Por estos días, algunos jóvenes revolucionarios solicitaron a Revolución Obrera se explicara la historia del término mamerto, porque se utiliza indiscriminadamente tanto para insultar a la izquierda como para declararse orgullosamente de izquierda. Los compañeros tienen razón por cuanto mamerto es en política una categoría, tiene su propia historia y un significado exacto, que el uso y el abuso ha terminado desnaturalizando.
Para satisfacer esa petición de los compañeros, publicamos la explicación dada por Sócrates Izquierdo en la columna Diccionario Zurdo por allá en el periódico Revolución Obrera No. 208 a principios del 2007.
Mamerto: Esa palabreja, dice el diccionario, se utiliza en Ecuador como sinónimo de tonto. En Colombia, en mi opinión, algunos padres poco piadosos la usaron para castigar a sus hijos bautizándolos con tal remoquete. Sin embargo, con orgullo podemos decir que es un colombianismo. Ella fue y aún es usada comúnmente por muchos obreros viejos para referirse a quien se mama de la lucha. Algo así como el mamón para el cual no ha ley, según el dicho popular. Pero siendo más rigurosos, se denomina mamerto al Partido Comunista Colombiano y a sus secuaces. Y se convirtió en categoría política en medio de la lucha de los marxistas leninistas contra los revisionistas a mediados de la década del sesenta del siglo pasado. Total amigos, mamerto fue el nombre propio dado al revisionismo colombiano.
Según la historia oral que yo me sé, ese bautizo se lo dio Francisco Garnica, uno de los jóvenes dirigentes del Partido Comunista de Colombia (marxista leninista) en una intervención pública, cuando se pretendió incluirlo en el Partido Comunista Colombiano. Airado y con razón, Garnica dijo que confundieran pero no ofendieran; que él, orgullosamente, era un auténtico comunista y no tenía nada que ver con los Gilbertos, Filibertos y demás mamertos (los nombres de varios de los jefes de la camarilla del falso Partido Comunista terminaban en berto como Gilberto Vieira y Filiberto Barrero). Desde entonces y para que la gente de bien no se confunda, se ha usado este nombre para referirse al Partido Comunista Colombiano.
Pero más allá de las palabras, a veces engañosas, mamerto representa la repugnancia y el odio de los auténticos comunistas y revolucionarios al revisionismo moderno. Representa en Colombia la lucha abanderada por Mao Tse-tung y el Partido Comunista de China y la cual enfrentó y pulverizó teórica y prácticamente las 3 pacíficas (transición pacífica, coexistencia pacífica y emulación pacífica) y los 2 todos (Estado de todo el pueblo y partido de todo el pueblo). Fórmula burguesa con la cual Jruschev y su camarilla en Rusia restauraron la dictadura de los ricachones en la URSS y trataron de que los pobres del mundo renunciaran a la revolución.
Esa fue una batalla mundial que marcó época y deslindó campos entre los auténticos comunistas y los revisionistas; en cada país tuvo sus particularidades y hasta dio para que el ingenio popular hiciera surgir nuevas categorías políticas enriqueciendo la jerga del movimiento obrero y revolucionario, y así como por ejemplo, en Colombia los revisionistas fueron bautizados comomamertos, en Ecuador, un pueblo tal vez más filósofo, los motejó cabezones, en otras latitudes, haciendo honor al sarcasmo, fueron llamados “camaradas” entre comillas.
Y como la lucha entre los auténticos comunistas y los revisionistas no termina, hoy, a nombre del “camino Prachanda”, desde la dirección del Partido Comunista de Nepal (maoísta), se esgrimen las mismas insulsas teorías con “nuevos” argumentos; como dicen en mi pueblo, “es el mismo perro pero despeinado”. Esto sólo significa que el revisionismo adquiere nuevas formas, siendo obligación de los auténticos revolucionarios, así como en el sesenta, pulverizar y derrotar ahora a los continuadores del mamertismo, ya surgirá el Garnica que les ponga nombre propio.
Mamerto es entonces una palabra exacta; una categoría política para definir a los revisionistas jruschevistas en Colombia. Los obreros y revolucionarios pueden usarla con confianza, rescatando por ahí derecho la historia de nuestro movimiento.
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