A dos años del 21N las razones para la lucha siguen vigentes

A dos años del 21N las razones para la lucha siguen vigentes

Este 21 de noviembre se cumplen dos años en que las masas se juntaron para demostrar en las calles su odio contra el régimen narcoparamilitar uribista y en ese tiempo, contra su paquetazo. Un estallido que los comunistas previeron hace mucho, porque la crisis económica de este sistema fecunda las razones para combatir la miseria, el hambre, el desempleo, la superexplotación y masacre contra el pueblo colombiano. Un estallido que materializó la Huelga Política de Masas, bajo la forma de Paro General Indefinido, donde los obreros, los jóvenes y las masas populares dieron pasos de gigante, acallando a quienes no veían su fuerza y no entendían el cómo podría materializarse un Paro General Indefinido.

Y en el lapso de estos dos años, mucha agua ha corrido bajo el puente; atrás quedaron las intrigas generadas por los gobernantes de turno que justificaron el terrorismo de Estado con la histeria colectiva la noche del 22 de noviembre de 2019, pues el pueblo aprendió que el régimen fabrica mentiras para separar a los luchadores del resto de las masas.

Y aunque con miles de afugias se enfrentó a la pandemia, su lucha no cesó; el 9 y 10 de septiembre del 2020 las masas, especialmente los jóvenes, expresaron su furia contra los centros de tortura (CAI); los desempleados se manifestaron contra el hambre, develando la corrupción con las supuestas ayudas en medio de pandemia y, en general los desposeídos, pese a las restricciones tuvieron que luchar ante el agravamiento de la crisis económica y social.

El combatiente 2021 arrancó con la convocatoria de los luchadores agrupados en los Comités de Lucha, un 28 de enero donde diversos sectores en varias ciudades del país denunciaron, se manifestaron, pintaron, escribieron, gritaron su inconformidad y señalaron que el camino a seguir seguía siendo el de la lucha directa y organizada, un camino que en solo tres meses se concretó. Así desde el 28A el pueblo colombiano y en especial la juventud, se mantuvo -y se mantiene- en las calles, con avances estupendos que continúan corroborando la justeza táctica de la Huelga Política de Masas.

Para este 21N las condiciones objetivas son peores. Las elevadas tasas de desempleo (para agosto de 2021 fue de 9,4%, y para las mujeres se ubicó en 16,4%); la rebaja salarial; las medidas nefastas para los trabajadores como el decreto 1174; las reformas pensional, laboral y tributaria; las masacres a líderes de todos los sectores, jóvenes y luchadores; la criminalización de la protesta, que por estos días se configura en judicializaciones y persecución a quienes participaron en el paro, son apenas un abrebocas de lo que el régimen de la mafia y las clases explotadoras le tienen preparado al pueblo colombiano.

A esto se suma el atajo electoral que proponen los reformistas y demócratas burgueses, que inundaron las formas organizativas -ejemplo asambleas- con sus pretensiones electoreras, persuadiendo y apaciguando la lucha del pueblo colombiano y soslayando el deseo de las masas, que según las mismas encuestas burguesas hay 70% entre “indecisos y voto en blanco”. Pero también hay que decir, que el Paro General Indefinido requería urgentemente de una dirección revolucionaria y que, ante la ausencia del Partido Comunista en Colombia, era deber de los revolucionarios tomar la iniciativa, aliarse y ponerse al frente de esta lucha, no obstante, las masas populares y especial los jóvenes, concretaron las asambleas populares como formas organizativas, avanzaron en el combate a la represión, comprendieron que acciones como los bloqueos afectan directamente el bolsillo de los capitalistas y que el trabajo por la unidad es indispensable para conquistar los derechos exigidos.

De ahí que, para este 21N es necesario aprender de lo vivido en estos dos años y prepararse para las nuevas crestas del paro, lo que significa retomar y consolidar las asambleas populares como embriones de poder; involucrar al proletariado industrial capaz de parar directamente la producción y apoyar concretamente el paro, no solo con su fuerza, sino con insumos y elementos para la lucha; constituir los grupos de choque o milicias populares, capaces de enfrentar en mejores condiciones a las fuerzas asesinas del Estado capitalista; organizar una dirección consecuente, encontrando los puntos de unidad entre las diferentes fuerzas que estén dispuestas a dirigir el Paro General Indefinido hacia el derrocamiento del régimen mafioso que durante 20 años ha sido azote para el pueblo y, por un gobierno transitorio que una a amplios sectores que estén en contra del régimen mafioso.

Un gobierno transitorio dirigido por las asambleas populares, que pasarán de ser simples embriones a ser órganos de poder popular. Este 21N la fuerza del pueblo colombiano requiere mayor organización e ímpetu porque la guerra contra los desposeídos se atizó, es hora de luchar y ganar.

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