¿Qué Piensan y se Proponen los Comunistas en Colombia?
La lucha del pueblo colombiano y los obreros revolucionarios
Cada vez más, Colombia se ve sacudida por pequeñas y grandes luchas de diversos sectores de obreros y campesinos; paros, movilizaciones, asonadas, enfrentamientos callejeros, bloqueos de vías, parálisis de la producción y del transporte, etc.; son los campesinos y proletarios con sus hijos que se levantan contra las política del gobierno, son masas laboriosas que tienen que lanzarse a las calles por estabilidad laboral, por alza general de salarios, por contratación directa, salud, educación y vivienda; paros y bloqueos contra las deudas impagables y por la venta de sus productos a precios justos por parte de los campesinos; tomas de oficinas y plazas donde los desplazados exigen la reparación prometida y la devolución sus tierras arrebatadas. Levantamientos y asonadas en barrios y poblados contra la carestía y la mala calidad de los servicios públicos y por vivienda; manifestaciones de la inconformidad de los trabajadores del campo y la ciudad ante su terrible situación de hambre y miseria, cansados de los atropellos de los gobernantes y de cargar sobre sus espaldas a un puñado de ricachones cada vez más ricos, a expensas de su sudor y penurias.
Situación a la cual el gobierno responde con promesas incumplidas, represión violenta a las manifestaciones mediante la policía, el ejército, creando fuerzas especiales como el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) o sirviéndose de fuerzas paraestatales como las llamadas bacrim y las autodefensas o lo que fueron los pájaros y chulavitas en otro tiempo. Fuerzas de las cuales se sirve incluso para asesinar a los dirigentes obreros, campesinos y populares, cuando no, mediante la legislación de medidas como el Estatuto de Seguridad Ciudadana, Estado de Sitio o Estatuto de Seguridad por lo menos para detener a los luchadores y perseguir a los dirigentes, como ha sucedido con miles de ellos.
Aun así, el pueblo ha impedido que los ricos los arrastren a la mendicidad y por el contrario, ha logrado organizarse alcanzando en ocasiones mejorar sus condiciones de vida, pero sobre todo, adquiriendo gran experiencia; sin embargo todavía son luchas dispersas, aisladas y sin una dirección unificada, esto a pesar de haber varios partidos y organizaciones que dicen defender los intereses del pueblo o representar sus intereses; un vacío de dirección revolucionaria que hace que pareciera que los ricos y el Estado que los protege fueran invencibles.
De ahí que el pueblo, en medio de sus luchas, se pregunte si es que está condenado a vivir en la esclavitud y padecer los abusos del Estado y de los ricos holgazanes, siendo los obreros revolucionarios los únicos en responder: ¡No estamos condenados a la esclavitud eterna! ¡Ni a tolerar indefinidamente la opresión e infamia de quienes no trabajan!¡Estamos tratando de construir y construiremos un Partido que no traicione los intereses de los trabajadores!¡Un Partido que no se preste para aplastar al pueblo participando en la vagabundería del gobierno de los explotadores!¡Un Partido para luchar todos unidos por cambiar de raíz todas las injusticias, construir una nueva sociedad donde no hayan ricos ni pobres, donde todos tengan que trabajar y los frutos del trabajo beneficien a toda la sociedad en lugar de ser acaparados por un puñado de holgazanes!¡Un partido que dirija la construcción de una nueva sociedad: el Socialismo!
Esta lucha por una nueva sociedad la libran ya los obreros y campesinos dirigidos por auténticos comunistas organizados en partidos políticos; por ejemplo en la India, donde avanza una Guerra Popular, una lucha armada donde los trabajadores del campo y la ciudad han expulsado a los capitalistas y terratenientes en importantes zonas; allí, los imperialistas están recibiendo valiosas derrotas y significativos triunfos para el pueblo de la India, y por ende, para los pueblos del mundo entero. Por esto, a los comunistas los persiguen en todo el mundo y tienen que organizarse en secreto, clandestinamente logrando aun así que las banderas rojas con la hoz y el martillo entrecruzados – símbolo de la alianza obrero campesina -, ondeen en todo el mundo junto a su grito de combate: ¡Abajo la explotación mundial capitalista: Viva el Socialismo y el Comunismo!
