La Revolución de Octubre, odiada por la burguesía, recuerdo lejano para la pequeña burguesía, vigente para el proletariado, fue el tema del anterior Editorial, diferenciando la posición de las clases frente al gran acontecimiento que dio paso a la nueva Era de la Revolución Proletaria Mundial. Ahora, es necesario diferenciar las posiciones de las tendencias que se mueven en el muy amplio espectro de la izquierda.
De un lado, la tendencia reformista reconoce la Revolución de Octubre como un acontecimiento de importancia para la sociedad actual, que marcó un hito en la historia y que aunque sucedió hace 100 años y en solo una parte de países, tuvo enseñanzas que se deben aprender. Reformistas burgueses y pequeñoburgueses intentan convertir la experiencia de la revolución rusa en una advertencia de lo que puede pasar si no se controlan los “desafueros” del apetito voraz y desenfrenado de las empresas monopolistas, de los pulpos financieros y de los políticos corruptos. Su crítica al sistema capitalista no va más allá del límite de la explotación asalariada y de la democracia burguesa. Su aspiración es hacer el capitalismo «más humano», sin expropiar a los expropiadores y sin derrocar el poder político de los explotadores como «equivocadamente» —dicen— lo hicieron los bolcheviques; esto es, mantener el derecho de la propiedad privada sobre los medios de producción como derecho primario e intocable y a unos pocos viviendo del trabajo de otros, preservar el privilegio de la explotación asalariada y el Estado dictatorial de los capitalistas, pero todo «con menos abusos». Sueñan con que las enseñanzas de Octubre sirvan a su práctica de curanderos de las heridas mortales que tienen el capitalismo al borde de la tumba. Como parte de la tendencia reformista, está la tendencia oportunista, o sea, la tendencia de los reformistas disfrazados de revolucionarios marxistas, que celebró con bombos y platillos el centenario de la Revolución de Octubre, diciendo ser su heredera y defendiéndola a condición de suprimirle los “excesos innecesarios” en el derrocamiento de los opresores, en el sometimiento de los enemigos del pueblo y en la construcción del socialismo. Para los oportunistas la Revolución rusa es vigente pero sin bolcheviques; su máximo anhelo es apenas la Revolución rusa (burguesa) de febrero de 1917. De ahí que los integrantes de la tendencia oportunista aparenten aceptar las teorías del marxismo unos, del marxismo leninismo otros, y del marxismo leninismo maoísmo otros más, pero a condición de suprimirle el radicalismo de la violencia revolucionaria de las masas y la dictadura del proletariado. Hablan del Estado democrático burgués pero ocultan su carácter y esencia de dictadura de clase; ven en esa relación no una unidad indisoluble sino solo la bandera de una democracia que cobije a toda la sociedad, eludiendo cualquier mención a la violencia revolucionaria como una necesidad histórica para las transformaciones revolucionarias; sueñan con la «transición pacífica al socialismo» a través de las urnas con un gran bloque para hacerle sobrepeso a la «extrema derecha», o incluso con las armas pero no dirigidas a destruir el viejo Estado sino al servicio de su remodelación. Son «anti-imperialistas» a muerte pero en una lucha divorciada de la lucha de clases contra el poder del capital. Exaltan a «anti-imperialistas» del tipo de Kim Jong-un y Maduro, pero critican a los bolcheviques por «extremistas y sectarios». Defienden solo la letra de la teoría revolucionaria de Lenin sobre el Estado, pero rechazan su aplicación práctica por los Soviets. Algunos sectores de oportunistas que se dicen enemigos del fascismo denigran y difaman a Stalin gran jefe del triunfo soviético sobre el fascismo internacional. Otros manifiestan su reconocimiento a la Revolución de Octubre y a su papel iniciador de la nueva Era de la Revolución Proletaria Mundial, pero consideran cerrado el ciclo de su vigencia, por ser una revolución «incompleta», «insuficiente», una «casualidad histórica», cuyas enseñanzas ya no son aplicables, por lo cual llaman a desarrollar «nuevas teorías» que «superen las insuficiencias» del marxismo leninismo maoísmo en la actualidad, teorías que resultan ser la misma vieja cantinela de quienes desde los tiempos de Marx han declarado «caduco» el marxismo, los mismos refritos teóricos ya refutados por los comunistas.
