Para contrarrestar el contagio de la pandemia el inepto títere Duque ha decretado tardíamente un confinamiento general que no incluye a los trabajadores de la salud, de los servicios, del transporte, y mucho menos a los obreros de la industria fabril básica (petróleo, siderúrgica, químicas, alimentos…) ni tampoco a los trabajadores del campo productores de los alimentos esenciales… o sea, ¡a todos los trabajadores cuya fuerza de trabajo es indispensable para que el sistema no colapse se les obliga a trabajar y sin la debida protección contra la pandemia!
Otras fábricas y empresas fueron cerradas y sus trabajadores obligados a trabajar desde la casa unos, y otros ¡han sido vilmente despedidos! a luchar contra el hambre confinados, al igual que los siete millones de trabajadores informales que viven del rebusque diario.
El títere Duque y su lugarteniente en el Ministerio de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, vociferan en los medios que “el Covid-19 no es causal de despidos”, que “no hay autorización de despidos colectivos”; sin embargo, le dan al Viceministro de Relaciones Laborales el “ejercicio del poder preferente” para resolver vía express todos los casos de solicitud de suspensión de los contratos de trabajo y los despidos masivos; además, descaradamente admiten que los empresarios pueden “concertar” con sus trabajadores modalidades como el trabajo por horas, desde casa, licencias no remuneradas… y hasta ¡la rebaja del salario!
De hecho ya iniciaron las ¡masacres laborales! en distintas ciudades como son los 300 despidos en Logytech Mobile de Barranquilla, 200 en Vestimundo Final de Medellín, los trabajadores de la empresa 101 Perros de Manizales… más todos los despedidos con contratos temporales, por obra o servicio, y quienes trabajaban simplemente al día y sin contrato en empresas y comercios obligados a cerrar, donde miles han sido lanzados silenciosamente a las demoledoras garras del hambre… y al que proteste ¡represión y terror estatal!
La pandemia del coronavirus deja ver y sentir en carne viva que el Estado de los capitalistas, el gobierno de los ricos, las leyes de los explotadores ¡favorecen exclusivamente a los empresarios!, ¡someten a los trabajadores!, ¡los condenan a muerte ya sea por el virus o por el hambre!
¡Los obreros no pueden esperar compasión de sus acérrimos enemigos capitalistas! ¡No pueden esperar protección de sus verdugos estatales! ¡Sólo la solidaridad y lucha como clase los puede salvar! Porque la emancipación de la clase obrera es obra de la propia clase obrera.
Hoy el arma a utilizar en esa lucha es ¡La huelga para exigir la protección de la cuarentena frente a la pandemia! ¡La huelga para impedir los despidos! ¡La huelga para impedir la negación o rebaja de sus salarios!
La crisis sanitaria por el coronavirus ha puesto en claro que son los obreros y los campesinos los verdaderos productores en la sociedad y quienes realmente la sostienen con su trabajo. ¡Sobran los patrones! ¡Sobran los terratenientes y burgueses! ¡Sobran los capitalistas! ¡Sobran los imperialistas!
¡No más dictadura del Estado podrido de los capitalistas! ¡Que la sociedad pase a ser gobernada por quienes la sostienen con su trabajo: los obreros y los campesinos!