A propósito de las declaraciones del Primero de Mayo
Este año, nuevamente aparecieron dos declaraciones internacionales conjuntas de Partidos y Organizaciones marxistas leninistas maoístas que han reivindicado la necesidad inmediata de la unidad: ¡El virus más peligroso es el sistema imperialista y capitalista! ¡Avanzar Hacia la Revolución Proletaria en Todo el Mundo! y ¡Desechar las ilusiones y lanzarse a la lucha! Una muestra de la debilidad de los comunistas para enfrentar la situación creada por la crisis del capitalismo mundial, agravada por la crisis sanitaria del covid-19.
Sin embargo, en comparación con las declaraciones de otras corrientes, partidos y organizaciones que se llaman a sí mismas comunistas, pero que en realidad son oportunistas, caso de los partidos revisionistas jruschevistas, de los marxistas leninistas agrupados en la ICOR y la CIPO-ML, del trotskismo internacional y del neo revisionismo avakianista, existe una diferencia abismal, por cuanto esos falsos comunistas no van más allá de advertir la situación, y los más “revolucionarios”, solo atinan a anunciar un futuro socialismo y comunismo para quien sabe cuando, sin encontrar una salida y una orientación revolucionaria en el momento, terminando todos, en última instancia, contribuyendo a prolongar la agonía del capitalismo moribundo y en descomposición.
Contrariamente, en las dos declaraciones internacionales conjuntas de los Marxistas Leninistas Maoístas, se denuncia correctamente la actuación de las clases dominantes y el imperialismo, así como su responsabilidad en la crisis sanitaria; sus medidas reaccionarias para descargar todo el peso de la crisis sobre los hombros de la clase obrera y demás trabajadores; el agravamiento de la crisis social que ahora afecta incluso a los países imperialistas, el ejercicio abierto de su dictadura en muchas partes sin los velos de la democracia burguesa; las tropelías y preparativos para una guerra mundial…
Advierten la agudización de todas las contradicciones del imperialismo en todos los países, que crea una condición especial, por cuanto desgarra la máscara del sistema capitalista mundial, de sus estados, de sus gobiernos… y aun cuando en ninguna de las dos declaraciones se admite explícitamente, es un hecho que se ha puesto de manifiesto abiertamente la contradicción entre el proletariado y la burguesía como la actual contradicción principal en la arena mundial, la que mejor expresa la contradicción fundamental del sistema capitalista entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación.
Una contradicción que desde hace varios años venía manifestándose, pero que en los últimos años, especialmente el 2019, se hizo aún más evidente en las huelgas generales, en las huelgas políticas de masas y en los levantamientos obreros y populares en los cinco continentes; confrontación que si bien ha mermado a raíz del confinamiento no ha cesado, incluso en medio de la cuarentena, y proseguirá con mayor fuerza en los próximos meses.
Esa es la razón por la cual la situación actual es excepcional, por cuanto estimula la lucha de los proletarios y las masas populares y crea una mejor condición subjetiva favorable a la lucha común en el mundo y en todos los países para derrocar el capitalismo imperialista y avanzar hacia la Revolución Proletaria Mundial al establecimiento de la sociedad socialista en marcha hacia el comunismo. De ahí que a pesar de las diferencias en algunos aspectos, las conclusiones de las dos declaraciones son similares respecto a las tareas de los comunistas, dadas las potencialidades de las condiciones objetivas de la situación.
Por ello en ambas declaraciones se llama a avanzar en la construcción de los Partidos Comunistas como vanguardias organizadas de la clase obrera, la construcción del Frente Unido de los proletarios y las masas populares, la construcción del Ejército Popular, el trabajo de preparación del proletariado y las masas populares para iniciar y desarrollar la Guerra Popular que barra el viejo mundo burgués; todo lo cual es imposible sin una lucha resuelta contra el oportunismo y el reformismo en general. Por ello también ambas se pronuncian y llaman a la unidad internacional de los comunistas de todo el mundo.
¿Por qué entonces, no salió una sola declaración conjunta de los Marxistas Leninistas Maoístas?
Tal es la pregunta que se hace un sector de los obreros conscientes e intelectuales revolucionarios que aún no comprenden las divergencias en el seno de los comunistas MLM, y que en estos momentos parecen sin sentido, frente a la situación excepcional y magnitud de las tareas. Se necesita la unidad del proletariado revolucionario internacional y hay que proponerse trabajar por ella y sin demora.
No basta declararse partidario de la unidad, es necesario deponer el sectarismo y precisar una base ideológica y política que haga posible esa unidad.
