¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!: El futuro del trabajo en la era de la automatización, es el título del libro de Andrés Oppenheimer, periodista de CNN y de “The Miami Herald” entre otros, en el que analiza la pérdida de empleos por la automatización de la producción como fruto del avance de las fuerzas productivas en la sociedad y promueve la DESESPERANZA entre los trabajadores. Sin duda, es una posición pesimista que muestra los avances en el mundo de la automatización, pero desde un punto de vista burgués que quiere rebajar salarios, evitar sindicatos y lucha de clases.
El texto muestra varios casos en el mundo de como los robots y las computadoras de inteligencia artificial están sustituyendo a los trabajadores en varias ramas de la industria, como en el sector automotriz, manufactura, comunicaciones y salud, por ejemplo; lo cual es positivo porque muestra el avance de las fuerzas productivas en la sociedad, sin embargo, como el autor tiene el punto de vista burgués, muestra una perspectiva sombría de desempleo masivo para los trabajadores y promueve el pánico y descontrol individual como la salida. “Los robots son mejor que los humanos”, esa es su conclusión.
El libro genera desesperanza frente al futuro de la humanidad y según se deduce de sus análisis, la única alternativa que tienen los obreros frente al desempleo por el avance de la tecnología, es dedicarse a las actividades de voluntariado o servicio comunitario para sentirse ocupados, y su financiación dependería de los bonos de renta básica que brindarían los Estados en el mundo para garantizar su subsistencia, al final “sálvese quien pueda”.
Y efectivamente esta idea tomó fuerza entre algunos sectores de las masas del proletariado, debido a la incertidumbre generada por la exacerbación de la crisis económica mundial que venía desde el 2008 y la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de la COVID-19, aprovechada por los capitalistas para acelerar los despidos masivos, la rebaja sistemática de salarios y las licencias sin remuneración, una situación nueva que temporalmente pareciera muy difícil enfrentar de forma colectiva y para algunos como si fueran un conjunto de leyes económicas por encima de la comprensión humana.
Lo anterior es equivocado porque en la sociedad capitalista siguen existiendo leyes objetivas que llevan una tendencia a su desarrollo hacia el socialismo y aunque es objetivo que se han perdido muchos puestos de trabajo y se ha avanzado en la robotización o la automatización, lo cierto es que el sistema de producción capitalista no ha perdido sus aspectos esenciales y una de las dos fuentes de riqueza es la explotación de la fuerza del trabajo asalariado y así haya máquinas más modernas, los capitalistas simplemente invierten más capital constante, pero no pueden renunciar a la explotación de la fuerza de trabajo como la base más profunda para obtener ganancia y garantizar la realización de la plusvalía y la reproducción de su existencia como sistema.
Es cierto que con el comercio electrónico, la automatización y la robotización, se pierden puestos de trabajo en algunas áreas de producción, pero también es cierto que estas nuevas tecnologías crean nuevas necesidades de fuerza de trabajo. Tal como se pudo ver en Amazon, que solo durante el periodo de la pandemia para obtener ganancias extraordinarias, tuvo que contratar a más de 40.000 trabajadores.
La clase obrera no puede caer en el espejismo de la salvación individual a los problemas sociales, pues si los avances tecnológicos generan hambre y miseria en este momento es porque la dirección de la sociedad está en manos de los capitalistas y solo se requiere de la unidad y organización como clase para hacerse fuertes y destruir este sistema de explotación y opresión.
Por eso se debe acelerar la organización de un partido del proletariado en Colombia como parte de la Internacional Comunista que hará posible un futuro promisorio socialista en donde sean los obreros y los campesinos quienes lo dirijan todo y logren que los avances científicos en lugar de ser un azote para los trabajadores, sean motivo de alegría y desarrollo para la economía mundial debido a la implementación de estas nuevas tecnologías.