La cínica respuesta de los asesinos
Con profundo dolor e indignación vimos las denuncias de las madres de los jóvenes asesinados a sangre fría por el Ejército y presentados como guerrilleros dados de baja en combate, durante la presidencia de Álvaro Uribe. Más indignación aún causó el hecho de que según la JEP las cifras triplican los asesinados reconocidos oficialmente: no son 2.248 como reporta la Fiscalía sino más de 6.402 los crímenes de Estado, mal llamados falsos positivos, conque ocultan la actividad terrorista del Estado.
En respuesta a las cifras presentadas por la JEP y a las madres, cuyos conmovedores y desgarradores testimonios hacen rodar las lágrimas y provocan de inmediato la idea de fusilar a todos los malditos que han vertido la sangre inocente de nuestros hijos, saltan a la palestra los cabecillas de la matanza:
Álvaro Uribe, el autor intelectual y cerebro del genocidio alegando que “Es una declaración sesgada”, y el comandante del Ejército Eduardo Zapateiro, uno de los autores materiales de la atrocidad, en un trino desvergonzado y vil acompañado de un video muy diciente: “Somos soldados del @COL_EJERCITO, y no nos dejaremos vencer por más víboras venenosas y perversas que quieran atacarnos, señalarnos o debilitarnos. Oficiales, suboficiales y soldados, no nos rendimos, no desfallecemos, siempre fuertes con la cabeza en alto. Dios está con nosotros”.
Cual víboras venenosas y perversas salen a minimizar sus actos criminales, tratar de lavar sus manos ensangrentadas y osan desafiar al pueblo dolido e indignado anunciando que no se rendirán, amenazan con no desfallecer y continuar la matanza con la cabeza en alto porque Dios está con ellos.
Tales son los mensajes de dos cavernarios personajes que ponen al desnudo el carácter profundamente reaccionario e inhumano, no solo de la facción mafiosa y paramilitar que gobierna el país, sino de todas las clases dominantes, mostrando también la podredumbre general de todas las instituciones del Estado de los ricos.
Por supuesto que han seguido matando como lo han hecho después del 2008, porque su dios es el vil metal, pero no crean que podrán hacerlo por siempre, porque los ríos de sangre conque han bañado el territorio nacional serán vengados por el pueblo armado, quien no dejará nada de todas sus asquerosas instituciones y sabrá hacer justicia, no solo expropiando a los que se han encargado de expropiarlo, sino pasando al paredón a sus verdugos: ¡Los asesinos serán castigados!