La Dictadura Burguesa vs la Dictadura del Proletariado en Tragedias Como la de Mocoa

La Dictadura Burguesa vs la Dictadura del Proletariado en Tragedias Como la de Mocoa 1

Hoy la clase obrera observa la actuación de la burguesía, la clase dirigente de la sociedad, respondiendo y enfrentando la lamentable tragedia en Mocoa. Muchos medios ya han hablado bastante del tema, con mucha profundidad se han realizado debates al respecto, e incluso el capitalismo a nivel internacional se ha pronunciado y ofrecido ayuda a los damnificados…

Mocoa es un centro del desplazamiento en el Amazonas, además de un punto de concentración de varias comunidades indígenas de la región, la gran mayoría ubicada alrededor de los ríos desbordados; esta población que ha sido despreciada por el Estado, hoy es tratada con privilegio por la burguesía.

Llegaron allí el Presidente y los altos mandos de su gobierno, a tomarse la foto y hacer promesas, así como las principales entidades de socorro internacionales, que mueven miles de millones en presupuesto. Se han abierto cantidad de cuentas para que se consigne a favor de las víctimas de la tragedia y los grandes medios nacionales e internacionales, propiedad de enormes monopolios económicos, día y noche se baten por el mejor cubrimiento…

Los analistas culpan a la deforestación indiscriminada, a la falta de control del Estado, a la corrupción, a las fallas en el ordenamiento territorial en el Municipio, etc., etc., pero esto es apenas consecuencia del sistema capitalista, que sobre los antiguos poblados ha desarrollado enormes ciudades, multiplicando en éstas el hacinamiento, la anarquía e inseguridad.

La clase obrera en el poder enfrentará y evitará que se presenten tragedias naturales evitables como la de Mocoa, porque liberará a la sociedad tanto de la anarquía general de la producción como de la propiedad privada que obstaculiza el desarrollo y la planificación de los centros urbanos. Estas taras arrinconan a los trabajadores obligándolos a vivir al borde de los furiosos ríos o de inestables montañas.

Las tierras, hoy costosas e inaccesibles para los trabajadores en todo el país, que son uno de los mayores impedimentos para alejarlos del peligro de los desastres naturales, serán puntos donde la Dictadura del Proletariado reubicará de inmediato a las comunidades. La reconstrucción o levantamiento de nueva infraestructura de vivienda no tardará años como lo es hoy, donde se impone la puja por los contratos y el interés de los monopolios del cemento y el acero, entre otros. Allí la industria de la construcción no tendrá el grillete del costo del terreno, ni mucho menos la rentabilidad del negocio, por lo que las viviendas obreras serán construidas en sitios seguros y hechas de manera práctica, limpias, seguras ante inundaciones y con la arquitectura necesaria para no tener riesgos de movimientos telúricos u otros.

En el socialismo no habrá tugurios, porque desde el primer momento en que la clase obrera toma el poder en sus manos, ataca las diferencias sociales y las reduce a su mínima expresión. Los cinturones de miseria alrededor de los grandes centros fabriles, son una necesidad del capitalismo para proveer mano de obra barata para la gran industria. El socialismo no necesita de la miseria de los trabajadores para hacer ricos a unos cuantos zánganos expropiadores, como lo es hoy.

Las masas no serán oprimidas en medio de una tragedia como las de Mocoa por todo tipo de vividores. Tampoco los socorristas de las masas llegarán espontáneamente y desordenados, sino que planificada la producción general y con ésta toda la clase obrera en órganos de poder, sobra personal capacitado, implementos para el socorro efectivo y presupuesto para enfrentar la furia de la naturaleza.

La Dictadura del Proletariado en el siglo pasado, arrancó de las garras de la muerte a millones de trabajadores duplicando la expectativa de vida. En la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) se tuvo el primer sistema sanitario gratuito y universal de la historia, que elevó la esperanza de vida de los soviéticos, de menos de 40 años en 1917, a llegar a los 70 años solo en algunas décadas. Los logros del sistema sanitario y de la erradicación del hambre se pueden comparar igualmente con la estatura media de los soviéticos, en 1917 de 1.60m para en un corto periodo llegar casi 1.80m. En la China socialista la expectativa de vida se duplicó igualmente: de 32 años en 1949 a 65 en 1976.

