A propósito de la visita del papa a Colombia
En la costosísima y multimillonaria visita de Jorge Mario Bergoglio (papa Francisco) a Colombia, que sumó más de 30 mil millones de pesos, estuvo el 9 de septiembre en Medellín, se puede constatar cuan miserables e hipócritas que son los burgueses y los gobernantes de este país.
En Medellín, visitó en el barrio Boston el Hogar San José de niñas sin padres y víctimas de la violencia, de ahí bajó por la calle que da al teatro Pablo Tobón Uribe, vía que desde hace años estaba en un estado deplorable y en menos de una semana fue repavimentada; en este lugar se pueden observar muchos «habitantes de calle» como eufemísticamente les llaman, pero durante los días de la visita «milagrosamente» desaparecieron… todos fueron reprimidos y desalojados de la zona, pues «su santidad» no podía ver «semejante espectáculo». Pero además se fraguó un nuevo «pacto de fusil» entre las bandas criminales que azotan al pueblo laborioso de la ciudad, y de inmediato, para tratar de ocultar los evidentes lasos existentes entre la alcaldía y los bandidos, el alcalde dijo no conocer dicho pacto, como si esos criminales no fueran protegidos y utilizados por los politiqueros y las clases explotadoras locales.
Otra olla podrida que se destapó con la visita de Bergoglio es el Concordato que existe en la práctica entre la iglesia católica y el Estado, como demuestra la financiación de dicha visita, pese a que la constitución burguesa proclama la separación entre el Estado y la Iglesia y prohíbe la financiación de las sectas religiosas.
Igualmente la visita del papa constata la profunda división interburguesa entre uribistas y santistas. Los primeros rechazaron la visita por ser más política que religiosa, por aquello de los acuerdos de “paz”; y los santistas, precisamente para ratificar la firma de los acuerdos entre los jefes de las Farc y el Gobierno, la paz de los ricos que sigue siendo guerra contra los pobres.
En fin, con la visita del papa se han destapado algunas ollas podridas de esta sociedad burguesa, que siempre ha sido hipócrita, lo cual ocultan muy bien, a tal grado que la mayoría del pueblo es engañado y confundido, haciéndole creer por ejemplo que la visita de Francisco era religiosa, cuando realmente era política. Visita que es una victoria más de la burguesía y los capitalistas a nivel mundial: que los jefes de un grupo rebelde de origen campesino, capitulen ante el poder del capital y se sumen a la defensa de su sistema económico de explotación y opresión del hombre por el hombre, de propiedad privada y de democracia burguesa, eso es para celebrar entre los explotadores y que mejor que hacerlo con la visita de un papa.
Pero por mucho que estos parásitos hagan este tipo de eventos utilizando la religión, el «aguardiente espiritual del pueblo», jamás podrán acabar la lucha de clases, pues es una ley ineluctable que llevará a la humanidad a una guerra revolucionaria definitiva que borre de una vez por todas las clases sociales, la propiedad privada sobre los grandes medios de los producción, la explotación y opresión. Se iniciará la construcción del socialismo para llegar al comunismo, sistema que tanto temen los ricos de este mundo, pues ahí se les acabaran todos, absolutamente todos los privilegios que gozan en esta hipócrita y podrida sociedad capitalista.
Corresponsal de Medellín