La ex Procuradora General de la Nación, Margarita Cabello Blanco, será recordada por el pueblo como la Procuradora que bañó de impunidad a decenas de policías que asesinaron a los muchachos del Paro Nacional del 2021, o que les fabricaron «falsos positivos judiciales» a cientos de luchadores populares para vincularlos a procesos prefabricados, con pruebas falsas y testigos inventados, y que terminaron en la pérdida de la libertad para muchos de ellos.
Margarita Cabello Blanco, fue Procuradora desde el 15 de enero de 2021 hasta el 15 de enero de 2025, nombrada durante el gobierno mafioso y asesino de Iván Duque, la marioneta del capo de capos, Álvaro Uribe Vélez. La Margarita de la mafia, cuyo nombre recuerda La Margarita del 8 (el restaurante propiedad del mafioso Clan Ochoa que a su vez son grandes amigos de la familia Uribe Vélez), se encargó de cubrir -durante su mandato en la Procuraduría- de impunidad a los policías que cometieron graves crímenes contra los jóvenes que participaron en los paros contra el títere Duque y su régimen de muerte. En mayo del 2021, en pleno Paro Nacional Indefinido, la Margarita de la mafia afirmó lo siguiente: «A las Fuerzas Armadas y de Policía les quiero decir que Colombia está con ustedes. Sabemos que en su historia han enfrentado delincuentes financiados por los recursos inagotables del narcotráfico y los han vencido».
Declaraciones que se apartan de la supuesta «independencia» que debe tener la persona que ostenta el cargo de Procurador, porque precisamente en ese momento histórico el país se encontraba dividido entre los que apoyaban la mafia uribista y los desmanes que estaba cometiendo la Policía y las Fuerzas Militares contra los manifestantes; y aquellos que filamos del lado de los jóvenes proletarios que estaban en las calles protestando contra un régimen terrorista que imponía el hambre, el desempleo y la corrupción a punta de bala, usando las instituciones del Estado burgués-terrateniente para oprimir y reprimir al pueblo luchador con odio y sevicia. Por lo tanto, no toda Colombia estaba de acuerdo con el accionar de las Fuerzas Armadas y de Policía.
El pueblo sabía, de un lado, que las manifestaciones no estaban relacionadas o «infiltradas» por el narcotráfico, y del otro, que los manifestantes no eran ningunos «delincuentes» sino que respondían con violencia revolucionaria a la violencia reaccionaria de las clases dominantes y su régimen mafioso.
Margarita, la flor marchita, cometió varias irregularidades que procedemos a mencionar apenas, pues no es la intención de este artículo detallar en su prontuario delictivo: como Procuradora adquirió un inmueble por más de 20.000 millones de pesos como oficina de la Procuraduría en Barranquilla que tenía un avalúo comercial de 10.043 millones de pesos; violó la ley de contratación, y en apenas uno de los contratos otorgados «a dedo», benefició a un solo operador sin proceso de selección público con la entrega de 71.000 millones de pesos; benefició desde la Procuraduría al Clan Char; incumplió las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; sirvió para que la Procuraduría fuera dura con la oposición oficial y blanda con sus amigos del régimen de la mafia; defendió, sin pruebas, al régimen criminal de Duque respecto a la adquisición y puesta en uso del software espía Pegasus que sí interceptó ilegalmente a cientos de personas y que fue usado como arma política por parte de la mafia uribista contra todo aquel que se resistiera a sus planes de exterminio contra las masas populares.
Margarita Cabello Blanco, con las sanciones blanditas y casi que inexistentes que impuso contra los agentes de policía que actuaron como asesinos a sueldo del Estado, demostró que todas las instituciones estatales tienen sello de clase, que no existe la imparcialidad a la hora de ejecutar la ley de los ricos contra el pueblo o la impunidad para los que bien le sirven a los poderosos. En resumen, durante el mandato de Margarita Cabello la Procuraduría apenas formuló una sanción de multa de $14 millones por el asesinato a manos del ESMAD de la Policía del joven Dilan Cruz en la Calle 19 con 4ta en Bogotá. En los otros expedientes resueltos en 2024, por asesinatos de manifestantes por culpa de la Policía, se ordenaron una multa, una inhabilidad de un año y solo una destitución. ¡Impunidad total!
Mientras tanto, los jóvenes luchadores fueron encarcelados unos, desaparecidos otros, exiliados algunos…pero todos, quedaron con el odio de clase en sus entrañas, odio por un Estado terrorista que asesina al pueblo y que premia a los victimarios gracias a burócratas del tamaño de la exprocuradora Margarita Cabello. El reformismo poco o nada ha hecho por solucionar la situación de las y los presos por luchar, pues Petro ha incumplido su promesa de campaña en la que dijo que todos estos jóvenes iban a gozar de libertad, y en su momento dijo que todos iban a pasar nochebuena o año nuevo con sus familias, cosa que no sucedió. Los que han salido de la cárcel, siguen vinculados a los procesos, o han salido por vencimiento de términos, y no por la acción del «Gobierno del Cambio» que no ha emitido una ley de indulto para estos jóvenes y en no pocos casos, han sido perseguidos y asesinados después de quedar en libertad.
Una vez más afirmamos que «¡Sólo el pueblo salva al pueblo!» y será mediante la fuerza de las masas organizadas y movilizadas que se podrá conquistar la libertad y la desvinculación de los jóvenes a los procesos o «falsos positivos judiciales» con que los encerraron. Por eso son tan importantes las Asambleas Populares en las que el propio pueblo pueda decidir el futuro de los luchadores víctimas de represión de la mafia uribista y del Estado burgués terrateniente. Llegará el día en que las masas trabajadoras del campo y la ciudad se encuentren gobernando la sociedad bajo el Socialismo y juzguen ellas mismas a enemigas de clase como Margarita Cabello, que tanto daño le hicieron al pueblo desde posiciones de poder en las instituciones del Estado de los ricos.
