¡HAY QUE PARAR ESTA GUERRA DE LOS RICOS CONTRA EL PUEBLO!

¡HAY QUE PARAR ESTA GUERRA DE LOS RICOS CONTRA EL PUEBLO! 1

Los esperanzados en los acuerdos de paz en La Habana no creían que después de la entrega de los jefes de las Farc se fueran a presentar nuevas masacres. Por el contrario, los comunistas advirtieron que esa era una farsa e iba a continuar la guerra contra el pueblo, como dolorosamente atestiguan los hechos del 5 de octubre en Tumaco; donde según los campesinos, son más de una decena los muertos y más de medio centenar los heridos por las balas oficiales.

Es una nueva masacre ejecutada por las fuerzas asesinas del Estado en cabeza de Santos, premio nobel de la paz… de los sepulcros.

No fueron los cilindros bomba o «tatucos» de una disidencia de las Farc como aseguran los asesinos y replican sus sirvientes de los grandes medios de comunicación, sino los tiros de las armas oficiales disparadas contra una comunidad que solo tenía el pecho descubierto y la razón para impedir que sus cultivos fueran arrasados.

No fue una masacre realizada por los grupos paramilitares sino por las cavernarias fuerzas militares del Estado, protectoras de los grandes cultivadores y productores de coca, pero ensañadas contra los pobres, cuya única alternativa es resistir porque ese mismo Estado que los asesina, no ha resuelto cómo sustituir sus cultivos, de los que siguen brotando ganancias a montones para los grandes capitalistas. ¡He ahí la paz social que pregonan los explotadores y sus secuaces jefes de los partidos oportunistas y reformistas que ayudaron a reelegir a Santos!

Esta nueva masacre que indigna al pueblo trabajador es además una inmunda mascarada de los parásitos lacayos colombianos para «mostrar resultados» ante el mundo y dejar públicamente contento a su amo del norte, cuyas instituciones, como la CIA, también son amamantadas por el jugoso negocio de los psicotrópicos.

¡Esta es la paz que los ricos prometieron! Es la paz que acrecienta la guerra contra el pueblo desarmado… es la paz que sigue cobrando la vida de los humildes campesinos indefensos… es la paz que se inventaron los de arriba para legalizar el despojo de los pobres del campo, pero que sigue siendo guerra por la repartija de la renta extraordinaria que dejan las grandes plantaciones de coca, marihuana, amapola… ¡Y esta maldita paz, donde los únicos sacrificados siguen siendo los trabajadores, debe cesar!

El proletariado revolucionario condena el terrorismo de Estado así como esta nueva masacre, convoca a los obreros y campesinos a movilizarse, a volcarse a las calles y a la lucha directa para que las clases dominantes cesen su guerra contra los pobres: ¡Hay que parar esta guerra de los ricos contra el pueblo!

Los comunistas, que ansían la verdadera paz para el pueblo, reafirman su convicción de que ésta solo será posible cuando se acaben las causas de todas las guerras; es decir, cuando sea abolida la propiedad privada sobre los grandes medios de producción, y por eso llaman al pueblo a prepararse para la guerra popular.

Los trabajadores del campo y la ciudad que ya están cansados de la paz de los ricos embusteros, deben prepararse para poner fin a la guerra derrocando con la guerra justa de los pobres a las clases parásitas, burgueses y terratenientes, socias de los imperialistas que han esclavizado y sometido al pueblo a más de un siglo de vejaciones y violencias.


Es necesario seguir desenmascarando el carácter reaccionario de la guerra, explicar sus causas económicas, denunciar la verdadera esencia del ‘acuerdo de paz’ del Gobierno de Santos con los jefes guerrilleros, y la venenosa mentira de la ‘paz social’. En contraparte propagar el programa revolucionario, a fin de que las masas en general, la clase obrera en particular y los combatientes de base revolucionarios que quedaron a la deriva, desechen toda ilusión en la paz burguesa, y comprendan que la paz para el pueblo sólo es posible con la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, causa profunda de la explotación del hombre por el hombre y de la desigualdad en clases sociales. Hacer conscientes y generalizar las nuevas formas de lucha y organización que tienden a surgir en la agudizada lucha de clases de la sociedad colombiana, sin olvidar que en determinadas condiciones con la dirección de un verdadero partido revolucionario de la clase obrera, es posible transformar una guerra reaccionaria en guerra civil revolucionaria, en guerra popular de los obreros y campesinos que destruya hasta los cimientos del Estado reaccionario, para dar paso a un nuevo Estado y una nueva sociedad socialista. ¡La paz de los ricos es guerra contra el pueblo! ¡Oponer a la guerra reaccionaria la violencia revolucionaria de las masas!«

[Situación Actual, Táctica Revolucionaria y Tareas de los Comunistas, XI Asamblea, Unión Obrera Comunista (mlm)]
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