Respecto al sistema sanitario, vemos hoy cómo Mocoa tenía carencias hasta en acueducto y alcantarillado y su sistema de salud colapsó inmediatamente con la tragedia. En un país socialista esto no pasa y lo demostró por ejemplo la Unión Soviética mientras la clase obrera tuvo el poder: ocupó el primer lugar del mundo por el número absoluto de médicos, así como por la proporción de estos en el total de la población. Respecto de 1913, el número de médicos por cada 10 mil habitantes a comienzos de los años 60 era 34 veces mayor en Turkmenia; 42 veces mayor en el Kazajstán y el Uzbekistán; 66 veces mayor en Kirguizia, y 112 veces mayor en el Tadzhikistán. Tan sólo en el primer semestre de 1973, a cuenta de las asignaciones del Estado, se construyeron y pusieron en servicio nuevos hospitales para 12 mil camas y nuevas policlínicas para 23 mil visitas por turno.

En cuanto a la deforestación, esto
sinceramente será un juego de niños remediarlo bajo el poder obrero. La contradicción de la sociedad con la naturaleza no será más exacerbada como es hoy, donde está amenazada la vida misma en el planeta. Las nuevas relaciones sociales basadas en la cooperación y en el bienestar general colectivo, atacarán las inundaciones, las pestes, sequías y hambrunas, previéndolas y reduciéndolas al máximo. La relación con la naturaleza podrá equilibrarse a niveles jamás vistos en la historia. Una vez expropiados los expropiadores, los terratenientes que parasitan con grandes extensiones, quedarán sin ningún derecho y poder para monopolizar la tierra. La clase obrera perfectamente racionalizará el uso del suelo y reforestará con las mejores técnicas millones de hectáreas hoy dedicadas a la ganadería, donde es tal la irracionalidad del uso del terreno que por ejemplo en Colombia, los ganaderos tienen más de 40 millones de hectáreas, cuando sus ganados podían pastar perfectamente en 23. En cuanto al cultivo de Coca, que ha sido un potencializador de la deforestación en los últimos años, este se reducirá al mínimo de lo necesario para atender las necesidades medicinales de la sociedad, dejando de ser en el país el lucrativo negocio que alimenta mafias, bancos e industrias, dejando muerte y esclavitud al resto de la sociedad. Y en cuanto a la minería a cielo abierto y a gran escala, si el proletariado tiene que explotar de esta manera un territorio, lo hará compensando la deforestación, reubicando toda la población afectada y protegiendo los causes de agua, pues la administración de las industrias bajo este sistema no tienen un enfoque financiero, sino social y el ahorro de costos no se hará ni a costa de los salarios y la condición de vida de los trabajadores, y mucho menos de la degradación de la naturaleza.

La furia de los ríos podrá contrarrestarse, si no de manera natural con la reforestación rápida, el hombre impulsado como ser consciente bajo la dirección del poder obrero, someterá a su voluntad el caudal que se llevó la mitad de Mocoa, construyendo los desagües, las compuertas, los diques, las represas que sean necesarias para que la comunidad esté a salvo y encause la energía que hoy le castiga, hacia el progreso, no como es hoy, donde esta fuerza es un látigo que ha dejado al niño sin padre, al desplazado sin vida, al miserable más pobre aún.

La intervención en estos momentos del gobierno burgués, es principalmente formal y muy hipócrita, en medio de una crisis sin igual por la corrupción evidente en todas las instituciones del Estado. El Estado de Dictadura del Proletariado, al tener una corporación dirigida por iniciativa directa de las masas, desde los barrios, comunidades, municipios, etc., no tendrá que mendigarle presupuesto e intervención a ninguna entidad. La organización nacional de las masas, permitirá mover rápido, de manera masiva, con muchos recursos materiales y humanos lo que se necesite, mediante un movimiento logístico eficaz. Hoy, la dolorosa tragedia de Mocoa gana televidentes y escuchas para los canales de los dueños del país como Santo Domingo, Ardila Lulle, Sarmiento, entre otros, y es un botín que esperan los monopolios asaltar tan pronto lleguen los recursos para la reconstrucción.

