La intervención del presidente durante la Minga del Sur Occidente en Cali el 15 de marzo, causó un nuevo revuelo en el país. No porque haya admitido su fracaso en pactar su pretendido “Acuerdo Nacional”, ni por denunciar que el Congreso se propone hundir las reformas sociales que propuso, ni por asegurar que se necesita construir un nuevo poder desde abajo, a través de las Asambleas Populares… sino por su alusión a una Asamblea Constituyente.
Ocasionado el alboroto, Petro manifestó que no se trataba de imponer vía constituyente las reformas que hundiera el Congreso, ni buscaba con ello la reelección, o cambiar la Constitución, sino de desarrollar la del 91 sobre varios problemas fundamentales, como cumplir con el acuerdo de paz, garantizar condiciones básicas de existencia a toda la población, responder al cambio climático, reordenar el territorio, separar la política de la financiación privada y reformar a la justicia.
Si se despeja el oscuro humo creado por los medios frente al discurso contradictorio del presidente en Cali, quedan al descubierto varias verdades que el proletariado revolucionario y en particular la Unión Obrera Comunista (mlm) ya había advertido y debe destacar, respecto al reconocimiento hecho por quien prometió al pueblo realizar los cambios que necesita el país desde el gobierno:
Primero, aceptó su fracaso de hacer un “Acuerdo Nacional”, dejando en claro que no es posible la conciliación entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores. Una realidad advertida por la UOC (mlm) antes de la posesión del mandatario cuando dijo que era imposible servirle a dios y al diablo al mismo tiempo. Un reconocimiento de que la sociedad colombiana se encuentra desgarrada por la lucha de las clases, configurando dos polos antagónicos: de un lado, el pueblo trabajador y, del otro, las clases parásitas dominantes y el imperialismo.
Segundo, el presidente denunció que el Congreso, no es una institución que sirva al pueblo, sino que está de espaldas a él; como demuestra el inminente hundimiento de las reformas, que solo contenían algunas medidas a favor de los trabajadores, pero que las clases dominantes explotadoras, en su insaciable sed de ganancias, se niegan a conceder, condenando a los pobres al paseo de la muerte y a quienes producen toda la riqueza a vivir en la indigencia.
El hecho es que a pesar del cambio de gobierno las reivindicaciones populares no se han resuelto, siguen agravándose las condiciones económicas, sociales y políticas causantes de los levantamientos del 2019, 2020 y 2021, y la paciencia del pueblo se está agotando, tendiendo su indignación hacia un nuevo levantamiento contra sus enemigos.
Tercero, nuevamente el presidente reconoció la necesidad de las Asambleas Populares como ejercicio de la democracia directa del pueblo, e incluso las reconoció como forma de construir el poder popular desde abajo.
A ese respecto e independiente de si el presidente será consecuente hasta el final con promover las Asambleas Populares y respaldar las decisiones que ellas tomen, o solo es una forma de presionar al Congreso y a los ricos, o de hacer campaña para el 2026, expresa algo planteado por la UOC (mlm) antes de la posesión de Petro: las Asambleas Populares fueron la mejor creación de las masas durante el levantamiento del 2021, en la medida en que constituyeron formas embrionarias del nuevo Poder, formas embrionarias del nuevo Estado de los explotados y oprimidos; instrumentos para la lucha con los cuales sí se pueden conquistar las reivindicaciones inmediatas del pueblo y llevar a cabo las transformaciones que necesita el país, en la medida en que eleven su nivel de conciencia, desechen las ilusiones constitucionales y actúen con independencia del Estado.
Por su parte, ajenos a esa realidad reconocida por el mismo presidente, los jefes de las centrales sindicales CUT, CTC, un sector de la CGT y la Coordinadora Nacional Para el Cambio (el viejo CNP sin el grupo Dignidad de Robledo que ahora hace parte de la oposición) llaman a la movilización para el “Acuerdo Nacional” y a respaldar a sus representantes en el Congreso para que esa podrida institución tramite las reformas propuestas por el gobierno. Los jefes de las centrales y el reencauchado CNP vuelven a las andadas de los desfiles en respaldo al Congreso en lugar de movilizar y organizar a las bases para la lucha contra los enemigos declarados del pueblo.
Así las cosas, es obligación del proletariado consciente salirle al paso a las ilusiones que tiene y siembra el reformismo en que es posible hacer que el Estado actual de los explotadores sirva al pueblo. Exigencia que hace urgente y necesaria la unidad de los revolucionarios, sin renunciar a la discusión de las divergencias, pero poniendo por encima de ellas y de cualquier interés grupista los intereses del pueblo:
Unidad para promover, impulsar y organizar las Asambleas Populares con independencia de los partidos de la burguesía, del Estado e incluso del gobierno, de tal forma que contribuyan a preparar a las masas para el nuevo e inevitable enfrentamiento contra sus enemigos; Asambleas que permitan organizar la lucha para conquistar las reivindicaciones populares, recogidas en el Programa Inmediato propuesto por la UOC (mlm) como base de unidad, y porque en la medida en que las masas populares se unan y se organicen, recuperen la confianza en sí mismas y en el poder que tienen, desecharán las ilusiones sembradas por el reformismo en los trámites burocráticos y politiqueros en el Estado burgués, aprendiendo por experiencia propia el camino correcto.
Unidad para concretar en lo inmediato una Asamblea Nacional Popular que organice la lucha en respuesta a las clases dominantes y en contraposición a las instituciones del Estado burgués, terrateniente y proimperialista, que se niegan a resolver la angustiosa situación del pueblo trabajador.
Unidad urgente y necesaria, reiteramos, para que una Asamblea Nacional Popular le salga al paso al reformismo e impida que la rebelión que crece en las entrañas del pueblo y el camino de la lucha, sean canalizados nuevamente para otra salida institucional burguesa, e incluso para impedir o responder a una intentona de golpe de Estado.
Unidad para elevar la conciencia de los trabajadores frente a la necesidad de la revolución, cuando llegue la hora de plantearse prácticamente la tarea de destruir la vieja máquina de dominación de los explotadores para darle vida al nuevo Estado de los trabajadores y a la construcción de la nueva sociedad, libre de la explotación capitalista y la dominación semicolonial imperialista.
Este es el camino que preponemos y con el cual estamos comprometidos. Por ello llamamos a los demás comunistas, a los revolucionarios y a los verdaderos dirigentes del pueblo a la unidad; un llamado a cumplir con responsabilidad nuestra obligación como representantes del pueblo trabajador.
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Marzo 21 2024