LOS DERECHOS DEL PUEBLO SE CONQUISTAN EN LA CALLE NO EN LAS URNAS

LOS DERECHOS DEL PUEBLO SE CONQUISTAN EN LA CALLE NO EN LAS URNAS 1

El circo electoral ha mantenido entretenida a gran parte de la sociedad por estos días, sin embargo, independientemente de los debates, las peleas entre uno y otro candidato, las rencillas de quienes van por uno u otro en redes, la situación del pueblo sigue igual e incluso peor. La atención en salud, sigue cobrando las vidas del pueblo sometido al POS, donde un hospital ¡No tiene siquiera la capacidad para atender una picadura de abeja! Ni hablar de los salarios de hambre, empezando por el salario mínimo que no alcanza a llegar a un 1 millón de pesos y con el cual apenas subsiste la mayoría del pueblo colombiano. La misma suerte corren los trabajadores con las pensiones, pues la plata recaudada durante 20 años se la parrandearon los dueños de los fondos privados y en el momento dicen no tener cómo pagar la pensión que ya un obrero tenía asegurada tras una larga y dura vida de trabajo. Y de los impuestos ni hablar, comerse un huevo con arroz en Colombia es un costo que cada vez menos podrán asumir, pues toda la canasta familiar, los implementos básicos como vestuario y útiles escolares tendrán un gravamen del 19%.

Sumado a todas estas condiciones que aumentan la miseria, está el pago de arriendos, y la imposición de medidas para la educación que tienden inevitablemente a la privatización; pero cuando el pueblo se levanta para defender sus derechos y conquistar reivindicaciones que le permitan mejorar sus condiciones de vida, el Estado capitalista responde con garrote, gas, bala, amenazas, persecuciones y desapariciones.

Ese es el panorama real que viven obreros y campesinos en Colombia, la opinión está volcada a la farsa electoral y mientras tanto la situación del pueblo empeora. Ese es el status quo que la burguesía, terratenientes e imperialistas quieren mantener y legitimar con estas elecciones, un orden donde la minoría pueda continuar revolcándose en su opulencia, mientras la mayoría tendría que conformarse con las migajas; un orden donde la minoría explotadora se rasca la barriga, mientras la mayoría explotada suda la gota en cada tenaz jornada laboral para producir todo cuanto se mueve en la sociedad; un orden que mantendrán a sangre y fuego los opulentos, valiéndose de las fuerzas militares estatales y paraestatales.

Ante dicho panorama ¿qué hacer? Unos abogan por la participación en el Estado capitalista, aquel que representa a los opulentos y que defiende y mantiene el status quo, creyendo que si alguien bueno y humano maneja el Estado podrá favorecer al pueblo. Otros, abogan por la lucha directa y organizada del pueblo, en las calles y de frente contra el orden de los ricos, con las masas organizadas y de manera revolucionaria por mejores condiciones de vida y de lucha; son dos caminos opuestos, cada uno sirve a intereses distintos y, el camino que requiere el pueblo colombiano es el de la lucha ¿Por qué? Veamos:

Las necesidades mencionadas del pueblo colombiano, no serán atendidas por el Estado capitalista, y no es cuestión de quién será el nuevo presidente: Duque o Petro; hay que entender que el Estado es una maquinaria creada para mantener en el poder a unas clases dominantes, en este caso a la burguesía y los terratenientes. Si se comprende que el carácter del Estado es de dictadura de unas clases sobre otras, ya de por sí puede vislumbrarse que el actual Estado favorecerá a los ricos; sin embargo, existe el sueño de que esa máquina – Estado puede transformarse y actuar en favor de la mayoría, por eso hay quienes le apuestan a su participación en dicho Estado, donde si bien no todo mejorará, si se pueden conseguir algunas migajas de más para esa mayoría oprimida y explotada. De todos modos, no hay que olvidar que el capitalismo está en crisis y Colombia no escapa a ello, por lo tanto las medidas de los gremios capitalistas (los verdaderos dueños del poder en el Estado) no son las que precisamente beneficiarán al pueblo.

Por su parte, el camino que le apuesta a la lucha directa y organizada, tiene claro que el Estado de los capitalistas ¡no atenderá las necesidades del pueblo! por el contrario va arremeter con un sin número de medidas ya analizadas y aprobadas por los poderosos dueños de los medios de producción; de ahí que esa apuesta por la lucha del pueblo colombiano, va acompañada de la importante tarea de unir y generalizar todos los conflictos, ocultados por los medios burgueses de comunicación que solo hablan de las elecciones y los candidatos; pero además, la inaplazable tarea de dirigir políticamente toda esa lucha de las masas, hacia una gran Huelga Política de Masas, que conquiste las reivindicaciones de obreros y campesinos; todo ello para mejorar no solo la vida de quienes todo lo producen y sus familias, sino también para mejorar las condiciones de lucha y avanzar no a la reparación de un Estado inservible y al servicio de los ricos, sino a su destrucción y consolidación del Estado de obreros y campesinos.

