¡Renunció el Ministro Botero, Hay Que Preparar la Guerra Popular!

Renunció el ministro Botero, hay que preparar la Guerra Popular

Ahora que renunció el ministro Guillermo Botero, ¿qué les espera a los de a pie, a los que trabajan en el campo y la ciudad, a los indígenas del Cauca, a los defensores de derechos humanos, a los líderes sociales, a los jóvenes que deambulan por las calles porque no hay estudio ni trabajo, a los universitarios que luchan, a los dirigentes sindicales, etc.?

¡Lo mismo que antes! Y aunque muchos de la llamada oposición salgan alborozados con esta renuncia, coreen que sí sirven los mecanismos de la “democracia”, y en especial la constitución del 91 que implementó la moción de censura, la renuncia del ministro no representa absolutamente nada diferente para las masas.

Por un lado, han dejado como ministro encargado al general Luis Fernando Navarro, llave del general Nicacio Martínez, el cual tiene antecedentes referente a los crímenes de Estado mal llamados falsos positivos, y en la cúpula militar, un historial criminal de masacres y asesinatos extrajudiciales.

Por otro, todos los demócratas llaman a que Duque escoja a un ministro “decente”, “intachable”, que le de credibilidad a la institución, e incluso llaman a cambiar toda la cúpula militar, y a transformar el Ejército en una institución “humanitaria”; todos clamores a la posibilidad de una institución por encima de las clases sociales, escondiendo que el Estado Social de Derecho en el sistema capitalista, no puede ser otra cosa que la sangrienta dictadura de los explotadores.

Así pusieran a las hermanitas de la caridad en el cargo, el pueblo no puede olvidar que Colombia tuvo como ministro de defensa al premio nobel de PAZ, Juan Manuel Santos, en el período en que se presentaron los miles de asesinatos de jóvenes que disfrazaron de guerrilleros, para “mostrarle resultados” al jefe narcotraficante y paramilitar Álvaro Uribe.

Así cambiaran toda la cúpula militar y le enseñaran al Ejército, como dice Petro,“humanidades como Antropología, Etnografía y otras ciencias sociales para ser más efectivos y bajo la visión del Derecho Internacional Humanitario”, la clase obrera y el pueblo deben tener presente que el Ejército es la columna vertebral de todos los estados “democráticos” al servicio de las clases dominantes, cuya misión es defender a sangre y fuego sus privilegios y negocios, y aplastar al pueblo que se rebele contra la explotación y expoliación.

Esto es lo que todos los llamados alternativos y opositores, le ocultan al pueblo, sembrando falsas esperanzas, minando el deseo de lucha del pueblo que a diario vive en carne propia toda la represión del Estado; esas falsas esperanzas, hacen que los indígenas no hayan tomado la decisión de armarse para defenderse; son las causantes de la indefensión de los más de 10 millones de campesinos desplazados por laguerra reaccionaria, y que no se haya frenado el terrorismo de Estado con la movilización revolucionaria de las masas, con la Huelga Política de Masas que hoy se debe concretar en el Paro Nacional Indefinido.

Los comunistas revolucionarios, llamamos a las clases trabajadoras a no confiar más en este Estado terrorista, a desechar toda ilusión en que se puede reformar, o que esa máquina pueda situarse por encima de las clases y ponerse al servicio del pueblo. El único camino para impedir que sigan asesinando al pueblo trabajador, que continúe la guerra de la coca y la marihuana, y el empeoramiento de las condiciones económicas y sociales, es la lucha directa; ahora llevando a cabo el Paro Nacional Indefinido; un paro de la producción, acompañado de la movilización de todos los sectores del pueblo, unidos alrededor de una plataforma común, que obligue a los explotadores y a su Estado a recular en su carrera criminal contra los pobres.

Ese es el camino que sirve a la preparación de los obreros y campesinos para la Guerra Popular, para la insurrección armada que destruya hasta en sus cimientos el Estado de los explotadores, destruirlo con todo su ejército —militar y paramilitar—, con toda su policía, con todo su aparato gubernamental de politiqueros y funcionarios, con todos sus jueces y carceleros, con todos sus curas, brujos y pastores.

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