Claudia López encabeza en Bogotá, la violencia contra la mujer

Claudia López encabeza en Bogotá, la violencia contra la mujer 1

El pasado viernes 14 de febrero la alcaldesa Claudia Nayibe López, representante del Estado de los ricos en Bogotá, envió a una manada del Esmad a reprimir la manifestación que realizaban unas 30 mujeres en el Parque Nacional en contra del feminicidio de dos mujeres en Bucaramanga en días pasados y en contra de la horrenda violación sexual de que fue víctima una joven en un bus de la Policía el 12 de enero de este año, a manos de un patrullero que la capturó y la metió en un bus policial dónde la violó, después de que se encontrara con un grupo de muchachos que se colaron en la estación Veraguas de Transmilenio en Bogotá.

Condenamos la brutalidad policial con que fueron reprimidas estas compañeras, pues las fuerzas guardianas del Estado terrorista que defiende Claudia López, usaron gases, bolillo, motos… todo un arsenal para reprimir de forma desmedida una inofensiva manifestación de denuncia. Evidentemente los cerdos del Esmad estaban ofendidos por la enérgica manifestación que estaban realizando estas mujeres y se encontraban dolidos porque días antes un nutrido grupo de mujeres había rayado y bloqueado la estación Veraguas, cerca de la cual ocurrió la violación ya mencionada.

Ese es el protocolo de la reformista Claudia López, que hipócritamente ofreció disculpas después de reprimir salvajemente la concentración de mujeres. El protocolo de López es romper las cabezas de los manifestantes, capturarlos, judicializarlos y después salir a pedir falso perdón; diciendo además que a las manifestaciones de mujeres, va a enviar policías mujeres, como si ellas no estuvieran entrenadas también para romper cabezas.

Unir y generalizar las luchas del pueblo debe ser la consigna. Contra la brutalidad policial y la opresión contra la mujer, todos juntos a combatir como hermanos de clase al enemigo capitalista. Rescatamos que las mujeres se organicen y luchen, pero también es necesario unir todos los conflictos, sin importar el género, contra el Estado y los patronos, contra el capitalismo imperialista fuente de la opresión contra todas las mujeres y de la superexplotación de los asalariados del planeta.

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