De otro lado, está la tendencia revolucionaria, cuyos integrantes levantaron sin titubeos en los homenajes a la Revolución de Octubre su carácter revolucionario, defendiendo la dictadura del proletariado y la violencia revolucionaria de las masas como condiciones esenciales para hablar de revolución; defienden la plena vigencia de sus enseñanzas y rescatan el papel decisivo del Partido Comunista Revolucionario como destacamento de vanguardia indispensable para alcanzar el triunfo. Llaman a llevar a la práctica las enseñanzas de los bolcheviques y consideran que el poder directo de las masas encabezadas por el proletariado es de capital importancia para el triunfo del socialismo pues no puede haber poder alguno por encima del nuevo poder de las masas; refrendan la necesidad de destruir todo el viejo aparato estatal y construir sobre sus cenizas el nuevo Estado de Obreros y Campesinos. En sus declaraciones hay una base de unidad esencialmente correcta, pero con varias matizaciones en la manera como se considera se deben poner en práctica ciertas enseñanzas: el tipo de partido leninista o la teoría del partido militarizado, la posibilidad o no de llevar a pleno desarrollo el armamento general del pueblo y la relación que tiene con ello el nuevo Ejército, la definición exacta de la ciencia de la revolución donde está la discusión en torno a la «síntesis» de la ideología, la idea de «principalmente maoísmo», la necesidad de los «pensamientos guía». Son partidos, grupos y organizaciones que en los distintos continentes desarrollaron diversas actividades en conmemoración de los 100 Años de la Revolución de Octubre: conferencias, movilizaciones, encuentros, declaraciones. Fue una magnífica actuación en general de los comunistas revolucionarios en contraposición a los demócratas y oportunistas quienes dedicaron mucho esfuerzo a recordar a Octubre como un hecho del pasado. Hasta donde se ha podido conocer, los marxistas leninistas maoístas desarrollaron un importante trabajo que debe ser motivo de júbilo y entusiasmo para continuar la lucha por llevar adelante las tareas de los comunistas.
Dos aspectos llaman la atención y deben llevar a la reflexión, al menos en lo conocido hasta el momento. De una parte, muy pocos documentos teóricos, lo que denota cierta debilidad en la defensa de esta herencia que solo y únicamente pertenece a los revolucionarios, en lucha contra los defensores vergonzantes de Octubre quienes llenaron los medios con innumerables escritos de propaganda negativa para los obreros y campesinos. De otra parte, solamente se conocieron dos declaraciones conjuntas1
firmadas por organizaciones marxistas leninistas maoístas, que si bien son valiosas, dan cuenta de la atomización en que se encuentran las fuerzas llamadas a resolver el urgente problema de la vanguardia mundial de la Revolución Proletaria. La conmemoración del Centenario de la Revolución de Octubre, fue una ocasión para haber destacado ante los obreros del mundo más los aspectos de unidad que sin duda existen; sin embargo, dado el énfasis en las matizaciones que dividen, fueron muy pocos quienes firmaron las declaraciones. Dos aspectos que deben incentivar la profundización del deslinde entre el marxismo leninismo maoísmo y el oportunismo, la lucha por avanzar en la tarea de construir la nueva Internacional. Es necesario avanzar en la unidad de los marxistas leninistas maoístas del mundo, para convertir las emotivas y sentidas proclamas revolucionarias por el Centenario de la Revolución de Octubre en fuerza organizada a nivel internacional que supere los sectarismos y trace un plan de actividad mancomunada para todos los países. Tal es el contenido correcto de algunos pronunciamientos llamando a preparar una nueva Conferencia Internacional de los marxistas leninistas maoístas.
El imperialismo esta moribundo pero no va caer solo; se requiere que los comunistas se vinculen con las masas y apliquen las enseñanzas de la experiencia de los bolcheviques, para romper las barreras nacionales, de sexo, idioma, raza que impiden la unidad del proletariado como una sola clase y la alianza con los campesinos y demás sectores revolucionarios de la pequeña burguesía; para que como lo hicieron los Soviets de diputados obreros campesinos y soldados, poder avanzar en las condiciones actuales a tomar nuevamente el cielo por asalto, volver a instaurar el poder de la Dictadura del Proletariado, único capaz de sacar a la sociedad del atolladero donde la tiene sumida el capitalismo imperialista.
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Noviembre 24 de 2017
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http://www.centremlm.be/Joint-declaration-1917-2017-the-goal-is-still-the-insurrection
http://dazibaorojo08.blogspot.com.co/2017/11/declaracion-conjunta-de-partidos-y.html