El asesinato de Javier Ordoñez el 8 de septiembre a manos de la policía en el noroccidente de Bogotá desató la furia contenida de las masas populares en las principales ciudades del país.
Los actos violentos desplegados contra los CAI son la justa respuesta al terrorismo de Estado impuesto por el régimen mafioso, que no cesa en su carrera de masacrar, asesinar y perseguir al pueblo y a sus dirigentes.
No son actos vandálicos de unos cuantos desadaptados sino la expresión de la justa rebelión de los oprimidos y desposeídos frente al régimen criminal y antipopular.
¡Se justifica la rebelión! pero se necesita generalizar los combates avanzando a la Huelga Política de Masas, al Paro General Indefinido que frene la voracidad de las clases dominantes y prepare el camino para desatar la revolución.
A organizarse y prepararse para derrocar con la violencia revolucionaria del pueblo a los parásitos que viven del sudor y la sangre del pueblo trabajador.
A organizarse y prepararse para destruir con la insurrección popular todo el poder del capital.
A organizarse y prepararse para no dejar piedra sobre piedra del viejo Estado de los explotadores y construir sobre sus ruinas el nuevo Estado sustentado en el pueblo armado.
A organizarse y prepararse para que el pueblo laborioso tome en sus propias manos la dirección de la sociedad e instaure el socialismo, acabe con los privilegios de los parásitos y devuelva a la sociedad la riqueza creada por él mismo.
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