No obstante, este camino es el más difícil, de ahí que algunos aboguen por el atajo de las elecciones, confiando una vez más en que el Estado de alguna manera podrá beneficiar al pueblo, insisten tercamente en que este atajo es una buena salida, mientras se logran los objetivos «máximos» de la clase obrera, que para ellos son muy lejanos y por ello diluyen la posibilidad de una mejor sociedad para todos los explotados y oprimidos, en la lucha por una u otra reforma con la que se debe conformar el pueblo colombiano.

¡Definitivamente no puede reformarse este Estado! Esa es la ilusión que en medio de la actual contienda electoral le venden al pueblo, polarizando y dividiendo a las masas en una supuesta izquierda y derecha y ¡no hay tal! Los candidatos que hoy se enfrentan en las elecciones, tendrán que cumplir con los designios de los poderosos ya plasmados en la Agenda Empresarial 2018 – 2022. No hay vuelta de hoja, las medidas contra el pueblo están dictadas y quede el que quede las debe hacer cumplir; algunas de ellas están ampliamente sustentadas en el documento mencionado, pero como botón de muestra está la reforma tributaria, donde se justifica que a las grandes empresas se les cobra ¡mucho impuesto! y según «sus estudios» esto no favorece un buen recaudo tributario, por ello el consejo gremial (los ricos del país) «proponen» (es decir ordenan) «reducir la tarifa de renta corporativa…» esta reducción sería del 33% al 28% y siguen «…Esta reducción tendría que ser compensada en alguna medida con mayor recaudo de personas naturales…» mejor dicho, quienes devenguen 2,5 salarios mínimos actuales deberán gravar impuestos, esto es quienes ganen menos de 2 millones de pesos ¡a pagar impuestos!

Y ni qué decir de lo que se viene en materia de pensiones, donde incluso hablan de «no estigmatizar la tercerización laboral» cuando ha sido un flagelo que ha mantenido a la inmensa mayoría de los trabajadores en condiciones laborales precarias, al impedir la organización sindical, la continuidad para la contribución en pensión y la estabilidad laboral para garantizar la subsistencia de un obrero y su familia. Además de ello, a un obrero con enfermedad de origen laboral, no se le otorgará estabilidad laboral reforzada, pues solo se hará en casos de discapacidad «comprobada» y ya saben de sobra los obreros de las artimañas usadas por las ARL para negar una discapacidad por causa laboral. Otras flamantes propuestas en la Agenda Empresarial, son la reducción de pensión de sobreviviente del 100% al 70% u 80%; así como la tasa de pensión «de acuerdo a la sostenibilidad financiera». Es decir, las pensiones irán desapareciendo porque el hueco fiscal debe taparse de alguna manera y no es precisamente con las ganancias de los capitalistas.

La misma suerte corren la educación, donde se propone la articulación con el sector privado y la coherencia con la producción, dejando de lado la educación científica y potenciando la mano de obra calificada que sirva únicamente al capitalismo; la salud, donde se habla de vigilancia, recursos y demás, pero básicamente se mantiene la nefasta Ley 100 y con ello la corrupción y desfalco por parte de las EPS, continuando con la mala atención y los paseos de la muerte para el pueblo colombiano; y ni hablar de la represión a la lucha de masas que evidentemente es condenada por los poderosos del país.

Son muchas más las propuestas de la Agenda Empresarial; verdadero programa de gobierno para los próximos 4 años, reafirmado aún más con el ingreso de Colombia a la OCDE. Esa es la esencia del Estado capitalista: administrar los negocios de los ricos; mantener el orden actual donde los ricos continúen en su paraíso de explotación y los pobres en su infierno de miseria; amortiguar las contradicciones entre explotadores y explotados a través de la represión, del adormecimiento ideológico que incluye la confianza en este Estado asesino; cumplir los designios de los capitalistas, terratenientes e imperialistas a sangre y fuego.

Todo esto será posible solo si el pueblo no lucha, es por eso que no se debe tomar ningún atajo como lo es la trampa de las elecciones, pues las medidas ya están tomadas y lo que dicen los candidatos no es más que palabrería huera y promesas para ganar incautos; por ello los revolucionarios defienden e impulsan la lucha directa, organizada y consciente, contra ese Estado, que como puede verse no traerá ningún beneficio a los colombianos de a pie. Todos a las calles, no a las urnas; es hora de hacer efectiva la consigna «NI EL ESTADO NI LOS POLITIQUEROS, SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO»

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