Por distintos motivos la alcaldía de Bogotá en cabeza de Enrique Peñalosa, es odiada por amplios sectores de las masas. Como burócrata del Estado de los ricos, Peñalosa es un administrador de los negocios de los capitalistas; es decir, es enemigo de los obreros y de la pequeña burguesía arruinada y sometida por el gran capital; con sus políticas ha encarnado muy bien el papel de defensor y garante de los intereses económicos y políticos de la burguesía y de los imperialistas, para eso fue que las clases parásitas lo instalaron en el poder. A continuación hacemos un prontuario de algunos de los cargos por los cuales el pueblo acusa a Peñalosa desde que inició su mandato en la alcaldía.
Venta de la ETB: con estudios técnicos amañados y con el abierto apoyo del Polo Democrático Alternativo (representado en Venus Albeiro Silva y la actitud cómplice del resto de integrantes) Peñalosa logró que el Concejo le aprobara la venta de la ETB para entregarla al capital imperialista —probablemente español— y de este modo acabar con la organización sindical, despidiendo sus directivos y a los compañeros que llevan casi toda su vida trabajando en dicho lugar. Las masas no olvidan cómo varios obreros fueron despedidos, ante lo cual se encadenaron a sus puestos de trabajo y otros iniciaron una huelga de hambre, recibiendo por parte de Peñalosa, garrote y gases del ESMAD. Tampoco se olvidan las combativas protestas frente al Concejo por parte de los compañeros sindicalizados que unieron a su lucha a estudiantes universitarios y a usuarios de las masas afectados con dicha venta. Este es un duro golpe al pueblo capitalino y a la organización de los obreros que siguen luchando contra las medidas impuestas por el antiobrero alcalde.
Despidos Masivos: según cifras de la CUT, entre los cerca de diez mil despidos que ya está ejecutando Peñalosa en diferentes entidades del Distrito, se destacan los 3000 de la Secretaría de Integración Social y de Hospitales y Secretaría de Salud, 1000 despidos en la Secretaría de Movilidad y en la secretaría General cada una y 600 despidos en la Secretaría de Educación, solo por mencionar las entidades en las cuales ya está realizando el mayor número de despidos masivos. Peñalosa, además de politiquero, es sirviente y cómplice de los dueños del capital. Es por eso que entre sus objetivos está fusionar los hospitales públicos para convertirlos en empresas mixtas (con capital público y privado), acabando también con las organizaciones sindicales y de pacientes existentes, para lo cual redujo en 40% el presupuesto en salud. Igualmente, acabar con programas que benefician a las masas como la Primera Infancia en educación. Peñalosa está ubicando su cuota politiquera en las diferentes entidades distritales como lo hacen todos los politiqueros de turno y para eso está despidiendo con ojo inquisidor a los trabajadores sospechosos de defender la anterior alcaldía de Gustavo Petro, para contratar sus peones, sin considerar que esta medida acaba con el sustento de miles de familias.
Desalojo del Bronx: Peñalosa desalojó de forma violenta cientos de indigentes o habitantes de calle que sobrevivían en la zona del Bronx en el centro de la capital, ensañándose furiosamente contra el sector más degradado de la sociedad por el capitalismo. Estos hombres y mujeres recibieron trato militar por parte del ejército y la policía, con la excusa de desmontar los grupos de microtráfico que operaban en el sector, cuando de fondo la razón es otra. El plan de la burguesía y los imperialistas en Bogotá, es implementar el Plan Centro, que no es otra cosa que convertir 1730 hectáreas (63 barrios) del centro de la ciudad en un epicentro económico, administrativo y comercial en el cual concentren los negocios para incrementar sus ya multimillonarias ganancias. Uno de los negocios de la burguesía es la salud. Es por eso que tienen proyectado crear en la zona un negocio llamado Ciudad Salud, que busca integrar siete hospitales, construir hoteles, centros comerciales especializados en salud, parqueaderos y vivienda de alto nivel, todo proyectado para incrementar sus ganancias con el llamado «turismo de la salud», mediante el cual privatizarán aún más la salud dejándola a los sectores más pudientes de la sociedad (incluyendo extranjeros que vienen al país a realizarse cirugías estéticas) que pueden acceder a servicios de primera calidad inalcanzables para el pueblo. A Peñalosa como buen burgués, no le importa si a las personas que desalojó los eliminan mediante las mal llamadas campañas de «limpieza social» que patrocina el Estado, si se los llevan en camiones a otras poblaciones fuera de Bogotá o si se los lleva el agua podrida de los caños de la ciudad donde empezaron a reubicarse, lo importante es cumplirle a los monopolios y para eso hizo gala de la doble moral propia de la burguesía, en este caso uso todos los recursos y toda la fuerza para desalojarlos, pero no para asistirlos. Está claro que el interés de Peñalosa era desalojar el Bronx para valorizar el metro cuadrado que comercialmente es de $60 millones y abarca cerca de 9500 metros cuadrados.
La salud pública, otro blanco de Peñalosa: 150 ambulancias sin contrato para funcionar, sobreocupación de las salas de urgencias en más del 250%, no pago de salarios al personal médico, ambulancias sin gasolina, falta de insumos y mala alimentación a los pacientes, son parte de los problemas que tiene que soportar el pueblo bajo la alcaldía de Peñalosa. Esa es la llamada «reorganización de la salud» en Bogotá, que incluyó quitar el 40% del presupuesto de la red pública hospitalaria, la fusión de 22 hospitales en únicamente 4 y pasar de 164 Centros de atención en salud a sólo 40. Mientras tanto, las EPS, los grandes negocios de los capitalistas le deben a la capital 1,4 billones de pesos, de los cuales medio billón de pesos se perdieron porque varias EPS deudoras ya desaparecieron. Deudas, robos, desfalcos y chanchullos de los capitalistas privados que atentan contra la salud pública y cuentan con el silencio cómplice del Estado que sirve para proteger sus intereses.
Esta es la primera parte del prontuario de cargos que las masas de la capital tienen en contra de Peñalosa. En una próxima entrega se tocarán otros cargos que el pueblo tiene contra este verdugo, como por ejemplo, el crimen ambiental que planea hacer en la reserva forestal Thomas Van der Hammen, sus intereses como socio del monopolio del transporte, la violación de los acuerdos y compromisos contraídos con los recicladores, los peajes urbanos, entre otros. Peñalosa es un ejecutor de la dictadura de los capitalistas sobre el pueblo. Dirige la alcaldía al servicio de las clases dominantes y de los imperialistas, a costa de la enfermedad, desempleo y agravamiento de las condiciones materiales de las masas bogotanas. El único camino para contrarrestar estas medidas es la unidad del pueblo en una organización amplia que recoja las reivindicaciones de todos los sectores para conquistarlas mediante la lucha directa, las manifestaciones, los bloqueos, las huelgas políticas… preparándose para enfrentar a los guardianes del orden burgués, que no dudarán en usar toda su fuerza contra el pueblo. Para vencer las medidas de Peñalosa las masas deben creer en su fuerza organizada y no en los apagafuegos que siempre vienen a desviar la lucha con fraseología «revolucionaria», y no tienen otro objetivo que el de hacerle creer a las masas que sus problemas se solucionan cambiando de verdugo por uno más «democrático y humano». ¡Sólo el pueblo, salva al pueblo! debe ser la consigna que guíe la lucha de las masas capitalinas contra el verdugo de turno.