Sobre el bombazo en el CAI de la Policía en Bogotá

Sobre el bombazo en el CAI de la Policía en Bogotá 1

La explosión en el CAI de la Policía en Arborizadora Alta al sur de Bogotá en la noche del sábado 26, ha sido motivo de pronunciamientos airados de los gobernantes y sus medios, de los aspirantes al gobierno y los representantes políticos de las clases dominantes, condenando el terrorismo y la violencia en general, llegando alguno a comparar el hecho con el franquismo y el fascismo.

La muerte de los niños Ivana Salomé Rangel y Daniel Duque ha sido utilizada para hacer demagogia sobre la defensa de la vida, la necesidad del imperio de la ley, rescatar la confianza en la fuerza pública y las instituciones y otro montón de basura para defender el orden imperante y los privilegios de los explotadores y opresores del pueblo colombiano.

Los comunistas expresan su solidaridad con las familias afectadas porque son parte del pueblo trabajador; no tenían que morir hijos del pueblo a consecuencia de una explosión en la que no fueron afectados siquiera los miembros de la fuerza pública; igualmente, rechazan el argumento de los supuestos efectos colaterales con que algunos justifican este tipo de actos donde las masas terminan siendo víctimas. Pero tampoco se unen al coro de la reacción y de quienes aprovechan estas acciones de terror desesperadas y aisladas de la lucha de las masas, para propagar sus mentiras sobre la falsa paz, la falsa libertad, la falsa democracia y sobre todo, para estigmatizar las justas manifestaciones del pueblo y condenar la violencia revolucionaria de las masas.

Y en cuanto al terror, una vez más es necesario señalar que los principales terroristas y criminales son los imperialistas, las clases dominantes colombianas y las instituciones del Estado que utilizan el terror para defender sus asquerosos privilegios, como lo hacen especialmente sus fuerzas militares y paramilitares responsables de masacres, bombardeos a niños, asesinatos de dirigentes populares, violaciones, mutilaciones, torturas y desapariciones.

Y son también las clases dominantes y sus socios imperialistas los principales responsables, no solo de los peores horrores de la guerra contra el pueblo, sino del asesinato de centenares de desmovilizados burlados en la trampa de la falsa paz, por lo cual no sería extraño que algunos intenten responder, al terror de los explotadores con acciones desesperadas de terror, que al final resultan inservibles al avance de la lucha de clases.

Al terrorismo de Estado y a la guerra que sostienen las clases dominantes contra el pueblo, no se puede responder con las súplicas inútiles de paz, porque ella es la paz de los cementerios. A las masacres, los desplazamientos, el asesinato sistemático de dirigentes populares, a la persecución, tortura y encarcelamiento de activistas y luchadores del pueblo, a la brutalidad de las fuerzas del Esmad y del Ejército, no se puede responder con discursos mentirosos sobre paz, democracia y “Estado social de derecho”. A la feroz dictadura terrorista de las clases dominantes, a esa guerra y violencia reaccionarias contra el pueblo, hay que responder con la lucha revolucionaria en las calles, con la violencia organizada de las masas, en la perspectiva de transformarla en una verdadera guerra del pueblo.

Los comunistas defienden el derecho a la rebelión, a la guerra popular, a la insurrección armada contra los reaccionarios y los explotadores; pero consideran erróneas las acciones de terror separadas de las masas, porque se vuelven en contra de la lucha revolucionaria, en la medida en que son utilizados por los reaccionarios para desprestigiar la justa violencia revolucionaria de las masas y sirven de pretexto para tomar medidas punitivas contra el pueblo, a la vez que siembran ilusiones en algunos sectores de que unos supuestos “héroes” salvarán al pueblo de su terrible situación, en lugar de cimentar su confianza en sus propias fuerzas y organización.

La revolución no tiene atajos y los revolucionarios no pueden evadir su responsabilidad de explicar pacientemente sus objetivos y propósitos, de elevar permanentemente la conciencia de las masas, de coadyuvar a su organización independiente para que sean ellas mismas quienes tomen en sus manos los destinos de su lucha y las riendas de la sociedad.

Justo ahora se necesita concentrar los esfuerzos y energías en la preparación del próximo levantamiento que se presentará porque no han sido resueltos los problemas del pueblo. Ahora se requiere, en lugar de desperdiciar esfuerzos y energías en actos aislados e inútiles, concentrarse en la reactivación de las Asambleas Populares, Primeras Líneas y Grupos de Choque con un nivel superior de conciencia y organización, a la vez que se necesita avanzar en la conformación de la Milicia Popular, así como avanzar en la coordinación entre quienes se mantienen en el camino de la lucha para que el nuevo levantamiento acerque el triunfo de la revolución. No existen salvadores supremos, ¡Solo el pueblo salva al pueblo!

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Un comentario

  1. Terrorismo son acciones que causan la muerte de personas civiles inocentes que no son actores en la confrontación entre las fuerzas armadas del estado paramilitares y grupos armados de oposición..
    No existe terrorismo de «derecha» o terrorismo de «izquierda»: existe el terrorismo que ejecuta el estado y el imperialismo y el terrorismo que practican los grupos armado de oposición al estado y al imperialismo. Las personas civiles inocentes son las víctimas de los dos actores enfrentados.
    La » guerra civil » es un escenario completamente diferente

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