Mocoa vive en carne propia cómo las ayudas de una sociedad basada en la ganancia e interés individual, deben sortear la corrupción, la parásita burocracia estatal, el interés de los comerciantes de víveres y demás enceres, entre otros, para llegar a los destinatarios finales. Además es testigo del crecimiento de las deudas y el empobrecimiento del pueblo afectado, enganchado al inexorable capital financiero. Municipios como Gramalote, devastado por una tragedia similar en 2010 y donde apenas este año se entregaron las primeras casas para la comunidad, es la viva imagen de cómo trata la dictadura capitalista a los damnificados. El Estado burgués es una pesada, costosa y pestilente maquinaria, de apariencia social, de esencia privada para servir al exclusivo interés de los capitalistas y de los altos mandos de la burocracia.

El Estado de Dictadura del Proletariado, es por el contrario, una corporación ejecutiva y legislativa al mismo tiempo. Es económica y eficaz en la administración, porque no defiende los altos sueldos de los funcionarios, ni la permanencia de sus cargos; no se mueve con el combustible del capital, que por principio le impide favorecer a los desposeídos. Esta institución está hecha para el interés general de los trabajadores y el progreso social; diseñada para moverse rápido, garantizando atención inmediata y masiva en pro de la construcción del socialismo.

El Programa para la Revolución Socialista ya tiene claro cómo equilibrar las relaciones con la naturaleza y que merecen una mención especial en este artículo para mostrar al lector qué se propone el socialismo a este respecto:

Medidas para detener la destrucción de la naturaleza:

  1. Detener la deforestación en general. Prohibir el método de quema para desmonte y limpieza de terrenos. Detener el proceso de desertificación y degradación de los suelos. Prohibir la fumigación para erradicar malezas, cultivos y control de plagas hasta tanto la investigación científica no interesada determine qué productos y qué procedimientos son los adecuados y no son nocivos para las masas y para la naturaleza. Suspender el comercio y exportación de flora. Crear áreas forestales productoras, protectoras, productoras-protectoras.
  2. Prohibir la caza de animales silvestres, excepto con fines científicos. Suspender el comercio y exportación de fauna. Permitir sólo el comercio con especies mantenidas en zoocriaderos, cultivadas para uso y consumo social.
  3. Determinar cuáles humedales, manglares, bosques, selvas, cuencas hidrográficas, mares, ríos, quebradas y suelos, deben ser declarados como sitios en peligro inminente de destrucción de la flora, la fauna y la biodiversidad. Tomar medidas especiales para evitar la desaparición de especies e individuos de flora y fauna. Crear zonas especiales con bancos genéticos para promover el desarrollo de especies de flora y fauna.

Medidas para proteger, usar y desarrollar los recursos naturales:

  1. Nadie, ni persona ni entidad particular podrá adquirir derecho a explotar los recursos naturales, ni con permiso, concesión o asociación.
  2. Privilegiar, en la producción de energía, las técnicas que brinden mayor economía y protección para la sociedad y la naturaleza.
  3. Prohibir la utilización directa o indirecta de la atmósfera, ríos, lagos, arroyos, aguas subterráneas, y de la tierra y el suelo para introducir o arrojar desechos o desperdicios agrícolas, mineros o industriales, aguas negras o servidas, humo, vapores, emanaciones y sustancias nocivas y tóxicas para las masas, la fauna, la flora y los recursos naturales.

Fomento de la educación, estudio, investigación científica y técnica con respecto a las relaciones del hombre con la naturaleza:

  1. Establecer cursos de educación ambiental en las organizaciones de las masas, en escuelas, colegios y universidades; por la radio, la televisión y la prensa.
  2. Realizar estudios de impacto ambiental en las explotaciones mineras y en toda obra que se efectúe.
  3. Prestar asistencia técnica para la preparación de las tierras de cultivo, acostumbradas a la quema.
  4. Fomentar la investigación científica y técnica para desarrollar métodos adecuados de reciclar basuras, desperdicios sólidos, líquidos y gaseosos, provenientes de industria y usos domésticos.
  5. Organizar un sistema de información ambiental con los datos físicos, económicos, sociales, concernientes a los recursos naturales y al medio ambiente.
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