Hoy los capitalistas hacen su agosto con los trabajadores al interior de las empresas con el beneplácito del Estado, donde instituciones como el Ministerio de Trabajo defienden a los capitalistas y contribuyen con todos estos atropellos.
Es así como cerrando el año aumentan los despidos masivos, como el realizado por TIGO-UNE y EMTELCO con más de 3500 trabajadores y al día siguiente los reemplazan por trabajadores en perores condiciones laborales y salariales.
Así mismo lo viene haciendo Indupalma Ltda., que desde el invento engañoso de la liquidación viene realizando despidos cada 6 meses luego de acabar con los contratos directo e indefinidos, engañando y presionado a los trabajadores, y bajo amenazas lograr su retiro “voluntario”, pero cuyo objetivo es acabar con la organización sindical Sintraproaceites San Alberto Cesar; maniobras que van de la mano con amenazas contra los dirigentes de la organización sindical por parte de grupos paramilitares que hacen llegar amenazas de muerte.
En las empresas de Fedepalma, se está cometiendo todos los atropellos y persecución sindical y laboral contra los trabajadores, en Aceites Manuelita S.A. en Villavicencio, en las distintas empresas palmeras de Puerto Wilches, y en general todo este gremio viene cometiendo toda serie de vejámenes contra los trabajadores.
En la compañía de Femsa Cocacola a los trabajadores tercerizados se les somete al hambre y a la miseria porque las empresas temporales y tercerizadoras, ni siquiera les pagan sus incapacidades a tiempo, luego de que los trabajadores ha entregado toda su vida a estos capitalistas.
También la empresa Colfondos S.A. encerró a más de 30 trabajadores para obligarlos a firmar un acuerdo “voluntario”, que se convirtió en un despidió masivo de compañeros que ahora están en la calle sin la manutención para sus familias.
En general los capitalistas están envalentonados, cometiendo toda serie de vejámenes y humillaciones convirtiendo las empresas en antros de persecución y verdaderos infiernos para la clase obrera.
A esa situación se le suma que desde el Congreso siguen legislando en contra los trabajadores y el pueblo, con nuevas reformas reaccionarias como el Código de Policía que criminaliza toda forma de protesta social y proyectos de ley como el 099 que permite explotar jóvenes menores de 28 años enganchados como aprendices: sin contrato real, sin pago de vacaciones, cesantías, ni ninguna otra prestación laboral, negándoles además derechos sindicales y convencionales.
Frente a esta aberrante situación el único camino de los obreros para frenar la arremetida y la voracidad de los capitalistas es la unidad consciente, por la base y al calor de la lucha. Unidad por los derechos de los trabajadores, para detener los atropellos y hacerles frente a los despidos masivos; unidad al calor de lucha por los intereses comunes para forjar la unidad férrea pasando de la coordinación de la solidaridad a la centralización y organización; unidad desde abajo desde las organizaciones sindicales de base, actuando por encima de las burocracias de las centrales sindicales y con independencia de clase con respecto al Estado y a la politiquería burguesa.
Es necesario avanzar a la organización independiente y revolucionaria del movimiento sindical, desde la base y uniendo todos los esfuerzos para manifestarse contra los despidos, trabajando por la solidaridad con los trabajadores despedidos, acogiéndolos en las organizaciones sindicales, independiente de a qué sindicato de industria o central se pertenezca. Todo lo contrario al sindicalismo burgués, que le niega la solidaridad a los trabajadores despedidos y les da un tratamiento peor que el dado por los capitalistas.
Es urgente avanzar en la organización y centralización en los comités pro federación en todas las regiones, haciendo desde ya lo que no hacen las burocracias de las centrales sindicales: unir, organizar y dirigir la lucha común de todos los asalariados, para enfrentar con éxito a los patrones y al Gobierno.
Comités pro federación que deben ser un paso hacia la central sindical independiente que tanto necesita la clase obrera para salir de la situación de sobre explotación a la que está sometida hoy y se refleja en su condición material de miseria, atropellos y humillaciones. Pero para lograr esto es indispensable una labor de educación intensiva: los sindicatos deben ser escuelas de lucha y de socialismo y no escuelas de conciliación y de ideología y política burguesa como ahora en su mayoría.
Construir estos comités pro federación debe ir de la mano por estrechar relaciones y lazos con el movimiento campesino, así como trabajar por la preparación del Paro General Indefinido desde las fábricas, para garantizar el paro de la producción y así forzar a los capitalistas a ceder en sus pretensiones, a la vez que contribuir a preparar las fuerzas del pueblo para tumbar al régimen y establecer un nuevo gobierno encabezado por los obreros y los campesinos.
¡Adelante con la unidad de los obreros hacia un sindicalismo independiente y revolucionario!