El rompimiento con el revisionismo prachandista y avakianista constituye una base inicial de unidad ideológica común, sustentada en la defensa intransigente de los principios del Marxismo Leninismo Maoísmo —los mismos que el revisionismo avakianista ha declarado insubsistentes—, en una delimitación general de campos con teorías oportunistas que falsean y mellan el filo revolucionario del Marxismo Leninismo Maoísmo, en conclusiones generales comunes del análisis de la situación mundial a la luz de los principios, y en tareas políticas generales comunes para transformar la situación en la perspectiva del triunfo de la Revolución Proletaria Mundial.
Se hace necesario entonces expresar la base de unidad ideológica explícitamente en una Plataforma de Unidad, que permita tratar las divergencias subsistentes para alcanzar un grado superior de unidad en la perspectiva de la unidad en la Línea General. Plataforma de Unidad que sea la base ideológica de un Programa de lucha política inmediata y común de los marxistas leninistas maoístas de todos los países, que les posibilite a los distintos destacamentos proletarios revolucionarios una actuación común, con unos objetivos comunes, tareas comunes y banderas y consignas comunes, y que a su vez contribuya a marchar hacia la organización de un único Centro Internacional de Dirección ideológica y política cuya orientación sea acatada y ejecutada disciplinadamente por los marxistas leninistas maoístas de todos los países.
En la actual situación, por encima de algunas discusiones, se necesita de un Programa Revolucionario Internacional que sirva de bandera de lucha al proletariado y a los pueblos del mundo para destronar a sus centenarios enemigos.
Se necesita armar a los distintos destacamentos proletarios con una comprensión científica de la situación actual y de las tareas que tal situación impone a los comunistas y al proletariado revolucionario de vanguardia, pues es excepcional la exacerbación de la crisis económica del capitalismo mundial y de la crisis social agravada por la pandemia del coronavirus, que potencian la posibilidad de que se presenten o ahonden aún más las crisis políticas en distintos países y la posibilidad que tienen los comunistas de transformarlas en crisis revolucionarias, remarcándose la necesidad de prepararse para ello (ideológica, política, organizativa, material e incluso militarmente), y no desde el punto de vista de cada país, sino de que se presenten en un grupo de países.
Urge unir las inteligencias y trabajar a varias manos estableciendo lazos para intercambiar los análisis y experiencias, buscar el compromiso de los comunistas de los distintos países para participar activamente en la elaboración y el análisis, en la discusión y la difusión en los diferentes órganos e idiomas, de tal forma que se encadene la actividad y se aprenda mutuamente de lo que se está haciendo en cada país.
Además de ello, es posible y necesaria la elaboración de declaraciones y pronunciamientos conjuntos sobre aspectos particulares de la situación, brindando orientaciones comunes para enfrentar los problemas comunes y llevar a cabo actividades conjuntas, no solo para brindar apoyo a las guerras populares que se vienen desarrollando, sino además para intensificar la lucha mundial contra el capitalismo imperialista.
Todas estas tareas son realizables ahora, a pesar de las divergencias y de las limitaciones que cada uno de los partidos y organizaciones comunistas afronta en la actualidad. Ellas posibilitan la acción mancomunada, crean mejores condiciones para abordar las discusiones necesarias, tratándolas como contradicciones en el seno del pueblo, y son un paso adelante en la construcción de la nueva Internacional Comunista.
Ante las fracturas del sistema imperialista mundial y la dramática situación a que han sido sometidas las masas trabajadoras, es de esperar que los auténticos comunistas sabrán deponer los intereses particulares en aras de la causa del proletariado mundial, lo cual les permitirá atraer a todos los destacamentos obreros que de verdad se propongan preparar las fuerzas para sacar el mayor provecho a la situación actual y desencadenar la fuerzas para derrotar a la burguesía por lo menos en un grupo de países.
No basta resistir ante el imperialismo y los desastres causados por la crisis, ahora agravados por la pandemia y el peligro de una nueva guerra mundial. Son inofensivos, ridículos y quiméricos los remiendos de los curanderos reformistas que proponen “humanizar” este infierno de explotación, opresión, devastación, guerra y muerte. Son los comunistas el factor decisivo, y de su unidad depende el desenlace de los combates que se avecinan: ¡El capitalismo imperialista debe ser sepultado! ¡El mundo necesita la revolución! Sólo la Revolución Proletaria Mundial podrá salvar a la humanidad del atolladero imperialista.
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Mayo 18 de 2020
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