La Organización Mundial de la Salud – OMS, adscrita a la imperialista ONU declaró la pandemia con motivo del coronavirus COVID-19. Declaración que recuerda el año 2009, cuando también hizo lo mismo a raíz de la gripe AH1N1 y que en aquella ocasión igualmente sirvió para desviar la atención respecto a la crisis económica del capitalismo mundial.
Aún no se sabe la trascendencia real del coronavirus; pero el anuncio de pandemia ha servido nuevamente a la burguesía imperialista como pretexto para desviar la atención de las verdaderas causas de la crisis económica del capitalismo mundial, agravada hasta niveles que consideran pueden ser peores que los del 2008, con anuncios de recesión en varios países y una fuerte desaceleración de la economía mundial, incluida la economía china considerada hoy su motor y donde curiosamente apareció el coronavirus.
La caída en los precios del petróleo en un 25 por ciento es el termómetro de su superproducción dada la fuerte reducción de su consumo en la industria mundial, y no es causada principalmente por la puja entre Rusia y Arabia Saudita como alegan los eruditos burgueses; el 9 de marzo, otro “lunes negro” de la bolsa mundial y derrumbe del mercado accionario que obligó a su cierre temporal en muchas capitales del mundo para evitar que el impacto fuera más grave, es solo un reflejo de lo que está pasando en la producción de bienes materiales, cuya sobreproducción no encuentra la realización de la plusvalía en el mercado; el aumento exorbitante del dólar que alcanzó la cifra histórica de $4.033,46 pesos colombianos, evidencia lo que los economistas liberales llaman “desaceleración global”, es decir, ahondamiento de la crisis de sobreproducción del capitalismo mundial… todo esto pone de manifiesto una nueva y estruendosa caída de la economía mundial en medio de la crisis que desde el 2008 sacude al mundo, demostrando la decadencia y putrefacción del capitalismo imperialista: ¡El capitalismo imperialista es la verdadera pandemia!
La burguesía imperialista sabe que su sistema tambalea, pero el coronavirus le cae como anillo al dedo para evadir su responsabilidad frente a la extensión y profundización de la crisis social mundial, que a diario arroja nuevos combatientes a la lucha contra el sistema y aprovechar la declaración de pandemia para transformar ciudades, regiones y países enteros en verdaderas “cárceles de pueblos”, apretando más la mordaza de su dictadura contra las masas trabajadoras especialmente del proletariado, contra las minorías y en particular contra los migrantes condenados a morir arañando los muros de las fronteras, en desiertos y mares.
Leyes y decretos limitando la libre movilización e impidiendo manifestaciones, son las principales medidas, porque las orientadas realmente a controlar la propagación del coronavirus son inocuas en el sistema donde la ganancia está al mando y por ello lo incapacita no solo para prevenir sino además para intervenir rápidamente. El sistema no puede resolver un problema sencillo como la propagación de un virus porque la mayor parte de la ciencia y la investigación están en manos del capital y se utilizan sobre todo para la producción de armas incluida la de armas químicas y bacteriológicas.
El sistema capitalista es la principal pandemia. Crea y alimenta enfermedades para beneficiar a las grandes industrias farmacéuticas y por eso no puede proteger ni salvar a los pueblos de las epidemias. Menos aún cuando los gobernantes, fieles sirvientes de los grandes monopolios imperialistas, han convertido el sistema de salud pública en un lucrativo negocio privado a cuenta de la muerte del pueblo trabajador.
Los proletarios y pueblos del mundo no pueden aceptar las medidas reaccionarias de las clases parásitas dominantes. Como dicen los camaradas del Partido Comunista maoísta de Italia: “no debemos dejar pasar ni un solo día aceptando este estado de cosas o sin realizar todas las actividades necesarias para que los proletarios y las masas populares tomen en sus propias manos, no las medidas de precaución que se sugieren, la mayoría de las cuales son comunes y triviales, pero sí el destino real de su propia salud, su vida diaria y aún más el futuro que nos pertenece, y que no debe convertirse en una pesadilla y un horror sin fin”.
Por eso es necesario arreciar la movilización y la lucha revolucionaria de las masas en todos los países, desafiando las medidas que intentan aplastar la rebelión con la bota militar y con el miedo a la pandemia.
¡El capitalismo imperialista es la verdadera pandemia y debe ser erradicado con la Revolución Proletaria Mundial!
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Marzo 13 de 2020
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