El 2021 inició con tragedias para muchas familias del pueblo: más muertos por coronavirus, en los hospitales hacinados y suplicando por una atención digna, con familiares del personal de la salud exponiendo sus vidas, contaminados, fallecidos, con sobrecarga laboral, a muchos adeudándoles varios meses de salario y obligados a renunciar por falta de garantías, dirigentes sociales y excombatientes de las Farc asesinados, feminicidios, jóvenes sin empleo, miles de despedidos, sufriendo para pagar las deudas con el miserable “aumento” salarial de $30.700. Y a todo esto se suman nuevamente medidas restrictivas, en especial los “toques de queda” generalizados en todo el país dizque para evitar el colapso de los hospitales.
En contraparte, a los parásitos del Congreso que tienen tres meses de vacaciones remuneradas, finalizando el año el régimen de Duque los favoreció con un aumento del 5.3% equivalente a un incremento mensual de casi $1.700.000 y que recibirán con el retroactivo del año pasado aproximadamente $20.000.000; mientras el incremento nominal del salario mínimo fue apenas del 3.5% lo que significa una nueva rebaja real del salario, ya que la canasta familiar subirá como todos los años, y eso sin contar los perjuicios de nuevas reformas anti-obreras. Y es necesario denunciar que ante la rebaja salarial decretada, las camarillas burocráticas de las centrales sindicales no movieron un dedo para llamar a la movilización por un alza significativa del salario mínimo.
A pesar de las tragedias, en las fiestas de fin de año muchas familias se abrazaron y desearon felicidad; así, el 2021 llega con los mismos problemas del año pasado pero agravados, confirmando que para las masas trabajadoras la situación no cambiará mientras perdure el sistema capitalista, estructura económica y social base de todas las tragedias del pueblo.
Y como si fueran pocos los sufrimientos, a la desfachatez del régimen uribista de Duque, se le suma su ineptitud para enfrentar la pandemia y todos los problemas generados por ella. El incumplimiento de las promesas hechas en marzo del año pasado, de adecuar el sistema de salud, ha quedado en evidencia en menos de 15 días. Con cinismo culpa al pueblo del incremento de contagios, cuando a fines del año pasado, para beneficiar los negocios de las clases dominantes, promovió el día sin IVA y el adelanto de la prima de navidad, permitió espectáculos públicos como la final del campeonato de futbol, dio vía libre al turismo y rumbas organizadas por funcionarios del Estado dando el mensaje que todo estaba bien, cuando era previsible que las festividades de diciembre iban a incrementar la cantidad de contagios y por tanto se debía adecuar el sistema de salud para el nuevo pico que se esperaba. Es evidente que el único responsable de los más de 48.000 muertos por coronavirus hasta el momento, es el Estado burgués y en particular, el régimen uribista gobernante.
Además, el régimen endurece su actuación terrorista y criminal: en 15 días han sido asesinados 10 dirigentes populares y 4 excombatientes de las Farc; el pasado 5 de enero fue aprobado el protocolo para la protesta social —léase protocolo para impedir la protesta social, la movilización y lucha de las masas— y ahora, utilizando como excusa el colapso de los hospitales, ha generalizado medidas tan reaccionarias como los “toques de queda” que no sirven para atender una emergencia sanitaria, sino para amedrentar militarmente al pueblo, y a su sombra, continuar imponiendo decretos dictatoriales contra los trabajadores.
El año comienza, confirmando que el régimen uribista es inepto, criminal y anti-obrero; pero nuevamente a las masas trabajadoras se le presentan dos alternativas de cómo responder a la actual situación. Por un lado, están quienes llaman a depositar todas las esperanzas, en las elecciones del 2022, “castigando” a los actuales gobernantes eligiendo a candidatos “alternativos” —de “izquierda”, “centro izquierda” o “centro”— y si algunos se atreven a llamar a la lucha, solo lo hacen en el sentido de apoyar a uno u otro prospecto de candidato. Por otro lado, están los revolucionarios que llamamos a continuar este año con mayor contundencia la lucha que inició en noviembre del 2019, con plena confianza en que la movilización, la huelga, el paro, la protesta, el Paro General Indefinido, son ahora las formas de lucha directa más apropiadas para enfrentar la avalancha reaccionaria del régimen y arrancar por la fuerza las reivindicaciones inmediatas del pueblo colombiano.
Como parte del proletariado consciente, llamamos a las masas trabajadoras a no dejarse seducir por los “cantos de sirena” de los politiqueros del color que sean. ¡Solo el pueblo salva al pueblo! ¡Este año es urgente acelerar la preparación del Paro General Indefinido! ¡No se puede permitir que el régimen y las clases dominantes sigan imponiendo su plan arrasador utilizando medidas policivas para impedir la protesta! ¡No se puede aceptar que se sigan perdiendo vidas en la pandemia por culpa del infame e inepto régimen uribista!
Y para ello, debemos comenzar el año saliendo a las calles el 28 de enero a exigir: ¡Alza general de salarios, empleo y subsidio para los desempleados! ¡Cubrimiento de salud total y gratuito para toda la población! ¡Contratación directa, medidas de protección y mejores salarios para los trabajadores de la salud! ¡Fin a la racha de asesinatos y terror contra los dirigentes populares!
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Enero 18 2021