El pasado 15 de abril, obligado por las denuncias masivas de los robos de las ayudas para los más pobres, el presidente Duque declaró que, “El que se robe una ayuda para atender una pandemia solamente cae en la condición de ser un bandido de la peor ralea; eso solamente es un comportamiento de una rata de alcantarilla. Al que le quite la posibilidad a una persona vulnerable de recibir sus alimentos le debe caer todo el peso de la ley con mucha contundencia”.
Y aseguró el presidente títere de la mafia que “la Fiscalía o la Procuraduría deben castigar con todo el peso de la ley a funcionarios públicos o personas naturales que sean descubiertas en actividades como la apropiación indebida de recursos”.
Lo primero para decir de estas declaraciones es que quien comanda las ratas de alcantarilla es él, como representante del sector mafioso, cuyos miembros de sus partidos tienen un historial de corrupción y bandidaje, siendo este uno de los mínimos delitos. Estas declaraciones son realmente una falacia, pues no va a caer “todo el peso de la ley” sobre estos bandidos, como por el contrario, sí ha pasado con las gentes que han tenido que violar el confinamiento obligatorio para poder subsistir.
Lo segundo es que la realidad en los barrios populares es otra, las personas piden a gritos que les lleguen las ayudas, para así poder cumplir con el confinamiento obligatorio que impuso el régimen, pero no es así; las ayudas son en su gran mayoría: ¡solo promesas! Las masas que trabajan en la informalidad, luego de poner el trapo rojo en las puertas, se vieron obligadas a salir a las calles a conseguir un pan exponiendo su vida, pero el hipócrita sub-presidente y los alcaldes en lugar de mandar comida, les mandan el ESMAD. Las ayudas llegan es a las cuentas de los alcaldes y otros personajes del Estado, ¡hasta la policía beneficia a sus propias familias y no a los que realmente tienen hambre!
Mientras tanto, los médicos y personal del sector salud deben protestar en las clínicas y hospitales donde trabajan para exigir insumos, protección y sueldos atrasados para enfrentar la pandemia. Debido al abandono estatal y al apetito de ganancia de los capitalistas dueños de los centros médicos y de los contratistas que los superexplotan, ya murieron algunos de ellos por covid 19. Por estas razones el personal médico debe radicalizar su protesta y el pueblo debe apoyarlos participando en los plantones y actividades programadas como cacerolazos y tuiteratones en contra del régimen uribista.
El Estado capitalista que a pesar de su hipocresía publicitada por los grandes medios de comunicación de bolsillo, es incapaz de resolver los problemas de la clase obrera, por lo tanto hay que sepultarlo con pandemia y todo por medio de la organización y la lucha directa. No hay salvadores supremos, solo el pueblo organizado de forma independiente y para la lucha revolucionaria es quien decide su futuro, por eso es tan importante y necesaria la construcción del Partido político del proletariado que oriente a las masas hacia la destrucción violenta del Estado de los ricos y construir sobre sus ruinas el Estado de obreros y campesinos.