A pesar de esta persecución contra los comunistas, los obreros y campesinos necesitan saber a través de ellos lo que piensan y le proponen al pueblo colombiano para conquistar la libertad y la felicidad. Los comunistas no lo ocultamos, alcanzar este objetivo no es a través de un camino lleno de flores, al contrario exige grandes luchas, enormes sacrificios y duras pruebas; pero es el único camino para acabar con la explotación, la opresión, la desigualdad, los padecimientos y alcanzar la verdadera paz; siendo al final, un precio muchísimo menor que el que se paga viviendo en este infierno capitalista.
¡Que no se hagan ilusiones, el Socialismo no fracasó como pregonan los explotadores!
Ante estas propuestas, es natural que el pueblo se pregunte: ¿acaso el Socialismo no fracasó? Y ¿por qué insistir en una idea desprestigiada, en la que ya casi nadie cree? El Socialismo no es un invento de soñadores, hacia allí va la sociedad mundial y el movimiento obrero es el llamado a dirigir esa transformación. El Socialismo expone científicamente por qué la sociedad marcha hacia allá y los representantes de esta teoría antes llamados socialistas y comunistas, hoy se llaman comunistas revolucionarios y ponen entre paréntesis (marxistas leninistas maoístas) para que los trabajadores puedan diferenciarlos de los falsos socialistas y de los falsos comunistas, falsos porque buscan ponerle paños de agua tibia y suavizar el infierno de la explotación y opresión capitalista.
Paños de agua tibia como en varios países latinoamericanos con el supuesto Socialismo Bolivariano o del siglo XXI; o China donde el gobierno sigue utilizando el nombre de Socialismo y Comunismo a pesar de ser desde hace décadas un país imperialista que explota y oprime a su pueblo y a pueblos de otros países.
El Socialismo no es un simple sueño fracasado, al contrario, aunque obreros y campesinos fueron derrotados temporalmente, sobre todo en Rusia y China, obtuvieron logros inmensos. ¿Cuáles fueron esas conquistas de los países socialistas? Mientras los obreros y campesinos tuvieron el poder del Estado y dirigieron esos países, estos avanzaron económica, política y socialmente. La superioridad del Socialismo se vio en el poderoso crecimiento económico y el desarrollo incesante de la ciencia y la técnica aplicados a la producción permitiendo el crecimiento de los bienes materiales ya no en beneficio de los ricachones ahítos, sino de toda la sociedad. La planificación de la economía reemplazó la anarquía de la salvaje competencia de la producción capitalista erradicando las crisis y garantizando trabajo para todos.
En poco tiempo la Unión Soviética y China pasaron de ser países atrasados, a acabar con el hambre y el analfabetismo, a electrificar el campo elevando el nivel de vida del pueblo, principalmente de los campesinos, antes despreciados, embrutecidos y marginados de los avances de la civilización.
Fueron países pioneros en la medicina preventiva, erradicaron enfermedades endémicas o habituales, marcharon al frente en la erradicación de la viruela en el mundo, garantizaron salubridad pública universal y gratuita elevando la esperanza de vida y reduciendo la mortalidad infantil.
La mujer, condenada en el capitalismo a la explotación y opresión del patrón y de sus propios esposos, padres y hermanos alcanzó en el socialismo los mismos derechos que el hombre, pues los asuntos domésticos y la crianza de los hijos pasaron de ser su responsabilidad a ser responsabilidad social, dándoles la posibilidad real de acceso a la educación, el trabajo, el salario y a la participación en todos los aspectos de la vida social y política.
