En estos tiempos, la burguesía y los terratenientes, clases explotadoras aliadas y apadrinadas por los saqueadores imperialistas, usan a fondo su poder económico y político, para sumir al pueblo en el sopor de la «paz social», en el sueño de confiar su futuro inmediato a la suerte de lo que pase en la farsa electoral del 2018 y esperar pasiva y resignadamente que sus problemas los resuelvan sus propios explotadores cuya fuente de vida es succionar el sudor, sangre y desgaste de los trabajadores.
Esas clases explotadoras dominantes, desde siempre han manejado los destinos del país conduciéndolo a una profunda crisis social donde solo unos muy pocos acumulan la riqueza producida por el trabajo de la sociedad. De ahí que no escatimen esfuerzos para mantener sus privilegios: leyes y reformas anti-obreras y anti-populares que aumentan el beneficio de la explotación, leyes y códigos policiales que endurecen la dictadura de los ricos, acuerdos y componendas con los jefes colaboracionistas de partidos, guerrillas y centrales sindicales que disuaden y maniatan a los trabajadores, permanente propaganda mentirosa mediática con «bellos anuncios de grandes soluciones» que distraen a los pobres, ataques y estruendosas discusiones entre los jefes políticos de los ricos que maquillan su maridaje en la explotación y opresión del pueblo, y corrupción generalizada que saquea empresas estatales y los fondos destinados al gasto social.
Por esto y contra esto el pueblo lucha y se levanta como ejemplarmente lo ha hecho durante años y lo demuestra ahora en contundentes Paros Indefinidos de regiones enteras y de sindicatos nacionales, haciendo añicos la baratija de la «paz social» y la tramoya de las «mesas de trabajo» convertidas por años en murallas de contención para enfriar y disuadir la lucha masiva y directa de los trabajadores.
Contra la rendición y sumisión de los jefes guerrilleros secundados por los jefes políticos de los partidos pequeñoburgueses y por los jefes vende-obreros de las centrales sindicales, las masas del pueblo han respondido en los Paros Indefinidos con el elocuente e inspirador grito de combate: ¡EL PUEBLO NO SE RINDE CARAJO!
Contra la perversa costumbre de abortar los Paros y reducirlos a «mesas privadas de concertación», el pueblo y las bases de los sindicatos han impuesto el carácter Masivo e Indefinido de los Paros; por la fuerza han suprimido la nefasta condición de «levantarlos» para discutir las reivindicaciones; y con las cámaras de los celulares de todo mundo han vigilado de cerca las negociaciones.
Los Paros Indefinidos de grandes masas de la población, no son otra cosa que expresiones concretas de la tendencia objetiva de la sociedad hacia una GRAN HUELGA POLÍTICA DE MASAS donde todo el pueblo usando la fuerza de paralizar las actividades económicas, arranque directamente al Estado las reivindicaciones inmediatas más sentidas, gane en conciencia y en la organización independiente de sus filas, asuma formas de lucha política más radicales bajo la dirección de un Partido de vanguardia del proletariado, para preparar y asumir en sus propias manos la única solución radical y definitiva de los problemas del pueblo colombiano: LA INSURRECCIÓN ARMADA Y LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA que destruyan hasta los cimientos el poder político y económico de los explotadores y den paso a un nuevo Estado y Gobierno de los trabajadores.
No obstante que, con los Paros Indefinidos actuales se conquisten importantes reivindicaciones locales y sectoriales, sigue siendo necesaria UNA GRAN HUELGA POLÍTICA DE MASAS en todo el país, para exigir soluciones a las necesidades inmediatas, ya no solo de una clase, o de un sector de clase, o de una región, sino de todo el pueblo colombiano, como son una alza general de salarios, desprivatización de la salud y la educación, cese del terrorismo de Estado y de la guerra contra el pueblo, indemnización y reparación a las víctimas y desplazados, y otras más, bien expresadas en la PLATAFORMA DE LUCHA DEL PUEBLO COLOMBIANO propuesta por los Comités de Lucha.
Si los obreros, los campesinos, los pequeños y medianos propietarios de la ciudad, los desplazados y desempleados, los maestros y estudiantes, los pobladores de la ciudad y del campo, si todos ellos tienen grandes problemas comunes, deben librar una gran lucha común, organizando como paso inmediato la realización de un PARO NACIONAL INDEFINIDO en el segundo semestre de este año 2017, para aprovechar el empuje actual del movimiento de masas y sacarle partido a las fuertes contradicciones entre los explotadores que los dividen y debilitan su gobierno. Los recientes Paros Indefinidos de regiones enteras y sindicatos nacionales son ya de hecho, formas concretas de preparar y avanzar hacia el PARO NACIONAL INDEFINIDO, como también lo son la adhesión de otros sectores, la solidaridad de los demás trabajadores, las asonadas simultaneas en poblaciones de la costa norte, y los anhelos de muchos trabajadores de acudir a la huelga como forma de lucha efectiva para exigir y hacer respetar sus derechos.
La heroica y extraordinaria actuación de las masas más pobres de la población en los Paros Indefinidos, constituye la FUERZA poderosa para avanzar al PARO NACIONAL INDEFINIDO, porque su empuje y movimiento tiene como base las profundas contradicciones de clase de la sociedad, contradicciones antagónicas, irreconciliables, ajenas y diametralmente opuestas a la «paz social», por ser entre las masas del pueblo explotado y sus explotadores, entre las masas del pueblo oprimido y sus opresores.
Pero también es cierto que avanzar al PARO NACIONAL INDEFINIDO tiene su principal DEBILIDAD en la falta de unidad del pueblo colombiano alrededor de una única PLATAFORMA DE LUCHA que junte en una sola batalla sus combates aislados y dispersos, identifique claramente a sus amigos y enemigos, recoja sus verdaderas reivindicaciones acogiendo el camino de la lucha masiva directa para conquistarlas y rechace sin reservas la ilusión de resolverlas por la vía electoral o en el espejismo de la «paz social». Una Plataforma así, no puede ser impuesta desde arriba, sino debatida y aprobada por las masas mismas, bien sea en Asambleas Populares o en Encuentros regionales y nacionales.
Y es aquí donde la debilidad se transforma en PELIGRO porque nuevamente ha salido de las catacumbas la momia del Comando Nacional Unitario a hacer su trabajo: tomar la batuta del Paro Cívico Nacional para desinflar y abortar el PARO NACIONAL INDEFINIDO. Hace dos años prestó ese nefasto servicio a los explotadores, convirtiendo el justo deseo de las asambleas y manifestaciones populares en una blandengue jornada de desfiles para presentarle al Gobierno de Santos un «Pliego Nacional de respetuosas solicitudes» a tramitar en la cueva de ladrones del Congreso. El Comando Nacional Unitario es un peligro real, un palo en la rueda del PARO NACIONAL INDEFINIDO, porque el historial de sus jefes es de traiciones, entregas y componendas con los enemigos del pueblo. Porque ya confesaron abiertamente su compromiso con la reelección de Santos, porque están casados con la trampa de la «paz social», porque ya están en campaña politiquera para las elecciones del 2018 y necesitan pescar votos entre los trabajadores. De ahí que los encuentros y actividades que han convocado en preparación de un Paro Cívico Nacional, deben ser aprovechados por las bases, activistas y revolucionarios, para combatir y denunciar todo intento de convertir la lucha del pueblo en púlpito de politiquería, en cánticos a la paz con los enemigos y en propaganda para la farsa electoral. Lo que el pueblo necesita es un PARO NACIONAL INDEFINIDO.
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)