agosto del 2023 se presentaron en el país 8.295 delitos sexuales contra menores de edad de los cuales, 4.605 fueron contra niñas y niños y 3.690 contra adolescentes. “De acuerdo con este ente El Ministerio Público también precisó que, entre enero y agosto de 2023, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó 12.899 exámenes médicos legales por presunto delito sexual en la primera infancia, infancia y adolescencia.”[i].

“Igualmente, las cifras de niños, niñas y adolescentes que han ingresado al sistema de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar por violencia sexual son inquietantes, reportando 11.135 registros entre el 1 de enero al 31 de agosto de 2023, de los cuales, 9.705 de los casos fueron contra víctimas del sexo femenino y 1.425 de sexo masculino. Bogotá, Valle del Cauca, Atlántico, Cundinamarca y Antioquia registraron el mayor número de ingresos.”[ii]

El ente hace un llamado a las familias, a las escuelas a las autoridades y a la sociedad en general a que se concienticen y utilicen las rutas de atención y seguimiento, pero en algún momento han pensado en: ¿por qué pese a estos «esfuerzos» por disminuir las brechas en materia de educación, igualdad de género, investigación, las cifras de explotación sexual sobre todo en las mujeres y niñas siguen siendo altas y preocupantes?

Pues bien, existen varios aspectos para tener en cuenta. Uno de ellos es la profunda desigualdad social. Recuerden en el año 2014 el caso de la niña secuestrada, violada y asesinada, YULIANA SAMBONI, por un personaje vinculado a las altas esferas del poder llamado Rafael Uribe Noguera, ¿quién era Yuliana? Una niña, pobre e indígena. Este caso fue un claro ejemplo, no solamente de la manera tan vil en la que un «hombre» adinerado puede consentir en Colombia a una niña para fines macabros, sino también, lo que existe detrás de esta historia y es toda una red de pedófilos, por cierto, de las clases sociales explotadoras que acceden de manera muy tranquila a las niñas más pobres comprándolas, robándolas y encargándolas para violarlas y asesinarlas.

Por muchos esfuerzos que se hagan a través de uno que otro programa estatal o privado, si no se acaba con la desigualdad social, esta seguirá siendo la base para subyugar a los más vulnerables, en este caso, las niñas. Y, ¿cómo se logra? Únicamente con la destrucción violenta del sistema capitalista, el causante de reproducir ese tipo de escorias en la sociedad.

Por otro lado, existe la falta de acceso a educación en algunas zonas del país por diversos motivos como el conflicto armado, el casamiento forzado de niñas y la falta de oportunidades. ¿Todo esto es generado por quién? Nuevamente encontramos en la respuesta un sistema que protege la propiedad privada de los medios de producción y a sus dueños, al negocio de la guerra, y que en absoluto le importa que las niñas y las mujeres tomen el papel que les corresponde a la sociedad. ¿Y por qué?, porque el fin de este sistema es la ganancia, muy poco o nada importa el avance de una sociedad más justa con las niñas.

Un tercer aspecto es el no denunciar por la incapacidad del sistema para agilizar y operar a favor de las niñas. Una vez más vemos que es un régimen colapsado por denuncias, en donde «las autoridades» no acuden a tiempo, o peor aún, archivan miles y miles de casos o en donde estos se convierten en un negocio cuando hay dinero de por medio, y es allí donde aparece la compra de fiscales y jueces, y algunos abogados que buscan sacar su tajada.

Para agosto del año 2024 las cifras han ido en aumento, esto, según la Defensoría del Pueblo quien reportó 8.905 denuncias, entre ellas 7.658 casos de niñas y 1.247 niños. En Bogotá, 1.585 casos y Antioquia 691 delitos sexuales; según este informe, uno de los temas más preocupantes es que en la mayoría de los casos los presuntos abusadores se encuentran en el hogar o muy cercanos a los niños.[iii]

En el Día Internacional de la Niña denunciamos que el capitalismo no está diseñado para proteger a la niñez en general y, en particular dentro de este es donde la explotación sexual y laboral contra las niñas se convierten en un negocio muy lucrativo para unos pocos parásitos, ya que, por la vulnerabilidad que el mismo sistema genera, la fuerza de trabajo de la niña se convierte en una mercancía pagada a un bajo precio. La Unión Soviética y la China Popular demostraron en la práctica que en otro tipo de sociedad esto no ocurriría, ni se verían casos tan aberrantes como los que se ven hoy bajo el capitalismo, como por ejemplo que las autoridades del Estado burgués protejan a pedófilos comprobados. Bajo el Socialismo científico, las niñas no son tratadas como objetos sexuales, ni como esclavas del hogar o del capitalista. Todo lo contrario. Los tribunales populares se encargaban de dictar medidas de obligatorio cumplimiento que iban desde la reeducación para los casos de maltrato menor, hasta la pena de muerte para los abusadores sexuales. Ese es entonces el sistema que merecen nuestras niñas y niños, ese el sistema que merecen las mujeres y por el que debemos luchar los obreros y campesinos como forma no solo de proteger a nuestra infancia, sino de construir para ellos un futuro luminoso, que los forme, los proteja y les garantice sus derechos y las posibilidades de aportar a la construcción de la nueva sociedad, que emancipará a todos los desposeídos de las lacras asquerosas, retrógradas y abusivas del capitalismo.


[i] https://www.procuraduria.gov.co/Pages/procuraduria-revelo-alarmante-panorama-violencia-sexual-infantil-Colombia.aspx

[ii] https://www.procuraduria.gov.co/Pages/procuraduria-revelo-alarmante-panorama-violencia-sexual-infantil-Colombia.aspx

[iii] https://www.noticiasrcn.com/colombia/se-han-presentado-mas-de-8-000-casos-de-abusos-sexuales-a-menores-en-2024-735371

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