De igual manera, los comunistas demostraron defender a toda la humanidad al encabezar la derrota de uno de sus peores enemigos; el fascismo; el Ejército Rojo de la Unión Soviética, el ejército de obreros y campesinos fue el que aplastó a los fascistas comandados por Hitler en la Segunda Guerra Mundial en su propia guarida. Noble y generosamente, cerca de 20 millones de soldados del ejército de obreros y campesinos, entregaron la vida para salvar a la humanidad del crimen y el oscurantismo.
¿Qué pasó entonces, por qué se acabó el Socialismo? Es la pregunta obligada ante lo dicho, pero, igual que un niño cuando aprende a caminar, los trabajadores también tienen tropiezos y caídas; al construir el Socialismo, necesitan adquirir experiencia, la cual se obtiene tras ensayar, cometer errores y superarlos, de ahí que digamos que la derrota de los obreros en los países otrora socialistas es temporal y relativa, pues se aprendió bastante de estas experiencias.
No era suficiente con que los explotadores dejaran de llevarse el fruto del trabajo de la mayoría ni planificar la economía; se cometieron errores como dejar estructuras, instituciones y costumbres de la vieja sociedad facilitando a los explotadores volver a tomarse el poder: por ejemplo, la dirección, planificación de la producción y distribución siguieron en manos de los expertos quienes conservaron sus privilegios al igual que los de los dirigentes del Estado, es decir, no se acabó con la burocracia estatal heredada del capitalismo; también se permitió que hubiera un ejército profesional separado del pueblo y con el monopolio de las armas.
Algunos de esos errores eran inevitables en Rusia, pero trataron de corregirse en China, donde en lugar de los viejos sabihondos –al servicio de los explotadores privilegiados en el acceso al conocimiento mientras los trabajadores eran reducidos a ser bestias de carga- por trabajadores que dirigían todo: planificación, producción, distribución, escuela, universidad, investigación científica, arte, etc.; problema que sin embargo, no puede resolverse fácilmente y es fuente de permanente lucha en la sociedad socialista.
Pero el error fundamental para que los obreros y campesinos fueran derrotados en los países socialistas fue olvidar las lecciones enseñadas por los obreros desde 1871 en la Comuna de París: que el nuevo Estado de obreros y campesinos debe reemplazar la burocracia estatal por funcionarios elegibles y removibles en cualquier momento por el pueblo y su salario no debe ser más del salario de un obrero común; que las instituciones del nuevo Estado deben se legislativas y ejecutivas al mismo tiempo y estar amparadas por el pueblo armado para hacer cumplir sus leyes; que todo el pueblo debía estar armado, en lugar de un ejército profesional permanente y más aún con el monopolio de las armas, pues éstas podían ser usadas contra el pueblo, como pasó en Rusia y China donde la burocracia estatal, cuando se sintió con la suficiente fuerza económica y con el suficiente poder en todas las esferas del Estado para restablecer la explotación, aplastó al pueblo y a los revolucionarios que se le opusieron.
El Socialismo no fracasó como creen los explotadores y sus acólitos, ¡los proletarios fueron temporalmente derrotados! y hoy, en Rusia y en China, obreros y campesinos ya se organizan para volver a destronar a los explotadores, siendo además, una derrota relativa que enseñó a los obreros de todo el mundo los errores que no deben volver a cometer.
Hoy lo que sí es claro es el evidente fracaso del capitalismo, que ha remarcado con esta pandemia, que es un sistema asesino y un estorbo para llevar a la humanidad al progreso; y por el contrario está destruyendo las dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los hombres. Por esto los comunistas les proponen a los obreros y campesinos, construir urgentemente el Partido del proletariado en Colombia, la organización que puede dirigir sus luchas, pero sobre todo, avanzar hacia la Guerra Popular, que los organice y dirija hacia la tarea de barrer de la faz de la tierra el capitalismo imperialista con la Revolución Proletaria Mundial, instaurar el Socialismo; y con las lecciones aprendidas, llevar la humanidad hasta el Comunismo.